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martes, 22 de mayo de 2012
lunes, 21 de mayo de 2012
SAI BABA NOS EXPLICA EL KARMA
El karma (acción) es el aliento mismo de un humano. Como sea el karma, será el resultado.
Uno debe mantener una buena salud, no solo física sino también mental. Los pensamientos y resoluciones también deben ser sanos.
Uno debe mantener una buena salud, no solo física sino también mental. Los pensamientos y resoluciones también deben ser sanos.
Nadie puede escaparle a las consecuencias del karma. Un ser humano
lleva a cabo malos karmas, alberga malos pensamientos y, por último, se
enfrenta a malos resultados. Por otro lado, quien alberga buenos
pensamientos y emprende buenos karmas, disfrutará de buenos resultados.
No es posible conseguir buenos resultados realizando malas acciones. Habiendo
plantado un retoño de lima, ¿podrán obtener un fruto de mango? Al
plantar un retoño de mango, ¿podrán obtener una lima?”
Uno deberá examinar a cada paso si se está comportando como un ser
humano o un animal. Cuando recurren a malos actos, el resultado de las
malas acciones les llega desde sí mismos.
Los seres humanos deben tomar conciencia de que han nacido sólo para emprender buenas acciones. Las palabras “ser humano”
,en sanscrito: “manava”, tiene un significado profundo. Consiste de
tres sílabas: ‘ma’: ignorancia, ‘na’: sin y ‘va’: conducirse. Es así que
alguien que se conduce sin ignorancia es un ‘manava’. Habiendo nacido
como ser humano, uno debería conducirse de manera acorde.
Los seres humanos deben ayudar a sus semejantes. “Ayuden siempre; no dañen nunca.”
Aunque conocen esta máxima, causan daño a otros a sabiendas. Ese es un
gravísimo error. Los humanos han sido dotados con la facultad de
razonar. La mente puede ser utilizada de buena o mala manera. Es por
ello que se dice: “La mente es la causa tanto de la esclavitud como de la liberación del hombre”.
La mente es un don de Dios para el ser humano. No corresponde a la
real naturaleza de un ser humano el injuriar, ridiculizar o lesionar a
otros. Hasta los animales ayudan de distintas maneras a los seres
humanos, y a otros animales de su especie. Entonces, ¿cuál es la
grandeza de un ser humano al ayudar a un semejante? Habiendo nacido como
seres humanos, deben comportarse de manera concordante y amar a todos
como a sus hermanos.
Deben emprender aquellas actividades que complazcan a Dios, sólo
entonces su nacimiento humano será santificado. Dios reside en todos. Se
dice: “Entre todos los seres vivientes, el nacimiento humano es el más excepcional”.
No deberían desperdiciar un nacimiento humano tan precioso. Estarán
perdiendo su condición humana diciendo mentiras, causando injusticia a
otros y emprendiendo malas acciones. Un ser humano deberá conducirse
como ser humano siguiendo el principio de “ver lo bueno, hacer lo bueno y ser bueno”.
Debe haber armonía entre los pensamientos, las palabras y las
acciones de uno. Cuando haya unidad entre estos tres aspectos, habrá
pureza. En donde haya pureza, habrá Divinidad. Sea lo que fuere que
otros les hagan, considérenlo como bueno para ustedes. Velen por no
perder su condición humana bajo ninguna circunstancia. De hecho, esta
condición humana es la más valiosa de sus pertenencias.
“Amen a todos, sirvan a todos”. Sólo entonces podrán llevar una vida sana y feliz.
Se dice: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.
Si andan en buena compañía, serán buenas personas. Por otra parte, si
andan en mala compañía, también se volverán malos. Por lo tanto, busquen
siempre la buena compañía. Si desean ser buenas personas, emprendan
actividades buenas y nobles. Deberían estar en buena compañía y cultivar
buenos pensamientos y sentimientos. Los celos, la ira, el ego y otros
sentimientos de este tipo deben ser desechados.
La gratitud es otra de las buenas cualidades que hay que cultivar.
Una persona agradecida prosperará, en dondequiera que se encuentre.
Deben mostrar gratitud hacia todos los que los ayudan, sin tomar en
consideración si la ayuda es grande o pequeña.
La vida entera está llena de reacción, resonancia y reflejo.
Vean lo bueno, hagan el bien y sean buenos.
De esta manera su nacimiento como ser humano será santificado.
