martes, 8 de mayo de 2012

La Vibración. Base de la Existencia.

“Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra”

Estamos despertando a una conciencia cósmica. Los cambios que estamos experimentando a nivel físico y espiritual nos están guiando hacia una conciencia de cuarta y de quinta dimensión. Para adecuarnos a estos cambios es necesario sintonizar cuerpo, mente, alma y espíritu con la energía universal, elevando así nuestra frecuencia vibratoria. Será entonces y sólo entonces cuando dominaremos nuestras emociones y aprenderemos a amar.
Cuando era niña se puso de moda decir que algo te daba “buena” o “mala vibración”, lo decíamos porque era gracioso, y porque de una forma sencilla expresábamos que algo te agradaba o te disgustaba. Éramos pequeños y no sabíamos realmente lo que estábamos diciendo, pero con el tiempo esa expresión comenzó a adquirir su auténtico significado, y descubrí que estábamos captando la vibración, el movimiento interno de cada ser.
Todo es vibración. Estamos formados por átomos en continuo movimiento que vibran generando energía. El termino vibración ya era conocido por las culturas antiguas como la egipcia y la griega. Se dio a conocer por medio del gran sabio Hermes Trismegisto, en sus enseñanzas del Kybalion donde se enuncian los siete principios universales, siendo el tercero el principio de vibración. La compresión de este principio, que ha sido demostrado por la ciencia moderna, nos permitirá controlar nuestra propia vibración.
La vibración explica las diferencias entre las diversas manifestaciones de la materia, de las fuerzas, de la mente y del espíritu. Porque todo lo que existe tiene una vibración natural, desde los átomos hasta la totalidad del universo.
La ciencia también ha demostrado que las emociones tienen una frecuencia vibratoria propia. Es más, los seres humanos sólo podemos experimentar dos emociones: Amor y Miedo. El resto de emociones son derivadas directa o indirectamente de estas dos. El amor tiene una frecuencia vibratoria alta, con una menor longitud de onda en comparación con el miedo con una frecuencia vibratoria baja y mayor longitud de onda.
Si las emociones son parte del mundo que no podemos experimentar con nuestros cinco sentidos, entonces ¿cómo es que somos conscientes de nuestras emociones? La única manera de experimentar nuestras emociones, en esta dimensión, es a través de su manifestación física, por ejemplo el enojo, puede causar el incremento de los latidos del corazón, el incremento de la temperatura del cuerpo y generar otras muchas características físicas. Así como la música de la radio es una manifestación física de una señal intangible, la experiencia de nuestras emociones, es la manifestación física de una señal también intangible procedente de nuestra conciencia más elevada. Existe un interruptor que activa o desactiva nuestros genes y ese interruptor es lo que llamamos emociones. Vemos de esta forma que las emociones están vinculadas física y directamente con el material genético humano. Genéticamente nuestro ADN cambia con las frecuencias que producen nuestras emociones (específicamente en lo que los científicos han dado en llamar “ADN basura”). Está demostrado que la frecuencia vibratoria más alta, que es el amor, produce cambios no solo en el ADN, sino en el ambiente que nos rodea, y por tanto tiene su reflejo en el mundo físico. Por otra parte el miedo que es una frecuencia vibratoria baja interactúa y toca relativamente pocos puntos del ADN. Por lo tanto un individuo viviendo con miedo está limitando el número de antenas que tiene disponibles. Mientras que una persona viviendo en el patrón del amor, con una frecuencia más alta, tiene muchos más puntos potenciales activados. Con este descubrimiento, la ciencia ha llenado un importante vacío entre lo físico y lo espiritual o etérico. Nuestras emociones afectan directamente a la estructura de nuestro ADN, el cual a su vez forma el mundo físico que experimentamos todos los días.
