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jueves, 19 de julio de 2012

TU VIDA PUEDE MEJORAR

¿Alguna vez te has preguntado por qué me siento tal mal conmigo misma?
¿Por qué odio lo que veo de mi o por qué no soy como tal o cual persona?
 La respuesta está en que no puedes apreciar tu propio valor y esto trae aparejado falta de merecimiento y de amor y respeto hacia ti misma. Entonces no puedes ver más allá de lo que consideras “tus defectos” negando así toda tu grandeza y magnificencia.

Cuando nos sentimos que no somos lo que deseamos ser nos limitamos en todos los aspectos de nuestra vida. Vivimos en piloto automático acallando nuestros sueños y esperanzas y sin darnos cuenta vamos perdiendo la alegría de vivir.

Nos sumergimos en los problemas y mientras más tiempo los pensamos, analizamos y tratamos de buscarles una explicación, más pesados se vuelven.
Pero puedes elegir cambiar esto.
Comenzar a vivir más plenamente valorando todo lo que eres y posees.
Puedes hacer que tu vida se convierta en lo que quieres que sea.
No hay límites para que tus sueños se hagan realidad. 
 Piensa en esta frase de Henry Ford:
Tanto si crees que puedes como si no, estás en lo cierto”.
La historia está llena de casos en los que, lo que parecía imposible, se convierte en una meta alcanzada.
Hace no muchos años atrás, Internet hubiese parecido un cuento de ciencia ficción y sin embargo hoy es una realidad que todos podemos disfrutar.
Y ejemplos como estos abundan!!! 

Así que si otros pudieron alcanzar lo inimaginable hasta el momento, ¿por qué tú no podrás alcanzar tus propios sueños?
Apaga el piloto automático. Atrévete, haz cosas diferentes. 

No sabrás de lo que eres capaz hasta que no te propongas cambiarlo y te arriesgues.
Este es el momento para tomar la determinación de modificar aquello que te perjudica, de descubrir en qué áreas de tu vida estás bloqueada y animarte a trascenderlas.
Verás que a medida que vas logrando cambios positivos irás adquiriendo una seguridad en ti misma que transformará tu vida y tus relaciones, dejarás de compararte con los demás y descubrirás tu verdadera y auténtica belleza. 

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Andrea Martínez

miércoles, 20 de junio de 2012

VIVOS, PERO NO VIVEN

"Los humanos están vivos, por supuesto, pero no viven: la mayoría del tiempo puede decirse que sólo están ocupados. No se dan cuenta que estas múltiples actividades en las que pasan sus jornadas hacen que se olviden de vivir. 

Vivir es respirar, alimentarse, desplazarse, dormir, hacer gestos, hablar, etc. Pero ¿quién está preparado para admitir que en estas actividades hay algo a aprender y que nunca había pensado en ello? Pero quién está preparado para decirse: «Es verdad, respiro, como, camino, utilizo mis manos… pero ¿cómo? 

¿Acaso no hay algo que podría mejorar si fuera más consciente? 

Puesto que a cada instante del día, es la vida divina que se  manifiesta a través mío.»"

Omraam Mikhaël Aïvanhov

miércoles, 13 de junio de 2012

PARA TODO SE NECESITA PACIENCIA

Para surgir y para crecer, para nacer y para vivir.
Quizás la vida no es más que eso: una constante lección de paciencia. Pobre de aquel que se rebela y cree que con gritos
y quejas va a cambiar lo inevitable.
La paciencia, un valor que se afianza cuando seamos realistas, cuando somos creyentes y cuando actuamos
con humanismo.
 Después de Dios que a diario es paciente con nuestros errores, la mejor maestra de ésta virtud es la naturaleza.
Ella nos enseña a avanzar paso a paso, a esperar la  marea alta después de la marea baja y a dejar que transcurra el
tiempo entre la siembra y la cosecha.
Saber vivir es aprender a ser pacientes y tolerantes con nosotros mismos y con los demás sin caer en la pasiva
resignación.
Saber vivir es darle tiempo al tiempo, convencidos de que ninguna planta crece cuando la halamos y que
cada día trae su propio afán...
TODO LLEGA AL QUE SABE ESPERAR....
Gonzalo Gallo

lunes, 11 de junio de 2012

DESEOS NO CUMPLIDOS

Para algunos es fácil admitir que sus deseos no han sido cumplidos.  
Ellos han querido un buen empleo, y luchan por vivir con lo que tienen.  Ellos han deseado un matrimonio maravilloso, y aún permanecen sin casarse.  Desean curación, mas el dolor continúa.  Tal vez te sientas de esa manera y, por lo tanto, sencillamente digas: "Admito que mis deseos no han sido satisfechos".
Hay otra clase de persona en quien el tema del deseo es más tenue.  Este individuo tiene un empleo bueno, un matrimonio maravilloso y salud perfecta.  No hay razón por la cual esta persona no se sienta satisfecha, pero ella no es feliz.