Vean lo bueno, hagan el bien y sean buenos.
De esta manera su nacimiento como ser humano será santificado.
Por Sathya Sai Baba
SALTO CUANTICO
1- Sabio no es aquel que tiene su mente atiborrada de
información. La verdadera sabiduría consiste en poder ser felices en el mundo
tal como es, sin pretender acomodarlo como a nosotros nos gustaría que fuera.
Tu paz interior y tu felicidad dependen de aceptar que no puedes elegir lo que
crees que debería ser, pero que sí puedes escoger como quieres ver lo que ya
tienes. Cuando juzgas como buena o mala una situación confundes la realidad con
tu interpretación de ella. Entonces harás que la paz sea imposible para ti, porque
tendrás tu mente enfocada en conflictos. Y, por ley de correspondencia,
conflictivas serán también las experiencias que el mundo exterior te brinde.
2- El doctor Hans Jenny (1904-1972), médico y científico suizo, estudió las relaciones entre materia y energía y, respaldado por una metodología muy bien documentada, que puede ser reproducida en los laboratorios, construyó el fundamento de una nueva ciencia, a la que llamó "Cimática" (Cymatics). Catorce años de experimentación le llevaron a comprobar que el mayor o menor grado de complejidad molecular y evolutiva de un ser depende de las frecuencias de energía que reciba su cuerpo. Una dimensión es la amplitud determinada de frecuencias vibratorias, que producen en la materia un diseño particular de patrones biológicos. Cambia la frecuencia, y el cuerpo muta en forma correspondiente. ¿Es eso lo que está ocurriendo entonces con la vida en la Tierra, considerando que estamos siendo bombardeados por energías de altísima frecuencia, procedentes del sol central galáctico?
3- Observemos algunos efectos inmediatos... ¿Has notado como el tiempo se acelera cada día más? Ciertamente, parece transcurrir más rápido porque nuestras células han acelerado su pulso, para adaptarse al incremento del pulso de la Tierra (frecuencia Schumann). Y de la velocidad de ese pulso depende nuestra percepción del tiempo. El tiempo se ha estado acelerando y continuará haciéndolo en la medida en que nos aproximemos al momento crítico del cambio dimensional. La llamada resonancia Schumann, o pulso de la Tierra, antes era una constante de 7.8 hertzios, ahora ha subido a 12, y tendrá todavía que elevarse a 13 hertzios. Cuando alcance ese punto, llegará el umbral donde nos estabilizaremos en una octava superior de frecuencia, y se iniciará para nosotros otra etapa de la creación, en una realidad diferente. Créelo, o no, ahora vives la transición, entre el tiempo lineal que bien conoces, y el infinito del eterno "ahora".
4- ¿Qué nos ocurre físicamente, cuando se elevan las frecuencias de luz que recibimos? Igual que en los experimentos de Jenny, un ser vivo recibe esta energía como nueva información, que molecularmente se codifica en el ADN y lo transforma. El primer paso del cambio es hacia el caos, porque el modelo anterior debe disolverse, antes de que se pueda manifestar lo nuevo. En el siguiente paso los patrones se reorganizan en un orden más complejo, produciendo organismos más perfectos. Si tú eres de aquellos preocupados porque tu energía opera con muchos altibajos, a veces precipitándote en un estado de intensa fatiga; y además oscilas emocionalmente entre la depresión y la euforia. ¡No, no eres un psicópata bipolar! Simplemente todo tu cuerpo está tratando de afinarse a las nuevas frecuencias de luz. Igual que cuando vas a captar una emisora de radio, tienes que mover hacia adelante y hacia atrás la sintonía hasta captar el punto exacto, así, ahora, oscilas de un estado a otro, hasta lograr un equilibrio. Ese mismo proceso, físico y emocional, vuelve y fluctúa cada vez que la frecuencia del planeta se eleva un grado más.
2- El doctor Hans Jenny (1904-1972), médico y científico suizo, estudió las relaciones entre materia y energía y, respaldado por una metodología muy bien documentada, que puede ser reproducida en los laboratorios, construyó el fundamento de una nueva ciencia, a la que llamó "Cimática" (Cymatics). Catorce años de experimentación le llevaron a comprobar que el mayor o menor grado de complejidad molecular y evolutiva de un ser depende de las frecuencias de energía que reciba su cuerpo. Una dimensión es la amplitud determinada de frecuencias vibratorias, que producen en la materia un diseño particular de patrones biológicos. Cambia la frecuencia, y el cuerpo muta en forma correspondiente. ¿Es eso lo que está ocurriendo entonces con la vida en la Tierra, considerando que estamos siendo bombardeados por energías de altísima frecuencia, procedentes del sol central galáctico?