La Tierra también vibra con una frecuencia propia y en los últimos tiempos los científicos han constatado una reducción de la velocidad de rotación, lo que está provocando una reducción de la intensidad su campo electromagnético. A pesar de este hecho, la frecuencia de resonancia base también conocida como Resonancia Schumann se está incrementando. La Resonancia Schumann es el latido del corazón de la tierra, responsable del equilibrio de la biosfera y catalizador de todas las formas de vida sobre el planeta. Nuestros cuerpos como integrantes de la biosfera también reaccionan a este pulso electromagnético. Las células reciben el pulso del cerebro, el cual lo recibe del corazón que a su a su vez lo recibe de la tierra. Este pulso nos llega en última instancia desde el Universo pasando a través de la galaxia y del sistema solar, de manera que cada uno de nosotros compartimos esta pulsación con toda la existencia, todo es uno.
Desde que los científicos empezaron a registrar las pulsaciones de la tierra, su ciclo siempre fue de aproximadamente 7,83 Hercios. Se ha verificado que todos los vertebrados y nuestro cerebro tienen esa misma frecuencia y que no podemos estar sanos fuera de esa frecuencia biológica natural. Este fue un número constante hasta 1987. A partir de los años 80 y de forma más acentuada a partir de los años 90, la frecuencia paso de 7,83 a 11 Hercios. En una década se incrementó casi 3 ciclos por segundo. Para el 2012 esta frecuencia se incrementará hasta 13 ciclos por segundo, como nos lo indica la secuencia de Fibonacci.
¿Qué va a significar para la humanidad este cambio de vibración? Es difícil saber con exactitud lo que le sucederá a nuestros cuerpos, pero aquellos que no estén preparados tendrán dificultades para lidiar con los rápidos cambios que experimentará la psique.
Con este salto cuántico vibracional del planeta, llegaron nuevas frecuencias y un gran número de personas generaron gran capacidad de sanar y canalizar información de forma sorprendente, algo nunca visto anteriormente. Gracias a la aparición de estas nuevas energías sanadoras surge Sanergía, una técnica renovadora que implica al paciente en su proceso de sanación, sintonizando cuerpo, alma, mente y espíritu con la energía universal.
Para afrontar estos cambios de vibración debemos conectarnos con la verdad que está dentro de nosotros, dentro de nuestra psique y dentro de nuestro verdadero “yo” interior. La Conexión Sanergética te permite sintonizar con el campo electromagnético de la Tierra, con tu diseño original, con tu frecuencia vibratoria autocurativa, con lo que la naturaleza tenía previsto para ti. Te conecta con la plenitud del Universo, abre la puerta a la quinta dimensión, a la plenitud del Ser y permite descubrir quiénes somos realmente.
Especialmente en la cultura occidental nos enseñan a ser “normales”, o lo que es lo mismo, a estar felices y nunca tristes o enfadados. Cada sentimiento que no es creativo o constructivo genera desequilibrio y malestar, considerado fugas de energía. Esto parece correcto, pero lo cierto es que no estamos diseñados para reprimir ninguna emoción negativa ya que ese es el verdadero origen del desequilibrio. Para vencer esas emociones, debemos aceptarlas y no combatirlas. Tenemos que reconocerlas y permitirles servir a su propósito a medida que aprendemos de ellas. Es muy importante entender que cuando tememos algo, estamos dando a otros la habilidad de controlarnos basándose en nuestros temores. No miremos a nuestros miedos como una amenaza, debemos entender que este mundo material, es solo una manifestación de la vibración de amor o temor en nuestra conciencia. Nuestra realidad sólo nos afecta a nosotros y a nadie más y tenemos la capacidad de crearla.
Para entender como estamos conectados con el universo holográfico, estudiaremos un aparente patrón desorganizado, y veremos para nuestra sorpresa, que se repite el mismo patrón en las sucesivas aproximaciones, es decir, cada fractal dividido infinitamente, siempre reflejará la totalidad. Cuando un fractal cambia su patrón, la suma total del patrón general cambia junto con él. Por esta razón, lo importante es que tú personalmente aprendas a conquistar tus temores internos y aprendas a amar, elevando así tu vibración y la del planeta.
Yolanda Granados
Sanergista Nivel 4
Licencia CIB nº568

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