Uno de los numerosos retos humanos es una situación en que la persona tiene empleo, mas no está satisfecha con él.  Cuando se le ha preguntado sobre el empleo, ella admitirá que el empleo tiene muchas cualidades deseables.  Hay libertad de expresión, buen salario y oportunidades para viajar, por ejemplo.  Cuando se le pregunta qué es lo que desea del empleo, ella contesta: "respeto", "reconocimiento", o "paz".

Ahora es el momento para la sinceridad.  Realmente, se requiere más que sinceridad.  La sinceridad es decir a otros la verdad.  La integridad requiere ser sinceros con nosotros mismos.  La pregunta de hoy es: ¿Se están cumpliendo realmente tus deseos?

Pon un círculo o en o en No.

martes, 29 de mayo de 2012

AQUI Y AHORA

 ¿Por qué te empeñas en que los demás piensen por ti, amen por ti, decidan por ti, caminen por ti, sientan por ti, y vivan por ti?  Eres tú, sólo tú quien debe pensar, amar, decidir, caminar, sentir y vivir por ti mismo.   Y debes ser tú el único responsable de tu vida, sin miedos.  Y es aquí y ahora.

 No pierdas el tiempo con el pasado o el futuro.  El pasado ya pasó, con todos sus triunfos, derrotas, alegrías, penas, esperanzas y desilusiones.   El futuro no existe, ahora no existe.   El pasado existe en tu recuerdo, es un pensamiento tuyo.   Este pasado, ¿te deprime, te enoja, te molesta, te crea odio, rencor, desesperación, nostalgia, desconfianza, pesimismo?   Quítalo, bórralo y olvídalo de tu vida.  Ese recuerdo es un enemigo tuyo que sólo se vence sacándolo de tu vida.   Cada minuto que lo aceptas, es una victoria de ese enemigo que te debilita y te destruye más.

Ese recuerdo del pasado ¿Te estimula, te fortalece, te anima, te infunde amor, esperanza, alegría, optimismo, te da más experiencia positiva y ánimo para vivir?  Acógelo, dale la bienvenida, revívelo una y otra vez.  Vívelo intensamente, ahora y siempre.
 
Son muchos los que viven para el futuro, sueñan en el futuro, trabajan para el futuro.  Un futuro que probablemente no será como ellos lo piensan hoy.  O quizás, ni llegue.   Si la previsión y prudencia te impiden vivir todo intensamente, conscientemente, alegremente el aquí y el ahora, ya han dejado de ser virtudes.   Muchas de esas personas dejan de vivir, por vivir preparándose para vivir.  Mueren sin empezar a vivir intensamente.   Viven siempre en el futuro, nunca en el momento en que están.   Se afanan por el mañana, proyectan el mañana, viven siempre con el temor de que algo o alguien antes del mañana destruyan su proyecto.   Se olvidan de que viven hoy.   Y no viven el hoy, el único tiempo que tienen.  Siempre trabajan por algo que hoy no existe: el mañana. 

Y mañana tampoco existirá, porque mañana pensarán en otro mañana, sin vivir el día y el momento que tienen.   ¿Por qué empeñarse en vivir mañana?  Es hoy y aquí.  Aquí, no en otra parte.  Aquí, donde estoy.   Mañana saldrá el sol, estaré aquí o en otra parte, pero veré y viviré el sol donde esté.   Tú estás viviendo hoy donde te encuentras, con estos minutos frente a ti, contigo mismo, con tus sentimientos, con las personas que te rodean.  Mañana, cuando llegue mañana, verás el sol de mañana.   Y lo verás con tus ojos, no con los ojos de los demás.  Y serás insustituiblemente tú mismo el que vivas ese momento y no otro.  En ese lugar y no en otro.   Si no es así, es posible que pases tu vida sin vivirla tú.   Y ¿para qué te sirve a ti la vida que tú no vives?

No hipoteques lo más valioso que tienes, lo más tuyo:
Tu vida

jueves, 26 de abril de 2012

Y QUE APRENDI????

