TODO EL MUNDO LO QUIERE.
TODO
EL MUNDO LO ANHELA.
PERO
¿QUÉ ES?
TRES AMORES DE
SIETE:
SENSUALIDAD,
SUFRIMIENTO Y PODER MANIPULATIVO
Amarte a ti mismo.
De acuerdo, crees saber la definición de ti mismo, pero desconoces el verbo en
movimiento del amor. ¿Qué significa eso? Bien, en este mundo hay
siete pasos que hemos manifestado, aunque sea en pequeña medida. Yo lo hice y
tú estás en proceso de hacerlo. La pirámide está hecha de siete niveles, siete
cuerpos, siete conciencias, siete campos de conciencia vital. Y de
momento has bajado por la escalera, pero aún no has vuelto a subir por ella. De
modo que ahora abordamos la cuestión de quererte a ti mismo. Muy bien.
¿A cuántas personas
les has dicho «te quiero» y les has hecho cosas y has pensado en ellas? ¿A
cuántas personas les has dicho estas palabras que nunca te has dicho a ti
mismo?
Así, en el primer
sello2, ¿a cuántos hombres y mujeres dijiste que les querías porque
estabas sumido en la lujuria y eras el depredador? Usas esta palabra mágica
para conseguir que alguien sea seducido por ti, para que te entregue su yo
íntimo, íntimo —eso es lo que estabas buscando—, mente, alma, y cuerpo. El
énfasis estaba en la mente, en la programación y en lo que seguía: el cuerpo.
«Te quiero.» ¿Cuántos de vosotros habéis dicho a las personas de vuestra vida
que les queríais porque estabais ardiendo de urgencia sexual? Levantad las
manos. Mirad alrededor. Mirad alrededor para saber que no estáis solos. ¿De
acuerdo? Urgencia inmediata, eso es lo que expresaste. Si estás operando desde
el primer sello, dirás cualquier cosa. Dirás cualquier cosa.
2
Los sellos son poderosos centros de energía conectados con importantes
glándulas y órganos corporales que facilitan siete grandes niveles de
conciencia diferenciados. Los tres primeros sellos son los centros que suelen
entrar en juego comúnmente en todas las complejidades del drama humano. El
primer sello se manifiesta como sexualidad, el segundo como dolor y
sufrimiento, y el tercero como poder y manipulación.
La mayor de las
leyendas es la leyenda del amor; es la mayor, la poción más mágica que existe.
Sacarás esa posición a relucir y dirás a esa persona que estás enamorado de
ella para poder derramar tu semilla o tener un orgasmo, o imponer tu voluntad
sobre ella. ¿Cuántos estáis de acuerdo con esto? Levantad la mano.
El primer sello es
el punto de venta políticamente más comercial para cualquier producto,
incluyendo esta escuela: el sexo vende. Por eso todos los anuncios
publicitarios son tan sexys. Por eso, al impartir las enseñanzas de la
verdad, este local se llena a rebosar de público cuando se habla de sexo, y
cuando digo sexo, quiero decir sexo. Ahora, ¿cuántos de vosotros
sabéis que estoy acertando hasta el momento en este asunto del amor?
Quiero plantearos una pregunta: Entonces, ¿dedicaríais vuestra vida, mente,
cuerpo y alma a esa persona a la que le dijisteis eso y que os creyó, e incluso
vosotros mismos os lo medio creísteis, en el calor de la pasión? Ahora quiero
plantearos esta pregunta: ¿Cuántos de vosotros os sentís felices de saber que
erais fornicadores en lugar de amantes? Vamos.
Creo ver una mano
perezosa levantándose por allí. Eso está bien. Ahora quiero preguntaros algo.
Vamos a hacer una pausa aquí. ¿Cuántos de vosotros seguís estando enamorados de
esa persona a la que preguntasteis o dijisteis eso para poder seguir adelante
en el calor de la pasión? ¿Cuántos de vosotros seguís enamorados de ellos?