3- Observemos algunos efectos inmediatos... ¿Has notado como el tiempo se acelera cada día más? Ciertamente, parece transcurrir más rápido porque nuestras células han acelerado su pulso, para adaptarse al incremento del pulso de la Tierra (frecuencia Schumann). Y de la velocidad de ese pulso depende nuestra percepción del tiempo. El tiempo se ha estado acelerando y continuará haciéndolo en la medida en que nos aproximemos al momento crítico del cambio dimensional. La llamada resonancia Schumann, o pulso de la Tierra, antes era una constante de 7.8 hertzios, ahora ha subido a 12, y tendrá todavía que elevarse a 13 hertzios. Cuando alcance ese punto, llegará el umbral donde nos estabilizaremos en una octava superior de frecuencia, y se iniciará para nosotros otra etapa de la creación, en una realidad diferente. Créelo, o no, ahora vives la transición, entre el tiempo lineal que bien conoces, y el infinito del eterno "ahora".
4- ¿Qué nos ocurre físicamente, cuando se elevan las frecuencias de luz que recibimos? Igual que en los experimentos de Jenny, un ser vivo recibe esta energía como nueva información, que molecularmente se codifica en el ADN y lo transforma. El primer paso del cambio es hacia el caos, porque el modelo anterior debe disolverse, antes de que se pueda manifestar lo nuevo. En el siguiente paso los patrones se reorganizan en un orden más complejo, produciendo organismos más perfectos. Si tú eres de aquellos preocupados porque tu energía opera con muchos altibajos, a veces precipitándote en un estado de intensa fatiga; y además oscilas emocionalmente entre la depresión y la euforia. ¡No, no eres un psicópata bipolar! Simplemente todo tu cuerpo está tratando de afinarse a las nuevas frecuencias de luz. Igual que cuando vas a captar una emisora de radio, tienes que mover hacia adelante y hacia atrás la sintonía hasta captar el punto exacto, así, ahora, oscilas de un estado a otro, hasta lograr un equilibrio. Ese mismo proceso, físico y emocional, vuelve y fluctúa cada vez que la frecuencia del planeta se eleva un grado más.
5- Muchas personas, jóvenes y viejas, están presentando fallas
de memoria. Esto se debe a la caída acelerada del campo magnético de la Tierra,
que produce ese efecto, porque el magnetismo es como el adherente que atrapa los
recuerdos. Para poder asimilar lo nuevo, el disco duro de nuestro computador
interno necesita ser apagado y luego encendido nuevamente. El nacimiento del
ser humano nuevo se dará en el momento en que el campo magnético de la Tierra
alcance el punto 0. Solo en esa circunstancia se hace posible completar la
re-configuración de todos nuestros patrones genéticos, y hacerlos aptos para la
vida en una dimensión más elevada. La remodelación del ADN produce oleadas de
fatiga y dolor. Hay un período agudo, cuando las frecuencias más altas impactan
nuestro cuerpo, seguido de un tiempo más suave de asimilación. Durante el ciclo
agudo hay necesidad de dormir y descansar más. Hay que advertir que todos estos
síntomas son temporales, durarán mientras la Tierra completa su trabajo de
parto, y con ella pasaremos por un nuevo nacimiento a la quinta dimensión.
6- Si por ahora no puedes concentrarte en nada, comprende que tu cuerpo se está adaptando a los cambios de la Tierra, y tu cerebro y tu sistema nervioso están en reconstrucción. Es posible que los dolores del cuerpo se hayan intensificado especialmente del lado derecho, y sientas una punzada permanente en la base del cráneo, y en las caderas. Tal vez, sin causas médicas exista molestia en las rodillas, las piernas y las articulaciones, y un calor interno recorra tu cuerpo produciendo vibración y una sensación quemante. Si tu corazón a veces acelera sus latidos sin razón. Felicitaciones, eso significa que ya estás activando tu cuerpo de Luz.