Aprendí q no es lo mismo esperar que generar.
Aprendí q en la capacidad de asombro, esta la verdadera grandeza.
Aprendí q el amor es libertad, sin esperar nada a cambio.
Aprendí q todo lo que nos pasa es necesario para nuestro crecimiento.
Aprendí q la única manera de salir, es saliendo.
Aprendí que el poder de una sonrisa transforma todo.
Aprendí que entre mas se da mas se recibe.
Aprendí que las cosas por si solas no cambian, pero si la manera de verlas.
Aprendí que no existe mayor libertad y mayor enseñanza que el perdón.
Aprendí a no juzgar, sino a aceptar todo sin pretender cambiarlo.
Aprendí a reconocer la belleza en todas las cosas y poder ver el vaso lleno.
Aprendí que la ciencia de la paz se llama paz-ciencia y que no hay satisfacción mas grande cuando llega la recompensa de sus vivencias.
Aprendí que estamos aquí para recordar lo que somos y volver a ser uno.
Aprendí que el amor mas grande y real es el de la naturaleza y  sus seres.
Aprendí que el sol siempre nos ilumina por mas nublado que este el día, y que en cada maña hay una nueva oportunidad.
Aprendí que todo pasa, y que lo que sube baja.
Aprendí q lo valioso no es el golpe de caer, sino la fuerza de la levantarse.
Aprendí que no basta con jugar a la vida sin conocer las reglas.
Aprendí que todo lo que hago a alguien, experimento.
Aprendí que los cambios se hacen en el presente y  nunca en el pasado.
Aprendí que nunca estamos solos y que nos aman incondicionalmente..
Aprendí que lo único que transforma todo es el Amor .
 Y si así lo comprendí durante 27 años.... hoy se con certeza que para vivir no es suficiente con soñar, sino vivir por el sueño. ;)

Irianka

martes, 24 de abril de 2012

Eleve su frecuencia vibratoria y afiance su relación con los ángeles

Publicado en el Diario La Nación de Neiva (Huila, Colombia)  14 de Agosto de 2011.
Una de las preguntas que con más recurrencia recibo, tiene que ver con: ¿qué hacer para mejorar o aclarar la conexión con los ángeles?
Para empezar: todos estamos conectados con el Creador, no existe separación alguna del Padre más que en nuestra propia mente. Por su parte, los ángeles, creaciones divinas (al igual que nosotros) permanecen a nuestro lado y nos aman tal y como somos, con nuestras fallas y defectos. De manera que, el canal angelical siempre está abierto y dispuesto, solo que a veces con nuestros pensamientos, hábitos, sentimientos y emociones negativas entre otras cosas, lo contaminamos.
Una frecuencia es un estado de vibración. Según el Principio de Vibración, en el universo: “Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra”. Como los ángeles y en general todos los seres de luz vibran en una frecuencia altísima, somos nosotros los que debemos elevar la nuestra, para sintonizarnos mejor con la Divinidad y todas sus extensiones.
Siguiendo el mismo principio, los seres humanos continuamente transformamos nuestra vibración con las emociones que nos permitimos sentir. Es tan sencillo como que si uno se siente bien, vibra rápido; y si vibra rápido se alinea con frecuencias de esa misma vibración.
¿Entonces, cómo incrementar nuestra frecuencia vibratoria?
