La creciente influencia de Acuario es en gran parte responsable de los
cambios que están efectuándose ahora en toda nuestra vida planetaria y
en todos los reinos de la naturaleza.La influencia de Acuario es
omnipresente e interpenetrante.
Afecta a la conciencia, lo que a su vez
afecta a las formas de vida externas. De hecho, la era de Acuario, que
ya es parte de la conciencia humana actual, es más una cuestión de conciencia que
de tiempo. Los miembros de la familia humana que responden a los
principios y valores inherentes a Acuario son ya acuarianos en
conciencia y actividad, aunque la humanidad en su totalidad está todavía
luchando a través del período de transición saliendo de Piscis.
La
conciencia del verdadero Acuariano se ha expandido desde la intensa
autoconciencia de la persona media a la conciencia grupal del servidor
mundial. El individuo se transforma en lo universal, sin perder en lo
más mínimo su identidad espiritual individual. Una influencia así es muy
necesaria en un mundo en el que la humanidad se ha cristalizado en una
condición de egoísmo y separatividad. Al final de la era de Piscis, esto
se ha vuelto pronunciado y ostensible, una forma de vida conocida y
aceptada. Sin embargo, a la larga, nada podrá impedir que las poderosas
energías desciendan a través de la constelación de Acuario.
Estas
energías están dominadas por el rayo de amor y de sabiduría y por el
poder de anclar la energía espiritual en la forma material.Esta energía
amplía la experiencia y expande la conciencia. Es una fuerza
irresistible que barre a la humanidad hacia la nueva era, a pesar de sí
misma, y de sus resaca y resistencia Pisceana. Los impedimentos al
progreso que ahora parecen tan inmensos y que tienden a deprimir y
desanimar al espíritu pionero, son nuestra propia creación.
Representan
el total de nuestras actitudes de mente y corazón, todavía no
transformadas. Pero aquello que hemos creado puede ser cambiado o
desechado, construyendo de nuevo según los cambiantes requerimientos del
mundo actual.Este estado de conciencia Acuariano, como fuerza
omnipresente en numerosas personas hoy, no puede dejar de estimular el
cambio en la conciencia de toda la humanidad. En la medida en que los
servidores mundiales del reino humano puedan mantener su actitud dentro
de la corriente de energía de Acuario, recibiendo, dando y viviendo el poder y el amor al que tienen acceso, servirán para irradiar y transformar la totalidad del entorno humano.

Por ello el nombre esotérico de esta ley es “el agua y los
peces”. La era de Piscis preparó lenta, muy lentamente, el camino para
la expresión divina del servicio que será la gloria de los siglos
venideros. En la actualidad, tenemos un mundo que está llegando
lentamente a la comprensión de que “ningún hombre vive para si solo”y de
que sólo a medida que el amor, acerca del cual tanto se ha escrito y
hablado, encuentre su salida en el servicio, pueden los seres humanos
empezar a dar la talla de su capacidad innata.Este contacto es tan
definido y fijo que la vida del alma puede circular a través del cuerpo
físico que el alma debe, necesariamente, utilizar en el plano físico.
Es
la forma gracias a la cual la naturaleza del alma puede demostrarse en
el mundo de los asuntos humanos. El servicio no es una cualidad ni una
representación; no es una actividad hacia la que la gente debe
encaminarse esforzadamente, ni es un método de salvación mundial. El
servicio es una demostración de vida. Es una necesidad del alma y es un
impulso evolutivo del alma, así como el instinto de supervivencia o la
reproducción de las especies es una demostración del alma animal. Es un
instinto del alma y es, por tanto, innato y peculiar al desarrollo del
alma.
Es la característica sobresaliente del alma, igual que el deseo es
la característica sobresaliente de la naturaleza inferior, o de la
personalidad. Es el deseo grupal, igual que en la naturaleza inferior es
un deseo de la personalidad. Es el instinto al bien grupal. Por tanto,
no puede enseñarse ni imponerse a una persona como evidencia deseable de
aspiración, activado desde fuera y basado sobre una teoría del
servicio. Es, sencillamente, el primer efecto real, evidenciado sobre el
plano físico, del hecho de que el alma está empezando a expresarse en
la manifestación externa.
El aspecto más vital de este tipo de conciencia
grupal es la comprensión de una síntesis subjetiva que existe dentro
del grupo mundial de servidores y de la efectividad del trabajo
subjetivo en el que muchos participan, a pesar de estar ampliamente
separados físicamente y de no conocerse personalmente entre sí. Aquí, de
nuevo, hay un reconocimiento del poder y la efectividad del trabajo de
meditación realizado regular y rítmicamente por los grupos de todo el
mundo. Incluso careciendo del conocimiento consciente del hecho,
individuos y grupos están unidos en semejante servicio; y en la unión
está la fuerza.
El enlace entre la humanidad y la Jerarquía, entre la
personalidad y el alma, resulta fortalecido; el canal de comunicación de
energía también resulta fortalecido. La corriente de energía es más
potente y la respuesta en la conciencia de la humanidad más espontánea.Año
tras año, al retornar el Festival de la Luna Llena de Acuario, podemos
utilizar conscientemente la oportunidad y las energías disponibles para
ayudar a elevar y expandir la conciencia humana hacia la nueva era de
Acuario.
Oportunidad, iluminación y hermandad son tres regalos que se
confieren a la humanidad durante la era de Acuario: oportunidad de crear
los cambios necesarios; la extensión de la luz del alma, intuitiva e
iluminadora; y el crecimiento de las correctas relaciones humanas, la
unidad y la hermandad. El empleo del Mántram o plegaria mundial de la
Gran Invocación es una forma efectiva de conducir magnéticamente las
energías necesarias al campo de la conciencia humana.
Podemos cooperar en la meditación con
las metas de la nueva era de buena voluntad mundial, correctas
relaciones humanas y paz. Podemos abrir nuestros corazones y nuestra
consciencia al Cristo vivo y liberar las Fuerzas de Restauración a
través de una energía claramente dirigida en la meditación grupal,
concentrada a través de La Gran Invocación. He aquí las palabras:
Desde el punto de luz en la Mente de Dios,
Que afluya luz a las mentes humanas;
Que la Luz descienda a la Tierra.
Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,
Que afluya amor a los corazones humanos;
Que Aquél que viene retorne a la Tierra.
Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida,
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades humanas,
El propósito que los Maestros conocen y sirven.
Desde el centro que llamamos la raza humana,
Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.
Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.
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