domingo, 29 de noviembre de 2020

RELACIONES AMOROSAS SEGUN NUESTRO ARBOL GENEALOGICO



Muchas personas, muchísimas diría yo, acuden a terapia de Biodescodificación porque no comprenden el motivo por el cuál sus relaciones amorosas son un total fracaso.

Duran poco tiempo, se topan con parejas infieles, no pueden concebir hijos, se odian pero no pueden separarse, se consideran la "posesión" del otro, hay maltrato, etc.

Muchas son las variantes que pueden suceder en una relación de pareja, y, no todas positivas. Y todas ellas, todas, tienen sus bases o causas en la historia familiar, la manera en que las relaciones amorosas han sido vividas y percibidas por nuestros padres, tíos, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos.







Únicamente estamos heredando las emociones y los dramas que ellos vivieron.

Y si bien, todos merecemos vivir un gran amor, muy pocos lo logran acertada y positivamente. Es por ello que hasta se cree que es cuestión de magia o suerte.

Muchos de los problemas amorosos, ocurren en parejas ya formadas, ya casados, ya unidos, ya con familia, etc.

Muchos otros casos, ocurren cuando las parejas apenas están intentando formalizar, o siquiera entender por qué no quieren formalizar o por qué se está con alguien que no desea formalizar.

Para algunas personas, es un tema imposible, siquiera imaginar que el noviazgo o relación que mantienen actualmente llegue a matrimonio, pero aún así, insisten en mantener la relación, forzando las cosas y forzando a la pareja.

Y temo decirlo, la realidad más común es, que se está buscando el amor permanentemente, en todo momento y en todo lugar, como una necesidad básica, prioritaria. Y no se logra entender la razón por la que no se logra concretar nada, y esto es, porque estamos reparando. Sumado al hecho, de que también nuestra pareja, está reparando las historias amorosas de su propio árbol.


De ahí la explicación a por qué vivimos flechazos de amor, amores a primera vista, matrimonios por compromiso o arreglado, matrimonios que no nos importan, divorcios, separaciones no oficiales, muchos hijos o pocos o ninguno, hijos enfermos, y varias posibilidades dramáticas más.

Todo surge de manera casual, inconsciente, sin darnos apenas cuenta y éste hecho, es lo que hace, que nos enredemos como en una telaraña sin poder salir.

Y las variantes pueden ser muchas:

- Tengo casi 40 años y no consigo encontrar una pareja.

- Siempre me relaciono con hombres casados.

- Siempre me relaciono con hombres que me dejan.

- Estoy casado y con hijos pero no amo a mi esposa.

- Siempre he engañado a mis novias.

- No sé lo que es un orgasmo.

- Todas mis relaciones sexuales parecen violaciones.

- Hacer el amor sólo es para tener hijos.

- Yo no haré el amor hasta casarme de blanco.

- Sólo soporto a mi marido, si yo tengo amantes.

- Me embaracé para atrapar a mi marido.

- Me casé porque ella estaba embarazada pero no la amo.

- Siempre engaño a mi mujer con sus amigas.

- No funciono sexualmente con mi esposa, con todas las demás sí.


Uno pudiera pensar entonces, que sólo es mala suerte, y dejar que pasen y pasen los años, viviendo malos amores.


En biodescodificación, sabemos que hay un por qué, una razón lógica, coherente y comprobable de que la causa no es la mala suerte. Hay un origen y hay que liberarlo, tomar consciencia y crecer.

Podemos entonces, estar arrastrando nuestra pésima vida amorosa a causa de:


- FIDELIDADES FAMILIARES INVISIBLES.

- PROYECTO SENTIDO.

- TRANSGENERACIONAL.

- LOS CICLOS BIOLÓGICOS MEMORIZADOS.

- EL SÍNDROME DE ANIVERSARIO.


De sobra hay que decir, que, si no hay datos familiares, no se puede "adivinar". Se necesitan las pistas, los nombres, las fechas, la historia.

No podemos salir en búsqueda del tesoro, si no existe un mapa.

Aquí les dejo algunos ejemplos del Dr. Salomon Sellam al respecto del tema amoroso:

1. Una quiebra familiar del ayer puede ser gestionada hoy día por medio de una carencia crónica de dinero debida al mantenimiento del "deber de fidelidad". O puedo vivir dicha quiebra como una necesidad de ganar mucho dinero, por lo tanto, yo la puedo estar reparando, buscando siempre parejas con mucho dinero, casándome con ricos herederos o herederas, sin que el amor cuente. Sólo por interés y conveniencia.

2. Un niño que fallece en edad temprana en alguna línea de la familia, puede llegar a mí como carga y yo lo puedo estar "pagando" con mi esterilidad, un deseo de no tener hijos (porque se mueren), o ser "fiel" al dolor familiar, siendo yo un yacente.

En el amor, puedo reparar al niño muerto, teniendo yo gemelos (uno para mí y el otro para tapar el hueco dejado por el niño muerto). O puedo buscar una pareja que quiera muchos hijos, y vivir embarazada y pariendo todo el tiempo, porque "debo" reponer al niño muerto, y entre más niños, menos dolor.

Mi relación no importa, no importa si me aman o no, yo debo tener hijos, muchos.

3. Un desorden amoroso en alguna línea de mi árbol genealógico, puede estarme obligando a repetirlo. Si mi abuela ha sido engañada todo el tiempo, ha tenido que soportar a un marido con otras esposas y otras familias, por fidelidad familiar, yo debo vivir la misma circunstancia, soportarla y aguantarla.

La fidelidad familiar me obliga a soportar cosas que yo conscientemente no haría.

4. Mi bisabuelo enviudó e inmediatamente se casó con la hermana de mi bisabuela porque él quería un heredero y sólo tenía hijas mujeres, buscaba al niño. Yo por fidelidad familiar, me he casado con un hombre y al morir éste me he casado con su hermano. He tenido muchos abortos, todos naturales, todas niñas. De mi actual pareja, no lo amo, no comprendo por qué lo hice, sé que está mal, pero no puedo dejarlo (no puede porque está buscando al niño), debe tener al "heredero".

Se ve fácil, a veces, uno piensa que es cuestión de inteligencia, de preparación, de fuerza, pero los inconscientes se atraen.

Existe "algo" que hace que nos enamoremos de parejas incorrectas, que no podamos soltar relaciones tóxicas, que no podamos sentirnos amados en las relaciones.

Solamente se están mostrando situaciones heredadas no resueltas en nuestro árbol que, nos brindan la oportunidad de tomar conciencia y repararlas...

lunes, 23 de noviembre de 2020

LA LUZ TE PROTEJE


Aunque en esencia la energía es Una…mientras nos movamos en ésta dimensión,tendremos que aceptar que la polaridad se manifiesta en canales de energía negativa y otros,de energías elevadas o positivas-

Hay seres no-físicos inteligentes que interactúan intensamente con nosotros.

Algunos de estos seres no-físicos son las almas de humanos terrestres desencarnados..

Algunas de estas inteligencias no-físicas no son humanas.

Algunas inteligencias no-físicas son de carácter negativo.

Algunas inteligencias no-físicas son luminosas.