Maravilloso. ¿Por qué no estáis con ellos? ¿Cuántos de vosotros no estáis? Que
así sea. Entonces regresamos a esa pregunta que en verdad nos dice: ¿dónde
encontramos el amor? Bien, en primer lugar, es un sentimiento extraordinario y
efímero que ocurre, pero su aparición no depende de nosotros. Empieza aquí
y se traslada hasta aquí. Esto es únicamente reactivo, emocional. Los tres
primeros sellos son el animal. Ellos son el animal. Son el territorial, el
depredador —que puede vencer al más débil—, la procreación. Es la parte animal
de tu naturaleza, a la que todo el reino animal se amolda.
¿Sabes?, nadie hizo
un avestruz hasta que fue eso que hacía el avestruz y se convirtió en ella. De
modo que toda la naturaleza está hecha de la conciencia de los dioses, y la
conciencia de los dioses está hecha según los tres primeros sellos de los
dioses. De modo que toda la naturaleza exhibe este «concepto de
multiplicarse sin responsabilidad, sin ninguna carga». Éste es el primero de
los tres sellos.
Pero recordad que
os enseñé cómo el Tiranosaurio Rex, cómo el avestruz, el caballo, el bisonte,
el tigre, el león, el alce, el pez llegaron aquí: por los dioses que los
crearon. Y los dioses que los crearon les dieron el aliento de la vida. Y,
entonces, ¿qué era la vida? Energía de los tres primeros sellos, energía del
primer sello. Por eso se le llama instinto animal.
Ahora bien, el
único tipo de amor que existe en el mundo animal —excepto en esos animales que
se aparean de por vida— es el de las madres que paren a sus retoños y los
cuidan y los crían hasta que son suficientemente fuertes para valerse por sí
mismos. Efectivamente, así es. De modo que el sexo no es amor. El sexo es un
instinto animal, un instinto humano básico, como es básico en la naturaleza. Es
básico en la bacteria Es básico en los virus. ¿Sabes?, la próxima vez que vayas
a enviar una tarjeta de San Valentín remítesela a tu viejo virus. Es sólo un
pensamiento
Quiero formularos
una pregunta para poner a prueba mi planteamiento. Vamos allá. ¿Seguís estando
tan apasionadamente enamorados de esas personas como decíais que lo estabais?
¿Levantaríais las manos si no lo estáis? Que así sea. ¿Por qué? ¿Por qué
dijisteis que les queríais? Por la poción mágica, ¿no es así?
Una de las grandes
enseñanzas que yo solía impartir —solía— se llama «ámate a ti mismo hasta
darte vida», amarte a ti mismo hasta darte vida. Ahora bien, amor no sólo es
una palabra de cuatro letras. Esto puede sonaros un poco adornado, como cuando
le echáis mostaza a un perrito caliente, pero el amor no nace en el primer
sello. ¿Cuántos de vosotros habéis usado vuestras enfermedades, habéis usado
vuestro cansancio corporal, vuestras dolencias para conseguir afecto de otros?
¿Por qué lo hicisteis? Os he planteado una pregunta: ¿Por qué lo hicisteis?
¿Por qué creasteis esa disposición tan sólo para conseguir atención? ¿Por qué?
¿Puedo contestarlo yo mismo? Hicisteis eso porque el primer sello ya estaba desgastado
y estabais pasando al segundo sello. ¿Os suena familiar?
Ahora, una vez más,
¿cuántos de vosotros creasteis enfermedad para conseguir la atención que el
amor sexual ya no os ofrecía o qué y no podíais obtener? Hay más de vosotros,
pero, de momento, esto es verdad.
