Para algunos es fácil admitir que sus
deseos no han sido cumplidos.
Ellos han querido un buen empleo, y
luchan por vivir con lo que tienen. Ellos han deseado un matrimonio
maravilloso, y aún permanecen sin casarse. Desean curación, mas el
dolor continúa. Tal vez te sientas de esa manera y, por lo tanto,
sencillamente digas: "Admito que mis deseos no han sido satisfechos".
Hay otra clase de persona en quien el tema del deseo es más tenue.
Este individuo tiene un empleo bueno, un matrimonio maravilloso y salud
perfecta. No hay razón por la cual esta persona no se sienta
satisfecha, pero ella no es feliz.
Uno de los numerosos retos humanos es una situación en que la persona
tiene empleo, mas no está satisfecha con él. Cuando se le ha
preguntado sobre el empleo, ella admitirá que el empleo tiene muchas
cualidades deseables. Hay libertad de expresión, buen salario y
oportunidades para viajar, por ejemplo. Cuando se le pregunta qué es lo
que desea del empleo, ella contesta: "respeto", "reconocimiento", o
"paz".
Ahora es el momento para la sinceridad. Realmente, se requiere más
que sinceridad. La sinceridad es decir a otros la verdad. La
integridad requiere ser sinceros con nosotros mismos. La pregunta de
hoy es: ¿Se están cumpliendo realmente tus deseos?
Pon un círculo o en Sí o en No.
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