Como chispas cósmicas, en diferentes lugares del mundo, los seres humanos están despertando.
Hasta
en aquellos recónditos lugares donde había una persona, sólo una,
pensando en un cambio, creyéndolo imposible… Hasta en aquel lugar donde
la indiferencia y el sedentarismo interno formaban el cotidiano vivir;
hasta en aquellos sitios donde el repetir modelos o el cargar caretas
sociales eran moneda corriente; hasta en esos lugares donde el miedo
cerraba las puertas, el silencio era el amigo fiel, y se nadaba en la
superficie de lo aparente, incluso en todos estos lugares, algo está
sucediendo, ya no son lo mismo que hace un tiempo.
Algo
está sucediendo, seres y más seres despiertan a una nueva conciencia, y
se preguntan aquello que nadie se preguntó, o por lo menos nadie, en
voz alta.
Algo
está sucediendo… Se ve por la necesidad, por las nuevas búsquedas, por
las nuevas tendencias. Se ve en las escuelas cuando empiezan a
incorporar nuevas pedagogías. Se ve en los médicos cuando dejan de hacer
los “masters en los síndromes” de moda, y comienzan a hacer un camino
propio, de investigación sobre su propia experiencia, sobre los hechos
que están pasando verdaderamente Ahora. Así es que por ejemplo se abren a
las terapias y disciplinas que se llaman “alternativas”. Que ahora
están dejando de ser “alternativas”, para volverse una posibilidad al
mismo nivel de necesidad y seriedad, que cualquier otra disciplina
reconocida formalmente.
Es
que lo formal se da cuenta de que algo está sucediendo. Se da cuenta de
que aquella persona, una persona como tantas otras, hoy está
reflexionando sobre algo que ayer hacía mecánicamente.
Es
que si! Algo está sucediendo, y lo vemos vivir y surgir en las miradas
de los niños, en la inconformidad de los jóvenes que dicen:“No quiero
vivir más en esta sociedad abiótica, dura, enferma” .
Es que si! Algo está sucediendo, y debemos hacernos conscientes de ello. Como humanidad estamos despertando.
¿Hacia
dónde nos lleva esto? ¿Sabremos aprovechar el potencial espiritual que
tenemos? ¿Podremos hacerlo de forma madura, sin que el ego comande
nuestra realización?
Estas
son preguntas que sólo las responderá el tiempo, la experiencia,
nuestras elecciones. Aún así, sea rápido o lento, hacia un lugar estamos
eligiendo ir. Un lugar más consciente, verdadero, más puro y unido a
nuestro propósito como Seres Humanos y Espirituales. En definitiva,
entre errores y aciertos, se produce la evolución y el humano asciende
un nuevo escalón de conciencia.
Estamos
despertando, es un hecho. Esto antes sucedía con un promedio de uno en
miles (entre miles de personas, un ser se hacía consciente), ahora esto
se potenció.
El tiempo del reloj ya no es el mismo que antes, ya no puedo hacer en una mañana lo que antes hacía. Para la cultura materialista el tiempo es dinero. Para la cultura de pueblos originarios, entre ellos los Mayas, el tiempo es Arte. Para el ser humano creativo, el tiempo lineal no alcanza para crear y hacer todo lo que desea hacer.
Despertar
significa desacelerar nuestro interior, desear movernos en un tiempo
interno creativo, no un tiempo impuesto desde el afuera. Esto, que
puede estar ligado a la percepción, a un cambio interno de visión de la
vida, puede hacer pensar que lo que cambió fue sólo lo de adentro, no lo
de afuera. Pero este cambio de percepción no quita que concretamente el
afuera se esté acelerando también. Este es un nuevo punto de estudio de
la física cuántica.
Por lo tanto no es sólo percepción, es realidad, nosotros percibimos que se nos escapa, que no alcanzamos a cubrir lo que deseamos, pero físicamente ha ocurrido algo.
Por lo tanto no es sólo percepción, es realidad, nosotros percibimos que se nos escapa, que no alcanzamos a cubrir lo que deseamos, pero físicamente ha ocurrido algo.
Todo
se está acelerando, y, así como antes había una probabilidad de un
despertar entre miles de personas, hoy en una familia tipo, hay seguro
alguien que está preguntándose “¿quién soy Yo?”.
Algo está sucediendo y lo estamos viviendo nosotros individualmente.
Y
estemos abiertos a lo que vendrá porque vendrá más, porque este cambio
de conciencia individual está repercutiendo a nuestro alrededor
generando una ola de conciencia, que quién sabe a dónde nos llevará. Aún
así, el futuro es una ilusión que imaginamos, que proyectamos como idea
pero no existe. Lo que tenemos lo tenemos ahora, y ahora todos lo
podemos ver: Algo está sucediendo.