Miradme, mi hermosa
gente. ¿Qué estabais buscando? Amor, suficiente como para enfermar por él, y a
veces incluso hacíais eso para poner a prueba a vuestra pareja, para que mediante
el dolor y el sufrimiento pudiera llegar esa atención, pero que no tuviera que
llegar a través del primer sello, sino que lo hiciera a través de vuestro
propio sentido de autorrespeto, de vuestra necesidad de sentir respeto por
vosotros mismos, de
vuestra propia necesidad de encontrar suficientes pruebas de que sois algo más
que vuestro cuerpo sexual. ¿Cuántos de vosotros sabéis que creasteis eso
completamente? Completamente. Es cierto. Oh, cariño, te queda un largo camino
para comprender la conciencia humana. La razón por la que quiero que hagáis
esto es porque curarse es exponerse a la verdad. La curación es una exposición
a la verdad.
Si estás dispuesto
a enfermar, si estás dispuesto a sentirte mal, si estás dispuesto a hacer esto
para poder transferir la energía de los órganos sexuales a otras partes de tu
cuerpo para ver si puedes conseguir atención, al menos eso es evolución. Eso
significa que hay un gran filón. Eso significa que hay materia prima. Eso
significa que hay una cualidad sagrada que estás buscando —la estás buscando—,
porque las personas que dicen a otras personas que las quieren: «Acuéstate,
creo que te quieres» o..., no, he olvidado por dónde iba. Ya lo diré bien. Pero
una gran vida no se hace a base de una gran sexualidad, porque la gran
sexualidad decae. Decae. Cuando hay más realismo y el vidrio de nuestro ojo
empieza a hacerse más claro y vemos lo que hemos hecho, ya no nos sentimos tan
atraídos hacia esta mentira.
Pero, ahora,
volvamos al Santo Grial. ¿Qué es lo que todos estamos buscando? Amor. ¿Qué es
lo que todos perseguimos? ¿Por qué llegaríamos a enfermar? Para conseguir en
nuestra vida normal al menos la misma atención que conseguimos en el
dormitorio, nos pondremos enfermos para inhabilitarnos y al mismo tiempo
conseguir el mismo toque humano, el afecto y esas palabras que nos
arrullan..., para ver si podemos hacerlo. La gente enferma porque está harta
de ser parte de un cuerpo, y de pensar y lavarse el cerebro con la idea de que
eso es verdadero amor. Lo harás sin dudar lo más mínimo tan sólo para ver si
eres más grande, o si tu pareja es más grande que el primer sello con el que la
has atraído magnéticamente hacia ti. ¿Cuántos de vosotros entendéis esto?
Que así sea.
Aquí vemos las
primeras semillas de la enfermedad. Vemos las primeras semillas
de la locura. Vemos las primeras semillas del final de la vida, porque después de que la mentira
se ha revelado no queremos afrontarla, de modo que creamos accidentes, creamos
enfermedad, creamos ocurrencias, creamos problemas para seguir recibiendo
atención, porque no se trata de lo que se nos hizo sexualmente, ni de lo que
nosotros hicimos; teníamos la esperanza de amar, y estábamos buscando el amor.
Ahora estamos en el segundo sello: creamos estas cosas con absoluta
determinación en el segundo sello de la enfermedad y la dolencia, de la
infelicidad, buscando que alguien comprenda, y nuestra necesidad es tan grande
que nuestra voz se escuchará por encima de la voz de las personas sanas.
Si el primer sello
es seducción —la eyaculación del hombre, la gratificación de la mujer—,
entonces las mujeres que siguen viviendo para esa gratificación sexual
procedente de sus maridos siguen luchando contra el exceso de peso. Y también
luchan contra la edad. Esas mujeres luchan contra todo tipo de cosas para hacer
que sus cuerpos sigan teniendo el mismo aspecto que tenían la primera vez que
se produjo el coito con ese hombre que les dijo que las quería. Ahora bien,
ellas ni siquiera..., ni siquiera oyen nada más. Tienen que limitarse a
recrear ese momento. Y lo cierto es que el sexo con la misma mujer, el sexo con
el mismo hombre, si eso es todo lo que estás buscando, se vuelve tedioso, y así
entramos en el adulterio, porque si ésa es la base de la unión, es la razón
misma por la que se comete adulterio, y también es la misma razón por la que se
genera desconfianza. Entonces nos movemos y llevamos esa misma energía al
segundo sello.