Todas las películas sensacionalistas y de terror que pudimos ver, no representan la realidad. Los seres no-físicos inteligentes son reales y van desde los más iluminados hasta seres del plano astral inferior,destructivos,o al menos molestos.

Hay un principio básico que define la clase de amigos que tenemos, el tipo de socios que tenemos, y el medio ambiente en que residimos… "los iguales se atraen y se asocian con gusto." De allí que los seres más amorosos, puros, bienintencionados y libres de malos hábitos…están mucho más protegidos de los ataques psíquicos,o de fuerzas involutivas.

También existe el tema de la vulnerabilidad. Los predadores son lo suficientemente inteligentes como para identificar y explotar a alguien vulnerable. Si estamos mental y emocionalmente vulnerables debido a creencias erróneas, culpa, depresión,tristeza,ira, etc… podemos atraer a entidades parasitarias que se nutren nuestra ya maltrecha energía. Esto sólo complica y agrava eso problemas y hace que sea más difícil tratarlos y resolverlos-   

A veces el alma de un individuo que ha partido puede permanecer ligada a este plano en lugar de ascender a un plano superior. Esas entidades tienen alguna adherencia o apego al plano material que los mantiene aquí como por ejemplo…adicciones al alcohol, sexo, drogas o materialismo desmedido. Por ejemplo, alguien con una adicción al alcohol ronda en torno a un bar y se pega a un ser vivo que comparte su adicción. Esa persona tiene entonces una segunda mente que ejerce control sobre su conducta y le drena energía vital.Otra vez, comprobamos el porqué los maestros nos aconsejan siempre el alejarnos de ciertos vicios…pues energeticamente,siempre seremos socios de entidades que compartan esos vicios con nosotros.  

Un elemento clave de la protección de uno mismo es el establecimiento de una actitud positiva. Hay que recordar que los iguales se atraen. Si persistimos en pensamientos de ira y sentimientos negativos…éstos debilitan nuestros campos de energía y atraen a otras energías iracundas, tanto en forma física como no-física. En lo físico…siempre tenderemos a relacionarnos con personas que sirvan de espejo a nuestra ira, violencia, miedo,etc…según lo que irradiemos.Cambiar nuestra forma de pensar,sentir y actuar y tomar decisiones es parte de nuestro proceso de crecimiento y nos sirve de protección..

Otro elemento clave de la protección de uno mismo es la cuestión de otorgar permisos.Todos estamos dotados de libre albedrío. Es muy difícil para los demás seres, físicos o no físicos, hacernos daño a menos que lo permitamos. El libre albedrío es sagrado…y aunque en el plano físico,a veces éste no se respeta… en el reino no físico, la lucha se lleva a cabo a través del ejercicio de la voluntad, la determinación clara y la elección de no temer,seguir con Fe en la vibración más alta posible…y no sucumbir.

Las personas que niegan el permiso para que sus cuerpos energéticos sean drenados, no son presa fáci. Si tenemos una actitud y una determinación de defendernos y protegernos, las personas que normalmente pretendan pegársenos en lo físico o no físico para absorber parte de nuestra energía,se quedarán fuera de nuestra aura. Ni siquiera tenemos que ordenarlo verbalmente…mas para aquellos que se vean afectados…

Esta es una afirmación simple…para negar ese permiso: "Aquí y ahora… revoco todos los permisos que pude haber dado, consciente o inconscientemente, a cualquier entidad, ser, inteligencia o energía, para influir en mis pensamientos o tomar cualquier otra parte de mi energía. Bendigo a tales seres,y les libero en Paz" Pueden experimentar con la combinación de esta afirmación con EFT.

Otro factor de vulnerabilidad a los ataques es el nivel de la energía vital. Las personas de mayor energía vital son más difíciles de atacar que las que tienen la energía agotada. Por tanto es aconsejable mejorar nuestra energía vital y la salud en general, alimentándonos lo mejor posible…física,emocional y mentalmente-.

Habrán notado que hay algunas personas que, o bien proyectan energía negativa o extraen energía otros. Cuando seamos conscientes de que esto está sucediendo,podemos detenerlo…en el caso de los más avanzados, solo irradiendo Luz y Amor …y los que la necesiten usen la técnica de arriba para cancelar permisos y estarán protegidos.Recuerden que siempre serán más eficaces si actúan con decisión en lugar de reaccionar emocionalmente.

Lo más elevado en protección es cambiar de frecuencia para estar conectado con la Fuente…SIEMPRE- Todas las conciencias depredadoras y destructivas se asocian con quienes experimentan una temporal separación de su Fuente Espiritual...un ser conectado,es un ser protegido.. Si nos re-conectamos…somos invencibles.Tenemos que reconocer que en éstos últimos tiempos,muchos hermanos están experimentando ataques psíquicos…por lo cual decidí publicar éste artículo.Ya en la Biblia se nos decía que en los tiempos finales,Satanás (la sombra que creamos?) sería soltado para hacer estragos…y sea que demos crédito a la existencia de seres predadores del astral…llamémosles como quieran…o que optemos por pensar que son nuestras propias energías negativas las que han creado esas formas de pensamiento (egregores) que se convierten en entidades…no podemos negar que se están teniendo experiencias con esas energías de prueba…

La siguiente experiencia fue ofrecida por un hermano de camino:

“Cierto invierno yo estaba viviendo en Nueva Orleans después de lograr mi sueño de trabajar con caballos. Los fines de semana volvía de visitar algunas galerías de arte haciendo una larga caminata hasta casa. Un día yo pasaba por una ventana con un gran cartel que ofrecía Lecturas de Tarot. Currioso,llamé a la puerta y fuí recibido por una mujer de la que supe por intuición,que tenía que mantenerme alejado.

Le pregunté por sus honorarios.Ella era muy agresiva… mostraba una especie de desesperación, señalando que tenía energía negativa que me rodeaba y podía hacerme daño. Me advirtió que debía permitir que me la quitara. Yo sabía que no era así y otra vez le dije que sólo me había detenido para preguntar por su costo..y me alejé, decidido a no volver.

Tenía que quedarme en mi núcleo esencial, en la fuente y afirmar con el decreto "Yo soy el Amor y Yo soy la luz… todas éstas energías tiene que salir de mi presencia ahora."

Pronto tuve la oportunidad de poner esto en práctica. Fue muy enriquecedor darme cuenta de que el miedo y el control ya no tenían nada de qué alimentarse. Los resultados fueron tan rápidos y completos que esas energías se dispersaron inmediatamente . Yo no tenía que luchar con ninguna cosa. Yo sólo tenía que tener claro que debía mantenerme centrado en mi Yo Superior y dar la orden. .... Esta toma de conciencia fue el principio del aprendizaje . Ofrezco esta historia que puede servir a cualquier persona que se encuentre en una situación similar.”


LOS INSTO SIEMPRE A CONSIDERAR QUE LA MEJOR PROTECCIÓN ES EL AMOR…QUE TODO LO CUBRE Y TODO LO PUEDE.Si en nuestra aura no hay mal,como decía el maestro nazareno…las fuerzas del mal no pueden adherirse a nuestros cuerpos..

También los insto a no temer…ya que el temor abre, al igual que las adiciones y la ira, verdaderos agujeros en el aura que son la puerta de entrada de elementos que no invitamos,pero entran a ensuciar nuestro ropaje..que tenemos que mantener limpio y radiante.