Cuando
escucho decir que el mundo está cada vez peor, pregunto “¿Qué mundo
estás viendo?, ¿Sobre qué tierra estás parado?” Yo estoy en un mundo
que está despertando. Sí, puede ser que haya mucha inconciencia, pero a
la vez estoy viendo una oleada silenciosa de conciencia, sólo que el
ruido es de quienes quieren parecer mayoría. Hay desastres ecológicos,
sí, es verdad, pero me ocuparé de generar más conciencia, de ayudar a
despertar al mundo para que ya no necesites el rigor, el golpe contra la
pared, para hacer un giro en el camino.
Si
elevo la mirada puedo ver dos mundos: uno que cae y uno que nace. A
cuál mundo yo mire, a cuál mundo yo apueste, con cuál colabore, eso
depende de mi propio discernimiento.
Si,
algo está sucediendo, y esto es el comienzo, estemos felices porque
estamos participando de un momento único como humanidad. Estamos en un
momento de transición, pasando de una costa a la otra. No nos asustemos,
ni queramos volver a agarrarnos de la superficie de la costa que
estamos dejando. Aunque queramos, ya no podremos hacerlo. No deseemos
volver a dormirnos, no nos arrepintamos de estar despiertos.
Es
un tiempo único, hay una nueva costa del otro lado del océano. Cuál es,
cómo es, qué se hará, no importa porque seremos los protagonistas, los
que la creemos. Lo haremos a imagen y semejanza de nuestro propio
crecimiento interno.
Entonces,
¿por qué preocuparnos por agarrarnos, por qué apegarnos al pasado, lo
seguro, lo que algún día creí que haría, que sería?
Nuestra
mente puede tener mucha capacidad de imaginación, pero aun así es
limitada. Nuestros sueños y proyectos, por más elevados que parezcan,
pueden estar limitados por la capacidad de nuestra mente. ¡Qué sueñe la
conciencia que es la que está despierta, y que la mente sea su
herramienta!, ¡Qué dé el primer paso nuestro cuerpo despierto! porque la
mente siempre verá que algo está faltando, que todavía no es tiempo.
¡Qué sea nuestra conciencia la primera en plantar la bandera de la paz! ¿La bandera? No, en vivir la paz.
¡Qué sea el corazón del Nuevo Hombre el que ponga las nuevas reglas! ¿Las reglas? No… No harán falta si hay conciencia.
Ya
vemos aquí mismo, que todo puede superarse, que la mente proyecta un
mundo con la bandera de la paz en los mástiles de la nueva tierra; que
las reglas serán el compartir, el vivir en comunidad, el disfrutar, el
justo intercambio de bienes. ¿Pero estamos preparados para soñar aún más
que esto? Si la conciencia despierta, el hombre da un salto cuántico.
Pero para que esto suceda se necesita más de un hombre. Debemos ser
muchos los que vibremos una nueva forma de existir. Y que
fundamentalmente, lo comencemos ahora, siendo coherentes en nuestro
diario vivir.
Si
esto sucede, el cambio puede ser inimaginable. ¿Estamos preparados para
soltar todo? Si… sé que muchos gritamos “Si”. Bien, preparémonos,
abrámonos, entreguémonos, porque algo está sucediendo.
Llegará
el momento en que muchos hombres despiertos, muchos, nos levantemos al
unísono, y mantengámonos en lo esencial, coherentes en nuestros actos,
arraigados en nuestro corazón, porque algo sucederá, ahora estamos
viendo el comienzo.
Hacia
dónde nos dirigirá este cambio, dependerá de nuestra propia Re -
Evolución interna. El mar nos guiará hacia la costa que queramos, que
estemos preparados para ir, ni más lejos ni más cerca. La costa será
imagen de nuestra conciencia. Recordemos que esto mismo está sucediendo
ahora en nuestro día a día.
Sigamos
despertando, seamos valientes, sinceros, ayudemos a los que hace tiempo
están esperando este momento. Y pongamos nuestro nuevo impulso, que es
único y es el que se necesita, para crear entre todos lo Nuevo.
El ser humano está despertando. Algo está sucediendo. Nuestra conciencia es la protagonista.
¿En qué tierra queremos vivir? ¿A qué costa queremos llegar?
No
nos quedemos remando en la corriente del viejo sistema. Este irá
perdiendo fuerza en la medida que dejemos de poner nuestros remos en sus
aguas. Hay otra corriente, que siempre estuvo pero en silencio, pues
nunca impondría su fuerza. Ahora está emergiendo porque estamos dando el
permiso para que suceda. Ahí están nuestros compañeros, hermanos de
camino, seres visibles e invisibles, haciendo fuerza para guiarnos a la
fuente verdadera. No necesitamos botes, ni remos, ni resistencia. La
corriente nos lleva sola, sólo si le decimos “si, voy camino al nuevo
rumbo, estoy listo”. Listo para soltar mi personaje, para abrir el
corazón, para perdonar, para descubrir el amor más elevado, para
comprender, para dar-recibir, para soltar mi “forma de ser” y mis
códigos viejos. Listo para sentir que aunque mis manos en apariencia
están vacías, tengo todo lo que necesito para existir: Estoy Despierto.
Autor: Nancy Erica Ortiz