Y empezamos a hacer todas esas cosas por las
que habéis levantado las manos: enfermedad. Toda dolencia ocurre en la
conciencia del segundo sello. Todos los accidentes ocurren en la conciencia del
segundo sello. Todo agotamiento de las funciones corporales ocurre en la
conciencia del segundo sello. Toda enfermedad —dejadme que vuelva a hacer
hincapié en ello— ocurre en la conciencia del segundo sello. La vejez ocurre
en la conciencia del segundo sello.
Ahora bien, como
habéis levantado las manos tan gratuitamente cuando he expuesto los puntos de
verdad, dejadme que os diga algo: nunca vais a encontrar el Santo Grial en el
sexo. Nunca vais a encontrar el Santo Grial en la enfermedad y en el
contratiempo. Nunca vais a encontrar el Santo Grial en la energía del
resentimiento, en la energía de la culpabilidad, en la energía de cuando me
dijiste «te quiero» por primera vez, energía que ahora se ha metamorfoseado en
«esa zorra» —no os sintáis consternados; habéis pensado estas cosas, por
favor—; ahora se ha traducido en el tercer sello como: «Tú, bastardo
manipulador, tú.» Tú me dijiste que me querías. Yo te creí. Te di mi cuerpo.
Te di los mejores días de mi vida. Te has acostado con mi mejor amiga».
Creo que la siguiente pregunta que deberías plantearte es: ¿por qué esa
persona era amiga tuya? Deberíamos elegir y escoger a nuestros amigos
sabiamente. ¿He sido demasiado gráfico para vosotros, demasiado gráfico?
Al llegar al tercer
sello, el amor que se produjo en el primer sello se traduce como mantener a los
hijos, mantener al cónyuge y pagar facturas. Estoy hablando de cuando las
hormonas ya no corren por tus venas y tu mente gira como las ruedas de una
carreta con sus fantasías. No estás haciendo el amor con este hombre o mujer
que está a tu lado; estás haciendo el amor con otra persona, o la estás
observando como si ella lo hiciera con otra persona, porque si pensaras en él o
ella haciéndotelo a ti, eso no te haría sentir.
¿Sabes por qué
existen las fantasías sexuales y por qué se han convertido en una forma de
funcionar natural en esta sociedad? Porque son la señal de que si pensaras en
la persona con la que estás haciendo el amor, no tendrías el gran orgasmo que
estás teniendo. Y esto no es aplicable a todo el mundo, pero es aplicable a
todas esas personas a las que dijiste que les querías, y «acuéstate, creo que
te quieres» o... Sigo sin poder expresarlo bien. Bueno. Ya he aprendido
bastante en este plano. De modo que si tienes que fantasear cuando estás con tu
pareja sexual, por qué no le miras a los ojos y le dices: «¿Sabes qué?, no te
voy a hacer el amor esta noche. Voy a hacer el amor con tal-o-cual», o se lo
voy a hacer a un objeto; si haces eso, eso hará que empieces a caminar por el
sendero del amor.
CUANDO EL SEXO YA NO ES HACER EL AMOR
Comprendemos, por
tanto, que las primeras veces el amor sexual —el amor sexual— es implicación
total con el otro ser, total. A eso se le llama amor sexual, total
implicación; sin fantasías, simplemente implicación total. Eso es el amor
sexual. Si eres un degenerado y estás fantaseando...; lo que quiero decir es
que tú eres el que te conformas con menos. Conozco el caso perfectamente. Eso
es el amor sexual: cuando deseas tanto a alguien que no puedes esperar a
llevártelo a la cama contigo. Y cuando te metes en la cama con esa persona, tu
mente se vuelve loca con ella por todas tus fantasías: esa persona ha estado en
tus fantasías; ha ocupado tus pensamientos; ha ocupado tus
emociones.