7- El proceso es simple. Las frecuencias elevadas, que están llegando a la Tierra, activan y aceleran la vibración de nuestras células, y ellas reaccionan irradiando calor hacia los espacios vacíos que las rodean. Esta implosión despierta algunos códigos dormidos del ADN, y expande la información nueva hacia los núcleos de otras células, las que también se activan. Así nuestro cuerpo es el escenario de una re-configuración en cadena, que resultará en una expansión de la conciencia, que es correspondiente con una forma material más sutil y más perfecta. La mejor forma de comprender este proceso es tomando en consideración que, a nivel molecular, el cuerpo físico contiene ondas de energía que responden de inmediato a la interacción con frecuencias más elevadas, adaptándonos a ellas haciendo cambios en nuestros patrones biológicos.
8- La consciencia es aquella posibilidad de comprender el sentido de la vida, según un determinado nivel de percepción, para los ciudadanos de la Tierra, la interpretación de la realidad ha estado hasta ahora firmemente anclada en la tercera dimensión, o capacidad de percibir solo una franja muy estrecha de la creación (el 10%), que fluctúa entre las frecuencias superior al infra-rojo y por debajo del ultra-violeta. Por eso el cerebro del ser humano, que funciona como una caja de resonancia, ha activado solo ese 10% de su capacidad; mientras duermen el 90% restante de sus posibilidades, porque corresponden a frecuencias de otras dimensiones de luz, que no estamos afinados todavía para experimentar.
9- Lo que define cuál ha de ser la matriz de consciencia de una unidad, llámese planeta, o ser humano, es la energía de luz que estamos capacitados para asimilar. En la tercera dimensión percibimos esa energía como dos ondas con propiedades diferentes: electricidad y magnetismo. La porción eléctrica provee la información de los códigos de creación, y la magnética es el aspecto que los estabiliza. En esta forma las dos polaridades actúan coordinadamente para mantener ese nivel de realidad.
10- Las frecuencias de luz se producen como pulsaciones, y el ritmo de las mismas condiciona los ciclos. La Tierra, por ejemplo, es muy vulnerable a las emisiones electromagnéticas de las explosiones solares que recibe cada once años, cuando el sol completa un ciclo y pulsa. También existen ciclos galácticos, y cuando uno de ellos termina, nuestro centro galáctico pulsa, disparando energías de frecuencias electro-magnéticas altísimas, que cambian las matrices de vida en toda la galaxia. Estas frecuencias viajan como ondas, llevando paquetes de información nueva, que provocan un ordenamiento más complejo en todos los niveles, desde el solar y planetario, hasta el molecular, con el consiguiente salto quántico en la apertura de consciencia y la evolución de la vida.
11- Si comprendemos esto, estaremos ubicándonos dentro de la situación planetaria que vivimos actualmente. Sabemos que desde 1987se ha incrementado en la Tierra el impacto de fotones de luz de altísima frecuencia, procedentes del centro galáctico. También hay ya confirmación científica de que, tal vez debido a este bombardeo de energía, algunas constantes planetarias, como el magnetismo y la frecuencia Schumann, (pulsación de la Tierra), han estado cambiando. De hecho estamos ya muy cerca de un acontecimiento espectacular, que el ser humano no conoce: se calcula que, antes de finalizar el año 2012, el magnetismo haya alcanzado el punto cero, y la resonancia base de la Tierra, o frecuencia Schumann, haya subido de 7.8 a 13 Hz. En el momento crítico en que esto suceda, tendremos la oportunidad de vivir un cambio dimensional que pondrá fin a nuestras limitaciones como seres humanos.
12- El primer movimiento hacia establecer un nuevo orden es el caos, y esto lo estamos experimentando ahora. Todos los paradigmas existentes: a nivel del gobierno, las instituciones, las religiones y creencias, los sistemas sociales, familiares, de salud, etc. están resquebrajándose para finalmente sucumbir. Paralelamente el clima, los elementos y la geología de la Tierra también están convulsionados. Desde el 13 de abril del año 2002 la nueva matriz de creación, o rejilla energética, está ya completa, y gracias a eso, la nueva información puede fluir, despertando la afinidad de quienes estén listos para asumir su destino como seres humanos mas completos.
13- Al entrar nuevas energías a la Tierra, se afectan los sistemas políticos, sociales, económicos y de creencias. Es por lo tanto una información nueva, con experiencias vibratorias diferentes, incluyendo además, nuevos paradigmas geológicos y climáticos. Todos los calendarios: Mayas, Tibetanos, Chinos, Egipcios, etc., coinciden en que, en la época en que vivimos hoy, se dará un cambio definitivo en la VIDA DE LA TIERRA. Es pues este tiempo, único en la historia de la humanidad.
