EXPERIMENTOS ANTERIORES
El famoso científico
ruso Nikolay Kozyrev dirigió un experimento para demostrar que era
posible trasladarse del futuro al pasado. Basaba sus observaciones en la
hipótesis de una información inmediata que se extiende a través de las
características físicas del tiempo. Nikolay Kozyrev supuso incluso que
“el tiempo podría ejecutar trabajo y producir energía.” Un teórico
estadounidense de la física ha llegado a una conclusión que el tiempo es
lo que existió antes de la existencia del mundo. Se sabe que cada uno
de nosotros siente un curso diferente del tiempo bajo condiciones
diferentes. Veamos un ejemplo: una vez un relámpago golpeó a un
escalador de montañas; el hombre dijo más adelante que vio el relámpago
alcanzar su brazo, que se movió lentamente a lo largo de él, separó la
piel de los tejidos y carbonizó sus células. Sintió como si hubiera
miles de púas encerradas bajo de su piel. El investigador ruso de
fenómenos anómalos, filósofo y autor de numerosos libros, Gennady
Belimov, publicó su artículo bajo el título de “Máquina del Tiempo:
Primera velocidad conectada” en el periódico “Al Filo de lo Imposible”.
Describió experimentos únicos conducidos por un grupo de entusiastas
dirigidos por Vadim Chernobrov, el hombre que comenzó la creación de
máquinas del tiempo en 1987, que son dispositivos con bombeo
electromagnético. Hoy el grupo de entusiastas puede retrasar o acelerar
el curso del tiempo utilizando un impacto especial del campo magnético.
El retraso más grande del tiempo fue de un segundo y medio dentro de una
hora de operación del equipo en laboratorios. En agosto de 2001, un
nuevo modelo de máquina del tiempo creada para un ser humano se
construyó en un bosque alejado en la región de Volgogrado de Rusia.
Aunque la máquina sólo funcionaba con baterías de coche y tenía baja
capacidad, todavía se las arreglaba para cambiar el tiempo un tres por
ciento; el cambio se registraba con osciladores de cristales simétricos.
Al principio, los investigadores pasaron cinco, diez y veinte minutos
en el funcionamiento de la máquina; la estancia más larga duró media
hora. Vadim Chernobrov dijo que la gente sentía como si se trasladara a
un mundo diferente; sentían vida aquí y “allí” al mismo tiempo como si
se desplegara algún espacio. “No puedo describir las emociones insólitas
que experimentamos en tales momentos.”