-A aquellos que se sientan más seguros haciendo la revocación de permiso..adelante…pues siempre trato de acercarles herramientas que contemplen cada estado de conciencia…que son válidos y aceptables.


Lo importante es que sepamos que si obramos en LEY…LA LUZ NOS PROTEGE,SOSTIENE,ALIMENTA Y FORTALECE.

lunes, 24 de marzo de 2014

LA NUEVA TIERRA DESCUBIERTA POR EL ALMIRANTE BYRD...Hasta aquí llega lo que pude encontrar en Internet del diario secreto del Almirante Byrd. ¿Es real lo que dice este diario o es pura fantasía?


LA HISTORIA VERDADERA


Estimado profesor Velmont: ¿Qué sabe el Grupo Elron sobre la civilización avanzada que habría descubierto el Almirante Richard E. Byrd en una de sus expediciones al Polo Sur y que describió en su "diario secreto" que al parecer fue silenciado por su gobierno? ¿Encontró la entrada al interior de la Tierra? 
Romina D.

RESPUESTA
Apreciada Romina: En principio, lo que relató el Almirante Byrd en su "diaio secreto" fue un acontecimiento real, pero no tenía la trascendencia que le dio este explorador ni tampoco lo que halló fue una "civilización", ni menos aún una entrada al interior de la Tierra, sino apenas un asentamiento extraterrestre de modestos alcances en una hendidura natural del Polo Sur.
Lamento si con esta explicación destruyo la ilusión de muchos investigadores que aún creen que la Tierra es hueca y que en su interior existe una civilización de seres avanzados y todas esas tonterías. 

Interlocutor: Mi primera pregunta está relacionada con el almirante Richard E. Byrd. Le relato lo que extraje de Internet (www.erks.org), donde en uno de sus sitios se transcribe lo que supuestamente sería el diario secreto de este aviador:

Debo escribir este diario a escondidas y en absoluto secreto. Se refiere a mi vuelo Ártico del 19 de febrero del año 1947. Vendrá un tiempo en el que la racionalidad de los hombres deberá disolverse en la nada y entonces se deberá aceptar la inevitabilidad de la Verdad. Yo no tengo la libertad de divulgar la documentación que sigue, quizás nunca verá la luz, pero debo, de cualquier forma, hacer mi deber y relatarla aquí con la esperanza de que un día todos puedan leerla, en un mundo en el que el egoísmo y la avidez de ciertos hombres ya no podrán suprimir la Verdad.. 

Extensiones de hielo y nieve bajo nosotros, vistas coloraciones amarillentas con dibujos lineales. Alterada la ruta para un mejor examen de estas configuraciones coloreadas, también vistas coloraciones violáceas y rosadas.
Tanto la brújula magnética como la aguja giroscópica comienzan a girar y a oscilar, no nos es posible mantener nuestra ruta con los instrumentos. 

Señalamos la dirección con la brújula solar, todo parece aún en orden. Los controles parecen lentos en la respuesta y en el funcionamiento, pero no hay indicación de congelamiento. 

Transcurrido 29 minutos de vuelo desde el primer avistamiento de los montes, no se trata de una alucinación. Es una pequeña cadena de montañas que nunca habíamos visto antes. 

Además de las montañas hay algo que parece ser un valle con un pequeño río o riachuelo que discurre hacía la parte central. ¡No debería haber ningún valle verde aquí abajo!. ¡Hay algo decididamente extraño y anormal aquí! ¡Deberíamos sobrevolar sólo hielo y nieve!. A la izquierda hay grandes bosques en las laderas de los montes. Nuestros instrumentos de navegación todavía giran como enloquecidos.. 


Altero la altitud a 1400 pies y efectúo un giro completo a izquierda para examinar mejor el valle que está debajo. Es verde con musgo e hierba muy tupida. La luz aquí parece diferente. No soy capaz de ver el Sol. Damos otro giro a la izquierda y avistamos algo que parece ser algún tipo de gran animal. ¡Se parece a un elefante! ¡¡¡No!!!. ¡Parece ser un mamut!. ¡Es increíble! ¡Sin embargo es así!. Descendemos a cota 1000 pies y uso un prismático para examinar mejor al animal. Está confirmado, se trata de un animal semejante al mamut.. 

Encontramos otras colinas verdes. El indicador de la temperatura exterior marca -24º C. Ahora seguimos sobre nuestra ruta. Los instrumentos de abordo ahora parecen normales. Quedo perplejo ante sus reacciones. Intento contactar el campo base. La radio no funciona.. 

El paisaje circundante parece nivelado y normal. Delante de nosotros avistamos aquello que parece ser ¡¡¡una ciudad!!!. ¡Es imposible!. El avión parece ligero y extrañamente flotante. ¡Los controles se niegan a responder!. ¡Dios mío!. A nuestra derecha y a nuestra izquierda hay aparatos de extraño tipo. Se aproximan y algo irradia de ellos. Ahora están bastante cerca para ver sus insignias. Es un símbolo extraño. ¿Dónde estamos?. ¿Qué ha sucedido?. Otra vez tiro decididamente de los mandos. ¡¡¡No responden!!!. Estamos atrapados firmemente por una especie de invisible cepo de acero. 

¡Nuestra radio grazna y llega una voz que habla en ingles con acento que parece decididamente nórdico o alemán!.
El mensaje es: "Bienvenido a nuestro territorio, almirante. Os haremos aterrizar exactamente dentro de siete minutos. Relajaros, Almirante, estáis en buenas manos" 

Me doy cuenta de que los motores de nuestro avión están apagados. El aparato está bajo un extraño control y ahora vira sólo.
Recibimos otro mensaje radio. Estamos iniciando la maniobra de aterrizaje y en breve el avión vibra ligeramente comenzando a descender como sostenido por un enorme, invisible, ascensor. 

Algunos hombres se están aproximando, a pie, al avión. Son altos y tienen el pelo rubio. A lo lejos hay una gran ciudad destellante, vibrante con los colores del arco iris. No sé lo que sucederá ahora, pero no veo trazas de armas sobre los que se aproximan. Ahora oigo una voz que me ordena, llamándome por mi nombre, de abrir la puerta. Ejecuto. 

De este punto en adelante escribo los acontecimientos que siguen, volviéndolos a llamar a la memoria. Esto asienta la imaginación y parecería una locura si no hubiese acaecido verdaderamente. 

El técnico y yo fuimos sacados del avión y acogidos cordialmente. Luego fuimos embarcados sobre un pequeño medio de transporte semejante a una plataforma pero sin ruedas. Nos condujo hacia la ciudad destellante con extrema celeridad. Mientras nos aproximábamos, la ciudad parecía hecha de cristal. Alcanzamos en poco tiempo un gran edificio, de un estilo que nunca, antes, había visto. ¡Parecía haber salido de los diseños de Frank Lloyd Wright, o quizás más precisamente de una escena de Buck Regers!. 