Indiscutiblemente la emoción máxima que incrementa nuestra frecuencia vibratoria es el amor. Elevar la frecuencia vibratoria también va de la mano con el despertar y el cambio de conciencia que tanto escuchamos en estos tiempos. Esto significa ser mejores humanos, viviendo desde el amor en todas sus versiones: gratitud, perdón, bondad, respeto, alegría, compasión, esperanza, etc. Todo lo contrario, lo que no procede del amor: el miedo, la culpa, el orgullo, la envidia, el rencor, el juicio, la tristeza, la rabia, el control, la preocupación, el deseo de venganza, entre otras cosas, no son más que prolongaciones del ego que nos ponen en un nivel de vibración bajo, bloqueando el flujo natural de nuestra energía y obstaculizando la comunicación angelical.
Algunos consejos adicionales para elevar su vibración son:
  • Siéntase feliz. Sin importar la situación por la que esté pasando, opte por la felicidad como su estado de ánimo constante, convirtiéndola en un hábito. Su actitud positiva, además, inspira a quienes se encuentran a su alrededor y atrae más experiencias dichosas a su vida.
  • Ore, medite. Aunque para algunos la meditación es otra forma de oración, normalmente se define el acto de orar como una forma íntima y muy personal de hablar con Dios, mientras que meditar se relaciona con  recibir respuestas a través de la guía interior.  Orar y meditar generan y fortalecen el sentimiento de estar más cerca de Dios, tranquilizando y aliviando tanto la mente, como el cuerpo y el espíritu.
  • Trabaje el perdón. No existe nada más liberador y por consiguiente sanador, que el perdón. Primero perdón hacia uno mismo y luego hacia los demás. Al perdonar se recuperan el equilibrio y la paz interior.  Muy sabias eran las palabras de la Madre Teresa de Calcuta al referirse al perdón: “El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió”.
  • Sea agradecido. Cuente sus bendiciones a diario. La gratitud abre las puertas a recibir más bendiciones y regalos del cielo. Además, agradecer de antemano todo lo bueno que está por sucederle, tiene un efecto maravilloso en la manifestación de sus deseos.
  • Viva en congruencia; es decir, sea consistente entre lo que habla, piensa y hace. Alinee sus pensamientos con sus emociones y sentimientos para materializar sus sueños.
  • Ría más. Sonreír es una terapia instantánea, natural, efectiva, accesible a todos y que no cuesta nada. Excelente herramienta también para mitigar situaciones de tensión, desviar la atención del dolor y restar drama. Mantener un buen sentido del humor, además, nos ayuda a enfrentar los retos desde una perspectiva diferente.
  • Téngase fe. Es muy cierto eso de que si no se cree en uno mismo, nadie creerá en uno. Usted puede lograr todo lo que se proponga.
  • Libere. Deje ir todo lo viejo y obsoleto que ya no sirva en su vida. No se apegue a nada.
  • Practique el no juzgar. Todos somos diferentes. Permita a los demás ser como deseen y no descalifique ni condene los comportamientos que sean diferentes al suyo.
  • Renuncie a quejarse. Como cita la poeta norteamericana Maya Angelou: “Si no le gusta algo, cámbielo. Si no puede cambiarlo, cambie su actitud. No se queje.”
  • Viva en el presente. Acepte cada momento de su vida tal como sucede sin preocupaciones por lo que ya pasó o lo que viene.
  • Cuide su cuerpo. Haga ejercicio, descanse y nútrase equilibradamente con alimentos sanos.
Para terminar, mi más amorosa recomendación es la siguiente: Si desea cambiar la frecuencia con la que vibra, elija sentirse bien. Haga lo que esté a su alcance para mantener su estado de ánimo positivo. Obviamente, como todo lo que emprendemos, mantener su vibración en buen nivel requiere conciencia, práctica, constancia y compromiso.
Martha Muñoz Losada