Y por fin la metes
en la cama y ella te mete a ti en la cama, y ya está, y es fabuloso, de modo
que seguís haciéndolo, y seguís haciéndolo. ¿Qué ocurre el día en que tu mente
empieza a deambular un poco? ¿Qué ocurre entonces? Ya no es amor sexual; es
conveniencia. ¿Sí? ¿Cuántos estáis de acuerdo? Conveniencia. ¿Cuántos comprendéis
hasta ahora? Lo que os estoy preguntando es: ¿cuántos comprendéis el amor
sexual, y cuándo el amor sexual se va, cuándo el amor abandona la sexualidad y
ésta se convierte en un hábito en el que sustituimos personas, lugares, cosas,
tiempos y sucesos? Levantad la mano. ¿Puedo volver a ver esas manos
levantadas? Sé que habéis dudado un poco en este caso, pero gracias por vuestra
honestidad. Que Dios os bendiga. Que Dios os bendiga. ¿Sabéis por qué? Porque
siempre deberíamos saber la intención que está detrás de nuestros actos,
siempre. De acuerdo. Entonces, ¿cuántos habéis aprendido algo hasta ahora?
¿Y qué pasa cuando
te casas con una persona porque estás enamorado sexualmente de ella? ¿Cuántos
de vosotros os habéis casado con una persona porque estabais enamorados
sexualmente de ella? De acuerdo. Durante un tiempo, esa persona pudo satisfacer
el primer contrato de expectativas, pero no pudo satisfacer los contratos
siguientes; ¿o sí? De modo que ahora volvemos al misterio del efímero momento
de amor en la sexualidad. Dejad de comer. Siempre coméis cuando os ponéis
nerviosos. Parad; dejad la comida. Yo no soy un programa de televisión, y os
estoy hablando. Que así sea. Bien.
Llegamos así al
segundo sello. Dejadme que os diga algo. Esto puede resultar difícil de creer,
pero, en realidad, la gente fantasea con morir y con las enfermedades para
conseguir que otras personas les presten toda su atención, y esa fantasía es
tan fuerte como la fantasía sexual. Lo creáis o no —lo creáis o no, mujeres y
hombres viriles—, lo creáis o no, esas personas están un nivel por encima de
vosotros, en el segundo sello (chakra). Sé que esto es duro, pero si tu amante
se pone enfermo, deberías decirle: «Hay cariño, cariñito, cosita mía». Eso
significa que tu amante —tu amante— está buscando una mayor realización, un
orgasmo mayor. El mayor orgasmo de los amantes es enfermedad en el segundo
sello.
A todos os encanta
el sexo, pero pensad en el poderoso flujo de adrenalina que se produce cuando
la persona que amas cuida de ti, y te mima y te atiende, o te gustaría que así
fuera. Ése es un orgasmo mayor que el sexo.
Y este pequeño
brindis es para todos los que ahora comprendéis —escuchad—, los que ahora
comprendéis los problemas de salud, las enfermedades psicosomáticas, la
obesidad — ¿cuál es la antítesis de la obesidad?—, la delgadez, la inanición.
Se trata de cambios físicos, pero los cambios físicos sólo se deben a la
actitud. Vamos a brindar porque ahora comprendemos la razón por la que hemos
enfermado; «hemos, nosotros», no sé por qué sigo diciendo «nosotros», parezco
un profesor de la escuela dominical; no soy un profesor de la escuela
dominical, por favor. La razón por la que has enfermado, la razón por la que
has tenido accidentes, la razón por la que ansias la atención es porque es el
siguiente orgasmo en la línea ascendente de los siete sellos (chakras), las
siete escaleras, que llevan a probar el verdadero amor.