Nos ofrecieron un tipo de bebida caliente de algo que nunca había saboreado. Era deliciosa. Después de unos 10 minutos, dos de nuestros sorprendentes anfitriones vinieron a nuestro alojamiento, invitándome a seguirlos. No tenía otra elección que obedecer. Deje a mi técnico-radio y caminamos un poco hasta entrar en aquello que parecía ser un ascensor. Descendimos durante unos instantes, el ascensor se paró y la puerta se deslizó hacia arriba silenciosamente. Proseguimos luego por un largo corredor iluminado por una luz rosa que parecía emanar de las mismas paredes. Uno de los seres hizo señal de pararnos ante una gran puerta. Encima de ésta había una inscripción que yo no estaba en grado de leer. La gran puerta se deslizó sin ruido y fui invitado a entrar. 

Uno de los anfitriones dijo: "No tenga miedo, Almirante, vais a tener un coloquio con el Maestro". 

Entré y mis ojos se adecuaron lentamente a la maravillosa coloración que parecía llenar completamente la estancia. Entonces comencé a ver aquello que me rodeaba. Lo que se mostró a mis ojos era la vista más sorprendente de toda mi vida. 

En efecto, era demasiado magnífica para poder ser descripta. Era deliciosa. No creo que existan términos humanos capaces de describirla, en cada detalle, con justicia. 

Mis pensamientos fueron interrumpidos dulcemente por una voz cálida y melodiosa: "Le doy la bienvenida a nuestro territorio, Almirante".
Vi un hombre de facciones delicadas y con las señales de la edad sobre su rostro. Estaba sentado en una mesa grande. Me invitó a sentarme en una de las sillas. Después de sentarme, unió la punta de sus dedos y sonrió. Habló de nuevo dulcemente y dijo cuanto sigue: "Lo hemos dejado entrar aquí porque usted es de carácter noble y bien conocido en el mundo de superficie, Almirante". 

¡Mundo de superficie! ¡Casi quedé sin aliento!.
"Si -recalcó el Maestro con una sonrisa-, usted se encuentra en el territorio de los Arianos, el Mundo sumergido de la Tierra. No retardaremos mucho su misión y seréis acompañados de vuelta sobre la superficie y además sin peligro. Pero ahora, Almirante, le diré el motivo de su convocación aquí.

Nuestro interés comenzó exactamente inmediatamente después de la explosión de la primera bomba atómica por parte de vuestra raza sobre Hiroshima y Nagashaki, en Japón. Fue en aquel momento inquietante cuando expedimos sobre vuestro mundo de superficie nuestros medios voladores: los Flugelrads , para investigar sobre aquello que vuestra raza había hecho. Ésta es, obviamente, historia pasada, Almirante, pero permítame seguir. 

Vea, nosotros nunca, antes de ahora, habíamos interferido en las guerras y en la barbarie de vuestra raza, pero ahora debemos hacerlo en cuanto vosotros habéis aprendido a manipular un tipo de energía, la atómica, que no es, de hecho, para el hombre. Nuestros emisarios ya han entregado mensajes a las potencias de vuestro mundo y sin embargo estas no los atienden. Ahora usted ha sido elegido para ser testigo de que nuestro mundo existe. Vea, nuestra cultura y nuestra ciencia están miles de años por delante de las vuestras, Almirante". 

Lo interrumpí: "¿Pero todo esto que tiene que ver conmigo, Señor?". Los ojos del Maestro parecían penetrar de forma profunda en mi mente y después de haberme estudiado un momento, contestó: "Vuestra raza ha alcanzado el punto de no retorno, porque hay algunos, entre vosotros, que destruirían todo vuestro mundo antes que renunciar al poder, así como lo conocen.". 

Asentí y el Maestro continuó: "Desde 1945 en adelante, hemos intentado entrar  en contacto con vuestra raza pero nuestros esfuerzos han sido acogidos con hostilidad: se hizo fuego contra nuestros Flugelrads . Si, hasta fueron seguidos con maldad y animosidad por vuestros aviones de combate. Así ahora, hijo mío, le digo que hay una gran tempestad en el horizonte, para vuestro mundo, una furia negra que no se extinguirá durante varios años. No habrá defensa con vuestras armas, no habrá seguridad en vuestra ciencia. 

Asolará hasta que cada flor de vuestra cultura haya sido pisoteada y todas las cosas humanas sean dispersadas en el caos. La reciente guerra ha sido solamente un preludio a cuanto todavía debe advenir a vuestra raza. Nosotros, aquí, podemos verlo más claramente a cada hora... ¿Cree que me equivoco?."
-"No -contesté-, ya ha sucedido una vez en el pasado; llegaron los años oscuros y duraron 500 años". 

"¡Si, hijo mío -replicó el Maestro-, los años oscuros que llegarán ahora para vuestra raza, cubrirán la Tierra con un paño mortuorio, pero creo que alguno, entre vosotros, sobrevivirá a la tempestad, más que esto no sé!. Nosotros vemos en un futuro lejano emerger de nuevo, de las ruinas de vuestra raza, un mundo nuevo en busca de sus legendarios tesoros perdidos y estos estarán aquí, hijo mío, al seguro en nuestro poder. Cuando llegará el momento apareceremos para ayudar a vivir vuestra cultura y vuestra raza. Quizás para entonces habréis aprendido la futilidad de la guerra y de su lucha... y después de aquel momento una parte de vuestra cultura y ciencia os serán restituidas para que vuestra raza pueda recomenzar. Usted, hijo mío, debe volver al Mundo de Superficie con este mensaje."

Con estas palabras decisivas, nuestro encuentro parecía llegar a término. Por un momento me pareció vivir un sueño... y, sin embargo sabía que aquella era la realidad y por alguna extraña razón me incline levemente, no sé si por respeto o humildad. De improviso me di cuenta de que los dos fantásticos anfitriones, que me habían conducido aquí, estaban de nuevo a mi lado. "Por aquí, Almirante", me indicó uno de Ellos. 

Me giré una vez más antes de salir y miré al Maestro. Una dulce sonrisa estaba impresa en su anciano y delicado rostro. "Adiós, hijo mío", me dijo e hizo un gesto suave con su grácil mano, un gesto de paz y nuestro encuentro llegó definitivamente a su fin. Salimos rápidamente de la estancia del Maestro por la gran puerta y entramos otra vez en el ascensor. La puerta descendió silenciosamente y nos movimos inmediatamente hacía lo alto.
Uno de mis anfitriones habló de nuevo: "Ahora debemos apresurarnos, Almirante, en cuanto el Maestro no desea retardar más vuestro programa previsto y debéis volver a vuestra raza con su mensaje". 

No dije nada, todo esto era casi inconcebible y, una vez más mis pensamientos se interrumpieron apenas nos paramos. Entré en la estancia y estuve de nuevo con mi técnico-radio. Tenía una expresión ansiosa sobre su rostro. Acercándome dije: "Todo esta bien, Howie, todo esta bien". 

Los dos seres nos señalaron el medio en espera, salimos y pronto alcanzamos nuestro avión. Los motores estaban al mínimo y nos embarcamos inmediatamente. La atmósfera, ahora, estaba cargada de un cierto aire de urgencia. Cuando la puerta estuvo cerrada, el avión fue inmediatamente transportado a lo alto por aquella fuerza invisible hasta que alcanzamos los 2.700 pies. Dos de los medios aéreos estaban a nuestros flancos, a una cierta distancia, haciéndonos planear a lo largo de la vía del retorno. Debo remarcar que el indicador de velocidad no indicaba nada, sin embargo nos estábamos moviendo muy rápidamente. 

