Bien, la realidad.
¿Qué es real? Es cuestión de opinión. Y es vuestra opinión lo que es real para
vosotros e irreal para otra persona. Lo que es irreal para otra persona tiene
sus causas en la falta de experiencia y en una conciencia que no ha sido
expandida.

Hay tanto que no sabéis
porque vuestra realidad se ha convertido en vuestra identidad. Y la identidad
que tenéis ahora habla de lo bueno y lo malo; ella es lo que siempre inhibe la
conciencia aventurera. Tenéis una identidad que está plagada de temor, fracaso
y éxito. Tenéis una identidad que tenéis que cultivar, para expandir la
conciencia ¡Tenéis que cuidar vuestra identidad! Así que toda vuestra energía
se usa para mantener viva esa identidad y para proyectar una buena imagen de
vosotros.
¡Hay tanto que no
sabéis!
Pensad en un cielo
nocturno y ved una estrella solitaria suspendida no muy lejos en el oriente.
Imaginadla como si fuerais vosotros, elevándoos. Esa luz tiene que iluminar
todo el vacío; tiene que crecer y crecer hasta que no haya más oscuridad, hasta
que sólo exista la luz. La luz representa vuestra conciencia, y la oscuridad,
el cielo, el espacio, el vacío, representan la mente desconocida; la aventura
que espera ser sentida; la experiencia de la vida. Y vuestro deber es consumir,
expandir, crecer en este plano de pensamiento y volverlo animado: ese es
vuestro destino. Bien. La conciencia y la energía crean la esencia de la
realidad.
Vuestras vidas son el
resultado de cómo actuáis. Lo que hay dentro de vuestras vidas es el resultado
de vuestra conciencia, porque vuestra energía es el sirviente de esa
conciencia. Lo que queréis yace en forma abstracta en el vacío, listo para
experimentarlo. Lo que sois ahora es vuestra realidad. Y lo que continuáis
experimentando vez tras vez es experiencia reciclada. ¿Comprendéis? Algo muy
aburrido.
RAMTHA