lunes, 23 de abril de 2012

VENCE TUS MIEDOS

Publicado en el Diario La Nación de Neiva (Huila, Colombia) el 04 de Diciembre de 2011.
A mi manera de ver todos poseemos una especie de baúl personal. Allí vamos guardando cada experiencia vivida y lamentablemente le asignamos una etiqueta dependiendo de lo “bien” o “mal” que nos fue. Con cada situación nueva que aparece nos remitimos al dichoso baúl y buscamos alguna que se le asocie. Si encontramos el componente “miedo” nos detenemos y ya no actuamos. El miedo nos cohíbe de tomar decisiones, asumir retos, arriesgarnos, porque estimamos que nos puede ir igual que antes y preferimos seguir  por la vida esquivando.
El miedo, la emoción más tóxica, es el ingrediente primario para manifestar lo que se teme. No es sino que nos angustiemos y centremos nuestra mente en algo que no queremos que ocurra, para que suceda. Obviamente, los pensamientos por sí solos no tienen fuerza. Necesitan de sensaciones y emociones para que se manifiesten. Es decir, pensamientos negativos combinados con miedo son la mezcla perfecta para crear la receta del anti-éxito.
Algunos miedos son infundados, otros aprendidos. También existen los que llevamos grabados en nuestro inconsciente y que heredamos genéticamente a través del ADN. Este tipo de miedo ancestral es transmitido de generación en generación y está en cada uno de nosotros romper con el esquema, para eliminarlos de nosotros mismos y de nuestros descendientes.
Un joven me dijo en una ocasión: “el miedo es chévere; la adrenalina que se produce es agradable”; puede ser. De hecho hay quienes sacan enorme fuerza en momentos de conmoción. Sin embargo, la mayoría nos paralizamos. Muchos llevamos el miedo al área del plexo solar, desencadenando todo tipo de malestares digestivos: problemas de colon, estreñimiento, diarrea, etc. Yo, por ejemplo, fui una niña muy asustadiza, con muchos miedos pequeños y grandes (algunos absurdos), que no elaboré en su momento. De adulta seguí cargándolos, hasta que me llevaron a una crisis de salud y fue ahí cuando reaccioné.
Hay cuatro posibles opciones ante el miedo: lo evito, huyo, lo enfrento sin conciencia o lo abordo trabajándolo para obtener la libertad emocional que busco. Claro, hay situaciones de miedo extremas, en donde se corre peligro de muerte. Por ejemplo, si mi vida está en riesgo porque me persigue un animal rabioso pues lo más sensato sería correr. Sin embargo, muchas veces el universo nos plantea circunstancias, en los momentos menos esperados, para sanar. Eventos, personas que se cruzan por nuestra vida para enseñarnos una lección, brindándonos la posibilidad de darnos cuenta que este tema es algo a lo que definitivamente debemos darle nuestra atención.
Determinación
Hablemos de un miedo puntual, simple y hasta chistoso para algunos, pero que clarifica el párrafo anterior: el miedo a usar las escaleras eléctricas o el ascensor. Quien sufra de este miedo puede: 1. Evadir su uso absteniéndose de ir a ciertos sitios. 2. Caminar y utilizar las escaleras normales. 3. Subir forzadamente, obligado por alguien pero presa del susto, con los ojos cerrados, solo deseando llegar rápido. 4. Darse la oportunidad y superar su miedo. Me enteré hace poco de una mujer quien nunca se atrevía a usar las escaleras eléctricas, a la que por “casualidad” le tocó ayudar a una persona enferma y la única manera era utilizando estas escaleras. Con miedo, pero con determinación ayudó al incapacitado y de paso a ella misma. Me contaba que sentía que ese ser había sido enviado por Dios para mostrarle que sí podía hacerlo. Todos tenemos la capacidad de abordar y superar nuestros miedos, de responder diferente a las mismas situaciones de siempre que nos sacan de nuestro centro. Nuestro propósito debe ser transmutar el miedo por el amor.
Existen otras innumerables clases de miedo: miedo al fracaso, miedo a la pérdida, miedo a la muerte, miedo a la soledad, miedo a la enfermedad, miedo a la desaprobación, miedo al conflicto, entre otros. Cada uno de ellos puede ser trabajado partiendo de premisas que nos recuerdan nuestro origen divino y nuestro potencial espiritual ilimitado. Somos seres poderosos, hijos amados de Dios, cocreadores como nuestro Padre.
En palabras sencillas, los miedos que se asocian con el tema de la abundancia y la escasez, miedo a tener y no tener, a perder, se pueden elaborar recordando que somos seres abundantes por naturaleza, que Dios es nuestra fuente inagotable de provisión y que todo lo que necesitamos para ser felices ya se nos ha sido dado. El miedo a la soledad, entendiendo que ya somos seres completos, que nuestra felicidad depende de nosotros mismos y que no podemos esperar que alguien nos la proporcione.
El miedo a la desaprobación comprendiendo que no podemos vivir la vida prestada, lo que significa vivir la vida de otros, los sueños  o los infortunios que no son nuestros. No podemos ceder nuestro poder a los demás permitiéndoles que nos digan qué, cómo y cuándo hacer. El miedo al fallo, a ser juzgado; discerniendo que siempre hacemos lo mejor que podemos, con los recursos que tenemos. Nadie se equivoca por gusto. No hay que dejarnos afectar por comentarios como: “cuidado”, “tú no eres capaz, nunca lo has sido; no lo lograste antes, menos ahora”
El ego es un experto para maquinar miedos que no tienen razón de ser. Esa es su naturaleza, de eso de nutre, de nuestra angustia y desasosiego. Pero si te decides a vibrar y vivir desde el amor, el ego perderá su rol porque el amor y el miedo no tienen cabida en el mismo espacio.
Apoyo celestial
Sobre este tema del miedo se podrían escribir muchas palabras. Espero con estas pocas, haber plantado la semillita para que te decidas y te des una oportunidad de abordar y vencer tus temores. Para ello involucra a tu equipo de apoyo celestial. En momentos de miedo, sí que contamos con la compañía de los ángeles. Entrégales a ellos toda tu angustia. Permíteles que intervengan pidiéndoles que lo hagan. No esperes a que ya estés aterrorizado, presa del pánico, para llamar a tus ángeles. Adicional a tus ángeles de la guarda, el arcángel a invocar es Miguel, el más aguerrido de todos. A este poderoso ser de luz le puedes pedir coraje, valentía y fuerza. Reemplaza tus miedos por fe, confianza y gratitud. Enfócate en lo que deseas, no en lo que temes y recuerda: Dios siempre está a cargo.
Martha Muñoz Losada