Recibimos un mensaje radio: "Ahora os dejamos, Almirante, vuestros controles están libres. ¡¡¡Wiedersehen!!!
Miramos por un instante los Flügelrads, hasta que desaparecieron en el cielo azul pálido. El avión pareció, de improviso, capturado, por una corriente ascensional. Tomamos inmediatamente el control. No hablamos durante un rato, cada uno de nosotros estaba inmerso en sus propios pensamientos.
Sobrevolamos nuevamente extensiones de cielo y nieve, a unos 27 minutos del campo base. Enviamos un mensaje radio, nos contestan. Tenemos condiciones normales... normales. Del campo base expresan alivio por haber establecido nuevamente el contacto. 

Aterrizamos suavemente en el campo base. Tengo una misión que cumplir.
11 de marzo de 1947. He tenido, apenas, un encuentro de Estado Mayor en el Pentágono. He relatado enteramente mi descubrimiento y el mensaje del Maestro. Todo ha sido debidamente registrado. El Presidente ha sido puesto al corriente. Me retienen algunas horas (exactamente 6 horas y 39 minutos). Soy cuidadosamente interrogado por las Top Security Forces y por un equipo médico. ¡Es un tormento!. Me ponen bajo estrecho control de los medios de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de América. Me recuerdan que soy un militar y que, por consiguiente, debo obedecer las ordenes. 
 
Última anotación: 30 de diciembre de 1956. Estos últimos años, transcurridos desde el 1947 hasta hoy, no han sido buenos... He aquí, pues, mi última anotación en este singular diario. Concluyendo, debo afirmar que, debidamente, he mantenido secreto este argumento, como se me ordenó, durante todos estos años. He hecho esto contra todo principio mío de integridad moral. Ahora siento aproximarse la gran noche y este secreto no morirá conmigo, sino, como toda verdad, triunfará. 

Ésta es la única esperanza para el género humano. ¡He visto la verdad y ésta ha revigorizado mi espíritu donándome la libertad!. He hecho mi deber con relación al monstruoso complejo industrial militar. Ahora la larga noche comienza a aproximarse, pero habrá un epílogo. Como la larga noche del Antártico termina, así el sol brillante de la verdad surgirá de nuevo y aquellos que pertenecen a las tinieblas perecerán a su luz... 

Porque yo he visto "Aquella Tierra más allá del Polo, aquel Centro del Gran Desconocido". 


 Hasta aquí llega lo que pude encontrar en Internet del diario secreto del  Almirante Byrd. ¿Es real lo que dice este diario o es pura fantasía?

EL SECUESTRO DEL AVIÓN DE MALAYSIA: CLAVES ESCALOFRIANTES


domingo, 24 de marzo de 2013

FIN DEL SUFRIMIENTO



 
Desde el instante en el que nacemos hasta que morimos pasamos por una infinidad de problemas de todo tipo. Existe muchísimo miedo en todos los seres humanos, muchísima ansiedad, incertidumbre, y también está la persecución del placer, del poder y de la seguridad. Casi todos los seres humanos de esta bellísima Tierra sufren mucha pena y soledad. Después de miles de años, el ser humano sigue siendo un bárbaro, cruel, vulgar, lleno de ansiedad y odio. El hombre siempre ha estado en conflicto, pero sin paz en lo interno, en lo psicológico, el cerebro no puede florecer, los seres humano no pueden vivir de manera completa, holística.

Cada uno de nosotros es el resto de la humanidad. Por lo tanto, psicológicamente, no somos individuos. La conciencia de un no es “su” conciencia. Es la conciencia del resto de la humanidad, porque todos pasamos por la misma molienda, por el mismo conflicto inacabable. Cuando el ser humano comprenda esto, no emocionalmente, no como un concepto intelectual, sin como algo concreto, real, verdadero, no matará a otro ser humano. Jamás matará a otro, ni física, ni verbal o intelectualmente, porque entonces se está matando a sí mismo.


Pero en todo el mundo se ha fomentado la individualidad. Cada cual lucha para sí mismo, para lograr su éxito, su realización, su logro personal, persiguiendo sus deseos y generando estragos en el mundo.


Debemos descubrir por nosotros mismo la razón por la que los seres humanos hayan reducido el mundo a lo que es ahora, tenemos que investigar juntos por qué hay conflicto en las relaciones personales, si es posible terminar con este conflicto. De lo contrario, jamás tendremos paz en esta Tierra.


Mucho antes del cristianismo, el ser humano rendía culto a los árboles, a las piedras, a los animales, al relámpago, al sol; no había sentido alguno de “Dios”, porque consideraban que la Tierra era la madre que debía ser venerada, preservada, salvada de la destrucción, y no destruida como ahora lo estamos haciendo.


Debemos mirar las cosas tal como son, no como creemos que son, no desde la idea o del concepto acerca de lo que es, sin simplemente mirar. Y, si es posible, mirar no verbalmente, lo cual es mucho más difícil.


Aquí, en este mundo, es en el que debemos vivir, y no es el mejor camino escapar de él por medio de los monasterios o de experiencias “religiosas”; uno debe dudar de todas sus experiencias. El ser humano ha hecho todo lo posible en la Tierra para escapar de la realidad del vivir cotidiano con todas sus complejidades. El ser humano persigue su propia ambición, se encuentra impulsado por el deseo. Por eso es imprescindible que pueda haber una relación adecuada cuando cada uno está persiguiendo sus propios deseos, sus ambiciones, su codicia, su propia importancia. A causa de esta división en la relación no hay amor.


El egoísmo y el interés propio es el origen de la corrupción, de la destrucción. El interés propio domina el mundo y, en consecuencia, hay conflicto. Se genera separación; hay divisiones nacionales, religiosas, personales… Donde hay división tiene que haber conflicto, esto es una ley. Vivimos nuestra vida cotidiana desde un pequeño, circunscripto y limitado “yo”. El “yo” es limitado, y esa es siempre la causa del conflicto. Es el núcleo central de nuestra lucha, de nuestra pena, de nuestra ansiedad. Cada cual está ocupado consigo mismo, vive en un mundo separado, todo para él. Por lo tanto hay división entre uno y otro, entre uno y su religión, entre uno y su dios, entre uno y sus ideologías. Pero es necesario comprender, no porque se haya leído en ninguna parte, sino porque se ve como un hecho real, a fondo, que uno es el resto de la humanidad, se compone de creencias, miedos, fe, dioses, ambiciones personales, etc. Toda nuestra conciencia se compone de esto, que es producto del pensamiento.

El pensador es un ente ficticio que crea el pensamiento. Uno no es el mismo ayer que hoy, ni es el mismo hoy que será mañana. Uno no es el mismo segundo tras segundo, el único que hace parecer que uno es el mismo segundo antes y segundo después es el pensamiento, la mente, la memoria. Es la mente infantil, inmadura, que busca el sentimiento de seguridad, de permanencia.