14- Si tú deseas participar en esta aventura más allá de ti mismo, hay un cambio de configuración que debes hacer, para conectarte con la amplitud de onda que incluye a toda la creación. La nueva configuración es la apertura hacia el espíritu, reconectarse con nuestra verdadera naturaleza como seres de luz, que además sirve como frecuencia de acceso a la supervivencia.
15- Vivimos ahora los tiempos de un gran cambio, un salto cuántico a nivel de la conciencia colectiva como especie humana. La selección que hace cada uno y a nivel global, para nadar con la marea cósmica del cambio, o, en contra de ella, luchando inútilmente por la preservación de modelos anteriores ya caducos. El siguiente paso que viviremos, es el despertar cósmico que experimentaran nuestras células y códigos genéticos, cuando consigan afinarse al nuevo código de creación, y cantar la canción de unidad con todo el universo, en ese momento tanto la humanidad como nuestro planeta, dejaran de estar en riesgo de extinción
6- Si por ahora no puedes concentrarte en nada, comprende que tu cuerpo se está adaptando a los cambios de la Tierra, y tu cerebro y tu sistema nervioso están en reconstrucción. Es posible que los dolores del cuerpo se hayan intensificado especialmente del lado derecho, y sientas una punzada permanente en la base del cráneo, y en las caderas. Tal vez, sin causas médicas exista molestia en las rodillas, las piernas y las articulaciones, y un calor interno recorra tu cuerpo produciendo vibración y una sensación quemante. Si tu corazón a veces acelera sus latidos sin razón. Felicitaciones, eso significa que ya estás activando tu cuerpo de Luz.
7- El proceso es simple. Las frecuencias elevadas, que están llegando a la Tierra, activan y aceleran la vibración de nuestras células, y ellas reaccionan irradiando calor hacia los espacios vacíos que las rodean. Esta implosión despierta algunos códigos dormidos del ADN, y expande la información nueva hacia los núcleos de otras células, las que también se activan. Así nuestro cuerpo es el escenario de una re-configuración en cadena, que resultará en una expansión de la conciencia, que es correspondiente con una forma material más sutil y más perfecta. La mejor forma de comprender este proceso es tomando en consideración que, a nivel molecular, el cuerpo físico contiene ondas de energía que responden de inmediato a la interacción con frecuencias más elevadas, adaptándonos a ellas haciendo cambios en nuestros patrones biológicos.
8- La consciencia es aquella posibilidad de comprender el sentido de la vida, según un determinado nivel de percepción, para los ciudadanos de la Tierra, la interpretación de la realidad ha estado hasta ahora firmemente anclada en la tercera dimensión, o capacidad de percibir solo una franja muy estrecha de la creación (el 10%), que fluctúa entre las frecuencias superior al infra-rojo y por debajo del ultra-violeta. Por eso el cerebro del ser humano, que funciona como una caja de resonancia, ha activado solo ese 10% de su capacidad; mientras duermen el 90% restante de sus posibilidades, porque corresponden a frecuencias de otras dimensiones de luz, que no estamos afinados todavía para experimentar.
9- Lo que define cuál ha de ser la matriz de consciencia de una unidad, llámese planeta, o ser humano, es la energía de luz que estamos capacitados para asimilar. En la tercera dimensión percibimos esa energía como dos ondas con propiedades diferentes: electricidad y magnetismo. La porción eléctrica provee la información de los códigos de creación, y la magnética es el aspecto que los estabiliza. En esta forma las dos polaridades actúan coordinadamente para mantener ese nivel de realidad.
10- Las frecuencias de luz se producen como pulsaciones, y el ritmo de las mismas condiciona los ciclos. La Tierra, por ejemplo, es muy vulnerable a las emisiones electromagnéticas de las explosiones solares que recibe cada once años, cuando el sol completa un ciclo y pulsa. También existen ciclos galácticos, y cuando uno de ellos termina, nuestro centro galáctico pulsa, disparando energías de frecuencias electro-magnéticas altísimas, que cambian las matrices de vida en toda la galaxia. Estas frecuencias viajan como ondas, llevando paquetes de información nueva, que provocan un ordenamiento más complejo en todos los niveles, desde el solar y planetario, hasta el molecular, con el consiguiente salto quántico en la apertura de consciencia y la evolución de la vida.
