Son niveles de aprendizaje distintos, y tenemos que aprender algunos
de ellos en carne propia. Tenemos que sentir el dolor. Los espíritus no
sienten dolor. Están en una etapa de renovación. El alma se renueva. En
estado físico, cuando entran en la carne, sienten dolor; pueden sufrir.
En forma espiritual no se siente dolor. Sólo existe felicidad, una
sensación de bienestar. Pero es un período de renovación por el que
pasamos. En estado espiritual, la relación entre la gente es distinta.
En estado físico, pueden experimentarse las relaciones.

Sin las
relaciones no lo sabríamos, no podríamos evaluar nuestro progreso. Son
oportunidades maravillosas para aprender, aunque difíciles.
Estamos
aquí en estado físico para aprender y crecer. Aprendemos rasgos y
cualidades como el amor, la no violencia, la compasión, la caridad, la
fe, la esperanza, el perdón, la comprensión y la conciencia. Tenemos que
olvidar rasgos y cualidades negativos, entre ellos el miedo, la rabia,
el odio, la violencia, la avaricia, el orgullo, la lujuria, el egoísmo y
los prejuicios.
Esas lecciones las aprendemos principalmente a través de las relaciones.
Puede
aprenderse más cuando hay muchos obstáculos que cuando hay pocos o
ninguno. Una vida con relaciones difíciles, repleta de obstáculos y
pérdidas, presenta muchas más oportunidades de crecimiento del alma. Una
persona puede haber elegido la vida más difícil para poder acelerar su
progreso espiritual.
En ocasiones un hecho negativo, como
perder un trabajo, puede suponer la apertura de una oportunidad mucho
mejor. No tenemos que sufrir con anticipación. Es posible que el destino
necesite algo más de tiempo para tejer su intrincado tapiz. Además del
dolor y de las dificultades, también hay amor, alegría y éxtasis en este
mundo. Estamos aquí para vivir en comunidad, para aprender sobre el
amor al estar entre otros seres humanos que siguen la misma senda, que
aprenden las mismas lecciones. El amor no es un proceso intelectual,
sino una energía bastante dinámica que fluye por nuestro interior en
todo momento, seamos o no conscientes de ello. Tenemos que aprender a
recibir amor, además de darlo. Sólo en la comunidad, sólo en las
relaciones, sólo en el servicio a los demás podemos aprender realmente
la energía del amor, que todo lo abarca.
Extracto del libro, Los mensajes de los sabios, de Brian Weiss