La llama de una vela no es la misma instante tras instante. El ser humano no es un ser individual separado de sus semejantes. Al contrario, pertenece a un campo único de consciencia que se vivencia desde la Unidad. Y este es un aspecto muy importante a tener en cuenta cuando se permite la disolución del espacio que existe entre el experimentador y lo experimentado.

UNA NUEVA DIMENSION

Hacemos de la Vida un problema, y para resolver este problema necesitamos comprender la mente y el pensamiento. Cuando comprendemos el proceso que sólo alimenta al “yo”, y que es totalmente inútil, y vemos completamente la verdad, llegamos a la cuestión fundamental del sufrimiento: el pensador que se separa de su pensamiento, de su observación, de su vivencia.

Cuando el ser humano comprende que cualquier especulación, cualquier verbalización, cualquier forma de pensamiento sólo da vigor al ego, cuando ve que mientras el pensador exista apartado del pensamiento tiene que haber limitación, tiene que producirse el conflicto de la dualidad, cuando el ser humano se da cuenta de esto, entonces vive alerta y capta sin cesar cómo se separa de la experiencia, afirmando su ego, dándole poder.

Existe la posibilidad de que todos nuestros sentidos funcionen como una totalidad. Podemos observar el movimiento del mar, las claras y eternamente inquietas aguas, observarlas completamente, con todos nuestros sentidos, u observar, mirar un árbol, una persona, un pájaro en vuelo, el sol poniente, la luna que se levanta, con todos nuestros sentidos plenamente despiertos. Si lo hacemos descubriremos por nosotros mismos, no por estas palabras, que no hay centro alguno desde el que se muevan los sentidos.

Entonces no hay limitación en ello. La mayoría de las personas “vive” con los sentidos parciales o específicos, nunca vive con todos sus sentidos plenamente despiertos, florecientes. Cuando los sentidos están plenamente despiertos la mente y el cuerpo se relajan y se vuelven extraordinariamente quietos. Sólo si el ser humano prosigue esta comprensión, comprendiendo cada vez más clara, profunda y extensamente, sin buscar un fin, sin buscar una meta, llega un nuevo estado de ser en el que el pensador y el pensamiento son uno sólo. Entonces uno se adentra una nueva dimensión de la existencia.

EL SUFRIMIENTO

Por una parte existe el dolor físico, que siempre se produce por alguna razón y nos aporta alguna enseñanza, y por otra, el sufrimiento o el dolor psicológico. El sufrimiento tiene su origen en la propia reacción ante los hechos y no en la realidad de lo que está ocurriendo. No lo produce la realidad, sino la mente en la que se arraiga el deseo, la exigencia, los prejuicios, los miedos, etc. Por ejemplo, si vamos al campo, llueve y nos enfadamos, la causa del enfado no está en la lluvia, sino en la propia reacción, porque se han contrariado los propios planes y deseos. Si se tienen problemas quiere decir que se vive dormido. Uno mismo crea los problemas. La realidad sólo plantea dificultades que es preciso resolver. Si vemos que el sufrimiento que nos aflige lo producimos nosotros mismos y no los demás, quiere decir que estamos despertando. Cuando nos veamos cansados de sufrir, ese será un buen momento para despertar.

Queremos que el sufrimiento se alivie, se aleje, se elimine mediante una explicación. Y esto, indudablemente, no ofrece la comprensión del sufrimiento. No es lo mejor establecer como fin hacer desaparecer el sufrimiento, pues esto no es más que un movimiento más de nuestra propia mente, siempre limitada y condicionada. Si desarrollamos la suficiente madurez como para comprender el deseo de huir del sufrimiento comenzamos a comprender cuál es su contenido, qué es lo que nos quiere enseñar. Es muy importante comprender este punto.

Todos experimentamos dolor. Si queremos podemos analizarlo y explicar por qué sufrimos, podemos leer libros sobre el tema o ir a la iglesia, y pronto sabremos algo acerca del dolor. Pero no estamos hablando de eso, hablamos del fin del dolor. El fin del dolor empieza cuando nos enfrentamos a los hechos psicológicos que tienen lugar dentro de nosotros, y estamos por completo alertas, de instante en instante, a todas las implicaciones de esos hechos. Esto significa no escapar jamás del hecho de que uno sufre, no racionalizarlo ni ofrecer opinión alguna al respecto, sino vivir completamente con ese hecho. Pero la mayoría de nosotros no es consciente de nada. No somos conscientes de nuestros amigos, de nuestra esposa, de nuestros hijos ni de los continuos movimientos sutiles que se producen en nuestro interior.

Para comprender es necesario amar. Para comprender el dolor debemos amarlo, debemos ser conscientes de él. Si queremos comprender algo -a nuestro vecino, esposa, o a cualquier relación-, si queremos comprender algo completamente, necesitamos estar muy cerca de ello. Es preciso llegar a ello sin reparo alguno, sin prejuicio, condena o repulsión, tenemos que mirarlo sin condicionamientos. Debemos ser conscientes de la persona o de la situación, lo cual implica que debemos amarla. De igual manera, si queremos comprender el dolor, debemos amarlo, debemos ser conscientes de él. Pero no podemos hacerlo porque escapamos del sufrimiento mediante explicaciones, teorías, esperanzas y postergaciones, todo lo cual constituye un proceso de verbalización. Así pues, las palabras y la mente me impiden ser conscientes del dolor y de todas las cosas. Por otra parte ocurre que nos habituamos a vivir con el dolor, y esto nos impide ser uno con él. Vivir con algo o con alguien y no habituarse a ello requiere una energía enorme, una percepción alerta que impida a nuestra mente embotarse.

De igual manera, el sufrimiento embota la mente si nos acostumbramos a él. Y casi todos nos acostumbramos a él. Pero no es necesario que nos habituemos al sufrimiento. Éste es una perturbación en diferentes niveles de la persona, en el físico y en los distintos niveles del subconsciente. Es una forma aguda de perturbación que nos disgusta. Nuestro hijo ha muerto o se ha marchado. Habíamos erigido en torno a él todas nuestras esperanzas; o en torno a nuestra hija, o de nuestro esposo, o de lo que sea. Lo teníamos en un altar, junto a todas las cosas que deseábamos que él fuera; o hemos tenido un compañero y de pronto se ha ido, ya conocemos todo eso. A esta perturbación le llamamos sufrimiento.

Al no gustarnos el sufrimiento y desear escapar de él comenzamos a preguntarnos por las razones de por qué sufrimos y, a continuación, justificamos nuestro sufrimiento. Nos decimos a nosotros mismos todos lo que queríamos a esa persona o a esa posesión que hemos perdido e inconscientemente tratamos de encontrar un escape en las palabras y en las creencias. Todo ello opera en nosotros como un narcótico.

Pero si no hacemos esto, si no escapamos mediante el pensamiento sencillamente sucede que captamos el sufrimiento, pero no como una cosa distinta de nosotros mismos, no como observadores que observan el sufrimiento, sino que éste forma parte de nosotros mismos, es decir, la totalidad de nosotros mismos sufre. Entonces podemos seguir el movimiento del dolor y ver hacia dónde nos conduce. Si captamos de esta manera el dolor es seguro que nos revela su sentido, su razón, el por qué aparece en nuestra vida.

