El rol del maestro es facilitar el proceso de sanación, mostrar dónde
se pueden entrecruzar el pasado y el presente y crear un nuevo
paradigma para la vida. El rol del alumno es encarnar el aprendizaje de
las lecciones presentadas y aplicarlas a su camino de sanación. El
maestro da, el alumno recibe. Y éste es un proceso recíproco, por lo que
el maestro también es alumno y el alumno también es maestro. Cuando se
olvidan de esto, sólo reciben la mitad de la enseñanza, sanación y
bendiciones que están disponibles para ustedes en cada situación.
Las
conexiones se hacen a través de frecuencias energéticas resonantes. Así
que el maestro y el alumno comparten la misma vibración energética y
cada uno de ellos aporta un aspecto del aprendizaje que el otro
necesita. Si el maestro piensa que tiene una vibración más alta que el
alumno, se está apartando a sí mismo del conocimiento que le ayudará en
su camino. Si el alumno piensa que está en una vibración energética más
baja que el maestro, no podrá conectar con las frecuencias que necesita
para elevar su propia vibración.
El mejor uso del paradigma del
maestro y alumno es preguntarse qué es lo que tienen para compartir, así
como lo que tienen que aprender. Éste es el proceso de ‘dar y recibir’
que es un aspecto de todo aprendizaje. Si el maestro es consciente de lo
que da, está entonces ofreciendo energía y puede llegar a ser fuente de
sanación y conocimiento para el alumno, sin completar su propio
aprendizaje. Si el alumno está recibiendo solamente, está recibiendo
energía, pero no está compartiendo su propio don con el maestro.
Los
maestros que se colocan a sí mismos en una posición exaltada están en
la energía de su ego y no actuando desde el espíritu. Ellos también
están en un camino de aprendizaje, con tanta necesidad de recibir como
de compartir lo que saben. Todos tienen algo que aprender y todos se
benefician al recibir y dar por igual. Con cada interacción, ya sea que
sientan que son el alumno o el maestro, pregúntense qué tienen para
compartir y qué pueden recibir. Entonces se benefician de todas las
bendiciones de cada conexión puesto que dan y reciben, enseñan y
aprenden, se sanan y son sanados por y con todos aquellos con quienes se
conectan.