¿Cuántos de
vosotros habéis tenido fantasías de ser atropellados por un coche, o de
ahogaros, o de ser asesinados, o de sufrir una enfermedad catastrófica y morir
para que la pareja con la que habéis compartido el coito se enamorase más
profundamente de vosotros a costa de vuestra propia vida? ¿Cuántos las habéis
tenido? Levantad la mano. Daos la vuelta. Mirad a los demás. Mirad a vuestros
vecinos. Mirad alrededor. Vamos. Mirad alrededor. Quiero que sepáis que no
estáis solos. Mirad, mirad, mirad. Mirad alrededor. Por favor, hacedlo. No os
sintáis solos en esto, porque si lo hacéis, pensaréis que es algo especial, y
no lo es.
¿Cuántos de
vosotros, a partir de aquellos días de fantasías, habéis desarrollado
plenamente una enfermedad? Poneos de pie. Lo he preguntado porque vuestro
futuro se está poniendo de pie. He preguntado a esas personas que, a partir de
aquellas fantasías, ahora han desarrollado plenamente una enfermedad. Echad
una mirada a lo que la necesidad de amor del segundo sello produce
absolutamente en la vida humana. Miradles. Mirad, por favor. Esto no es un
invento de la imaginación de nadie. Daos la vuelta. Miradles.
Éstas son las
personas que ahora quieren curaciones milagrosas. ¿Que esto aún no ha tocado
vuestras vidas? Bien, sabéis que desde que me vaya hasta que me volváis a ver
transcurrirá algún tiempo, y quizá os unáis a las filas de estas personas. De
modo que quiero que miréis, como centinelas silenciosos de todos los demás
estudiantes aquí presentes, y quiero que veáis lo que la necesidad de amor,
insatisfecha en esta vida, ha creado para ellos. ¿Sabéis por qué ellos son así?
Porque todos y cada uno de vosotros, por vosotros mismos, les habéis dicho que
les amabais para conseguir dinero de ellos, o para conseguir un techo que os
cobije. Habéis hecho eso. Éstas son las personas que han pasado al siguiente
nivel y han enfermado. No todas ellas; algunos de los que están de pie sienten
que esto les está llegando ahora. Pero aquí estoy hablando de enfermedad real.
Estas personas
necesitan una extraordinaria cantidad de atención, una extraordinaria cantidad.
Necesitan ser amadas por encima de las fanáticas condiciones que han generado
en su vida. ¿Es eso posible? Porque, ¿veis?, si ellos han creado esto y han
perdido a las personas más queridas de su vida, se han quedado estancadas en
su fantasía —¿me estáis escuchando?—, ahora están buscando amor después de
haber llevado su fantasía a la manifestación. No puedo extenderme demasiado en
la explicación del impacto de esto. Seguid de pie.
Así pues, quiero
plantearos una pregunta: todos vosotros, almas libres de enfermedades que
seguís sentados, ¿cómo creéis que os llegó la muerte en vuestra última vida?
Silencio. Ahora sois jóvenes, ¿de acuerdo?, estáis libres de enfermedades.
¿Habéis muerto alguna vez? Pero no os lo podéis imaginar ahora que tenéis tanta
vitalidad y que los huesos no os duelen, que los músculos no os duelen. Quiero
decir que os sentís muy vivarachos. Así se sentían todas estas personas.
¿Pensáis que vuestra carencia no os va a atrapar? Oh, sí que os va atrapar.
¿Sabéis cómo sé eso? Porque moristeis en vuestra última vida; y después nacisteis
en esta. Si tienes fecha de nacimiento, sabemos que te has reencarnado. Que
así sea.
Mírales. Éstas son
las personas que usaron la fantasía para conseguir atención mediante el
deterioro de su propia salud. ¿Y cuántos de vosotros habéis hecho eso? Levantad
las manos. Sois los siguientes. Que así sea. Podéis sentaros.
Brindemos:
Por el agua de vida,
la claridad de la verdad,
y comprender el amor.
Que así sea.