Entonces veremos que hemos puesto el énfasis en el ego, no en la persona, cosa o situación que amamos y se ha ido. Aquella persona, cosa o situación, servía para ocultarnos nuestro propio sufrimiento, para evitar viéramos lo que hay en realidad en nuestro interior, la soledad y el infortunio.

En realidad nos menospreciamos pensando que no somos nada, que no tenemos valor, y creemos que mediante las personas y las cosas somos “algo”. Por eso lloramos, porque cuando terminan nos encontramos solos y abandonados, no lloramos porque se hayan ido.

Es muy difícil llegar a este punto de comprensión. Realmente es difícil reconocerlo y no decir simplemente, "estoy solo ¿Cómo podré librarme de esta la soledad?", lo cual es otra forma de huida, sino ser consciente de este vacío, mantenerse en él y ver su movimiento. Si dejamos que el sufrimiento se manifieste y nos revele su significado, vemos que sufrimos porque estamos perdidos y que se nos exige prestar atención a algo que no queremos mirar. Se nos impone algo que nos resistimos a ver y comprender.

Innumerables personas y organizaciones están dispuestas para ayudarnos a huir y evadirnos. Todas llamadas "religiosas", con sus creencias y sus dogmas, con sus esperanzas y sus fantasías. "Es la voluntad de Dios" "es el Karma". Todos nos brindan una salida, bien lo sabemos.

Si podemos permanecer con el dolor y no apartarlo de nosotros, ni tratar de negarlo, lo único que existe, entonces, es el sentimiento de intenso dolor, en el que nuestra mente se encuentra en silencio. El dolor es una realidad y no una mera palabra, porque aquí la palabra no tiene sentido. El dolor existe respecto a una imagen, a una experiencia, respecto a algo que poseemos o no poseemos. De modo que el dolor está en relación con algo. Es decir, tan sólo sufrimos en relación con algo. El sufrimiento no puede existir por sí solo, así como el temor tampoco puede existir por sí solo, sino siempre en relación con algo, con un individuo, con un incidente, con un sentimiento, etc. Ahora ya nos podemos dar plena cuenta de cómo opera el sufrimiento en nuestra vida.

El sufrimiento no distinto de nosotros, en realidad no somos simplemente el observador que capta el sufrimiento, sino que nosotros mismos somos ese sufrimiento. Cuando no hay un observador que sufre el sufrimiento no es diferente de nosotros, somos el sufrimiento. Entonces no estamos separados del dolor, sino que somos el dolor. Ya no le evaluamos, no le juzgamos ni le damos nombre y, por lo tanto, no le rechazamos. Somos ese dolor, sencillamente somos ese sufrimiento, esa sensación de agonía. Cuando somos eso, cuando no le tememos, cuando somos uno con el dolor, no hay nada que hacer.

Entonces ocurre en nosotros una transformación radical. Ya no existe el "yo sufro", porque no hay ego que sufra, y el ego sufre porque nunca nos hemos parado a examinar lo que es el ego. Sólo vivimos de palabra en palabra, de reacción en reacción. Jamás decimos "veamos qué es eso que sufre". Y no lo podemos ver por que miramos con intereses y con disciplina.

Debemos mirar con espontánea comprensión. Entonces veremos lo que llamamos "dolor” y “sufrimiento", veremos que lo que queremos evitar se ha desvanecido. Si en nuestra relación con el sentimiento de dolor no lo consideramos como "algo" aparte de nosotros, no hay problema. Pero en el momento en que consideramos al dolor como "algo" separado de nosotros mismos, sí que surge el problema. Mientras tratamos el sufrimiento como algo fuera de nosotros -sufrimos porque hemos perdido a nuestro hermano, porque no tenemos dinero, por esto o por aquello-, establecemos una relación con ese algo, y esa relación es ficticia. Pero si somos esa cosa, si vemos completamente el hecho, entonces todo se transforma, todo tiene un significado diferente. Entonces existe atención total, atención integrada, y aquello que se considera en su totalidad se comprende y se disuelve. Y así no hay temor y, por lo tanto, la palabra "sufrimiento" resulta que no existe.

Sólo si no establecemos relaciones ficticias con el dolor, si somos el dolor, si vemos el hecho de nuestro sufrimiento, entonces todo el tema se transforma, adquiere un significado por completo diferente. Entonces hay atención plena, y aquello que es observado en su totalidad, es comprendido y disuelto; por lo tanto la palabra dolor no existe.

No es complicado permitir que el sufrimiento se disipe. Las ideas actúan como un escape; las ideas que se han convertido en creencias impiden el vivir completo, la acción completa, el ver lo que es. Son como el árbol que impide ver el bosque. Sólo se puede vivir de forma plena cuando existe un conocimiento propio cada vez más amplio y profundo... más abierto.

Cultivamos la mente haciéndola cada vez más ingeniosa, cada vez más sutil, más astuta, menos sincera y más tortuosa e incapaz de afrontar los hechos. Y cuando desde el centro -el ego- se mira dentro del sufrimiento, lo que hay es sufrimiento, únicamente eso.

La incapacidad de observar es la que da origen al sufrimiento. Cuando se percibe desde el ego esa observación que se obtiene es muy restringida, muy estrecha, muy trivial; y eso engendra sufrimiento. Sabemos que el dolor está ahí; es un hecho, y no hay nada más que conocer. Todos tenemos que vivir con el dolor. En uno mismo y en todas partes se ve sufrimiento, ignorancia y desconcierto. Pero la solución a esta situación se encuentra en investigarnos a nosotros mismos y a todo los que nos rodea, en ver la realidad de las cosas, en ser totalmente conscientes de ellas y obrar adecuadamente.


***


¿Cuál es el significado del dolor, del sufrimiento?
El dolor físico tiene un significado, es producido por alguna razón, pero ahora nos referiremos al sufrimiento psicológico.

¿Por qué deseamos descubrirlo, por qué queremos averiguar la razón por la que sufrimos?
Cuando nos hacemos la pregunta "¿por qué sufro?" y buscamos la causa del sufrimiento, ¿no huimos del sufrimiento? ¿no lo evitamos? El hecho es que sufro; pero en el momento en que la mente se ocupa del sufrimiento y digo ¿por qué?, ya he "aguado", disminuido, la intensidad del sufrimiento.
Queremos que el sufrimiento se alivie, se aleje, se elimine mediante una explicación. Y esto, indudablemente, no brinda la comprensión del sufrimiento. Si me libro, pues, de este deseo de huir del sufrimiento, empiezo a comprender cuál es su contenido.
Es muy importante comprender este punto.

¿Qué es el sufrimiento?
El sufrimiento es una perturbación en diferentes niveles de la persona: en el físico y en los distintos niveles del subconsciente. Es una forma aguda de perturbación que nos disgusta. Mi hijo ha muerto o se ha marchado. Había erigido en torno a él todas mis esperanzas; o en torno a mi hija, o de mi esposo, o de lo que sea. Lo tenía en un altar, junto a todas las cosas que deseaba que él fuera; o lo he tenido por compañero y de pronto se ha ido, ya conocéis todo eso. A esta perturbación le llamo sufrimiento.

¿Cómo respondemos, normalmente, ante el sufrimiento?
Al no gustarnos el sufrimiento decimos: "¿por qué sufro?", "lo amaba tanto", "él era esto" y "yo tenía aquello"... tratamos de encontrar un escape en las palabras, en los títulos, en las creencias. Todo ello opera en nosotros como un narcótico.

¿Qué sucede si no hacemos esto, si no escapamos mediante el pensamiento?
Sencillamente sucede que capto el sufrimiento, no como una cosa distinta de mí, no como un observador que observa el sufrimiento, sino que éste forma parte de mí mismo, es decir, la totalidad de mí mismo sufre. Entonces podemos seguir el movimiento del dolor, ver a dónde conduce. Si capto de esta manera el dolor es seguro que nos revela su sentido, su razón, el por qué aparece en nuestra vida.
Entonces veremos que hemos puesto énfasis en el "yo", no en la persona a quien amo y se ha ido.  Aquella persona, o aquella situación, servía para ocultarnos de nuestro propio sufrimiento, para evitar ver lo que hay en realidad en nuestro interior: la soledad y el infortunio.
Como yo no soy "algo", esperaba que él lo fuese. Aquello ya terminó; estoy abandonado, perdido, solo. Sin él o ella, o aquel estado, nada soy. Por eso lloro. No es que se haya ido; es que estoy abandonado, es que estoy sólo.
Es muy difícil llegar a este punto ¿verdad? Realmente es difícil reconocerlo, y no decir simplemente, "estoy solo ¿cómo podré librarme de esta la soledad?", lo cual es otra forma de huida, sino ser consciente de este vacío, mantenerse en él, ver su movimiento.
Así, gradualmente, si dejamos que el sufrimiento se manifieste y revele su significado, vemos que sufrimos porque estamos perdidos y que se nos exige prestar atención a algo que no queremos mirar. Se nos impone algo que nos resistimos a ver y comprender.
Por otro lado vemos que existen innumerables personas y situaciones para ayudarnos a huir, y evadirnos; miles de personas llamadas "religiosas", con sus creencias y sus dogmas, con sus esperanzas y fantasías. "Es la voluntad de Dios" "es el Karma"; todos nos brindan una salida, bien lo sabemos.

Pero si podemos permanecer con el dolor y no apartarlo de nosotros, ni tratar de negarlo, ¿Qué ocurre? ¿cuál es el estado de nuestra mente cuando sigue de este modo el proceso del sufrimiento?
Lo único que existe, entonces, es el sentimiento de intenso dolor. Y nuestra mente existe en silencio.
El dolor es una realidad y no una mera palabra, la palabra no tiene sentido.
El dolor existe respecto a una imagen, a una experiencia, a algo que poseemos o no poseemos. De modo que el dolor está en relación con algo.
Es decir, cuando hay sufrimiento, éste tan sólo existe en relación con algo. No puede existir por sí solo, así como el temor tampoco puede existir por sí solo, sino en relación con algo: un individuo, un incidente, un sentimiento...
Ahora ya nos podemos dar plena cuenta de cómo opera el sufrimiento en nuestra vida.

¿Es ese sufrimiento distinto de nosotros, y por lo tanto somos simplemente el observador que capta el sufrimiento, o nosotros mismos somos ese sufrimiento?
Cuando no hay un observador que sufre el sufrimiento no es diferente de nosotros, somos el sufrimiento. No estamos separados del dolor, somos el dolor.
Así, de esta forma no se le evalúa, no se le juzga, no se le da nombre y, por lo tanto, no se le rechaza: somos ese dolor, simplemente somos ese sufrimiento, esa sensación de agonía. Entonces, cuando somos eso, cuando no le tememos, cuando somos uno con el dolor, no hay nada que hacer.
Ha ocurrido una transformación radical en la persona. Ya no existe el "yo sufro", porque no hay "yo" que sufra, y el "yo" sufre porque nunca nos hemos parado a examinar lo que es el "yo". Sólo vivimos de palabra en palabra, de reacción en reacción. Jamás decimos "veamos qué es eso que sufre". Y normalmente no lo podemos ver por que miramos con intereses y con disciplina.
Debemos mirar mirar con espontánea comprensión. Entonces veremos lo que llamamos "dolor y sufrimiento", veremos que lo que queremos evitar se ha desvanecido.
Si en mi relación con el sentimiento de dolor no lo considero como "algo" aparte de mí, no hay problema. Pero en el momento en que considero al dolor como "algo" separado de mí, sí que hay problema. Mientras trato el sufrimiento como algo fuera de mí (sufro porque he perdido a mi hermano, porque no tengo dinero, por esto o por aquello), establezco una relación con ese algo, y esa relación es ficticia. Pero si soy esa cosa, si veo completamente el hecho, entonces todo se transforma, todo tiene un significado diferente. Entonces existe atención total, atención integrada; y aquello que se considera en su totalidad se comprende, y se disuelve, y así no hay temor, y, por lo tanto, la palabra "sufrimiento" resulta inexistente.


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Todos experimentamos dolor. Si queremos podemos analizarlo y explicar por qué sufrimos, podemos leer libros sobre el tema o ir a la iglesia, y pronto sabremos algo acerca del dolor. Pero no estamos hablando de eso: hablamos del fin del dolor.
El conocimiento no pone fin al dolor. El fin del dolor empieza cuando nos enfrentamos a los hechos psicológicos que tienen lugar dentro de nosotros, y estamos por completo alertas, de instante en instante, a todas las implicaciones de esos hechos.
Esto significa no escapar jamás del hecho de que uno sufre, no racionalizarlo ni ofrecer opinión alguna al respecto, sino vivir completamente con ese hecho.
La mayoría de nosotros no está en comunión con nada. No estamos en comunión directa con nuestros amigos, con nuestra esposa, con nuestros hijos.
Para comprender el dolor debemos amarlo, debemos estar en comunión directa con él. Si queremos comprender algo (a nuestro vecino, esposa, o a cualquier relación), si queremos comprender algo completamente, debemos estar cerca de ello. Debemos llegar a ello sin reparo alguno, sin prejuicio, condena o repulsión, debemos mirarlo sin condicionamientos. Debemos estar en comunión con la persona o situación, lo cual implica que debemos amarla.
De igual manera, si queremos comprender el dolor, debemos amarlo, debemos estar en comunión con él. Pero normalmente no podemos hacerlo porque escapamos del sufrimiento mediante explicaciones, teorías, esperanzas y postergaciones, todo lo cual constituye un proceso de verbalización.
Así pues, las palabras y la mente me impiden estar en comunión con el dolor y con todas las cosas.
Por otra parte ocurre que nos habituamos a vivir con el dolor y esto nos impide ser uno con él. Vivir con algo o con alguien y no habituarse a ello requiere una energía enorme, una percepción alerta que impida a nuestra mente embotarse. De igual manera, el sufrimiento embota la mente si nos acostumbramos a él. Y casi todos nos acostumbramos a él. Pero no es necesario que nos habituemos al sufrimiento.
Únicamente si no establecemos relaciones ficticias con el dolor, si somos el dolor, si vemos el hecho de nuestro sufrimiento, entonces todo el tema se transforma, adquiere un significado por completo diferente. Entonces hay atención plena, y aquello que es observado en su totalidad, es comprendido y disuelto; por lo tanto la palabra dolor no existe.