11- Si comprendemos esto, estaremos ubicándonos dentro de la situación planetaria que vivimos actualmente. Sabemos que desde 1987se ha incrementado en la Tierra el impacto de fotones de luz de altísima frecuencia, procedentes del centro galáctico. También hay ya confirmación científica de que, tal vez debido a este bombardeo de energía, algunas constantes planetarias, como el magnetismo y la frecuencia Schumann, (pulsación de la Tierra), han estado cambiando. De hecho estamos ya muy cerca de un acontecimiento espectacular, que el ser humano no conoce: se calcula que, antes de finalizar el año 2012, el magnetismo haya alcanzado el punto cero, y la resonancia base de la Tierra, o frecuencia Schumann, haya subido de 7.8 a 13 Hz. En el momento crítico en que esto suceda, tendremos la oportunidad de vivir un cambio dimensional que pondrá fin a nuestras limitaciones como seres humanos.
12- El primer movimiento hacia establecer un nuevo orden es el caos, y esto lo estamos experimentando ahora. Todos los paradigmas existentes: a nivel del gobierno, las instituciones, las religiones y creencias, los sistemas sociales, familiares, de salud, etc. están resquebrajándose para finalmente sucumbir. Paralelamente el clima, los elementos y la geología de la Tierra también están convulsionados. Desde el 13 de abril del año 2002 la nueva matriz de creación, o rejilla energética, está ya completa, y gracias a eso, la nueva información puede fluir, despertando la afinidad de quienes estén listos para asumir su destino como seres humanos mas completos.
13- Al entrar nuevas energías a la Tierra, se afectan los sistemas políticos, sociales, económicos y de creencias. Es por lo tanto una información nueva, con experiencias vibratorias diferentes, incluyendo además, nuevos paradigmas geológicos y climáticos. Todos los calendarios: Mayas, Tibetanos, Chinos, Egipcios, etc., coinciden en que, en la época en que vivimos hoy, se dará un cambio definitivo en la VIDA DE LA TIERRA. Es pues este tiempo, único en la historia de la humanidad.
14- Si tú deseas participar en esta aventura más allá de ti mismo, hay un cambio de configuración que debes hacer, para conectarte con la amplitud de onda que incluye a toda la creación. La nueva configuración es la apertura hacia el espíritu, reconectarse con nuestra verdadera naturaleza como seres de luz, que además sirve como frecuencia de acceso a la supervivencia.
15- Vivimos ahora los tiempos de un gran cambio, un salto cuántico a nivel de la conciencia colectiva como especie humana. La selección que hace cada uno y a nivel global, para nadar con la marea cósmica del cambio, o, en contra de ella, luchando inútilmente por la preservación de modelos anteriores ya caducos. El siguiente paso que viviremos, es el despertar cósmico que experimentaran nuestras células y códigos genéticos, cuando consigan afinarse al nuevo código de creación, y cantar la canción de unidad con todo el universo, en ese momento tanto la humanidad como nuestro planeta, dejaran de estar en riesgo de extinción
EL DESPERTAR
El despertar es un cambio de consciencia consistente en el divorcio
entre el pensamiento y la consciencia. En la mayoría de los casos no es
un suceso puntual sino un proceso. También es un proceso incluso para
las pocas personas que experimentan un despertar súbito, dramático y
aparentemente irreversible. Es un proceso en el cual el nuevo estado de
consciencia toma posesión gradualmente transformando todo lo que la
persona hace y convirtiéndose así en parte integral de la vida.
En lugar de permanecer perdidos en nuestros pensamientos, cuando
despertamos reconocemos que somos el observador consciente. Es entonces
cuando el pensamiento deja de ser la actividad autónoma y egoísta que
domina nuestra vida. La consciencia asume las riendas y el pensamiento,
en lugar de tener el control de la vida, pasa a servir a la consciencia,
que es la conexión consciente con la inteligencia universal. Otra
palabra para describirla es la Presencia: la consciencia sin
pensamiento.
El inicio del proceso del despertar es un acto de gracia. No podemos
hacer que suceda ni tampoco prepararnos para él ni acumular créditos
para merecerlo. No hay una secuencia clara de pasos lógicos que conduzca
al despertar, aunque eso sería lo que le encantaría a la mente. No
tenemos que hacernos merecedores primero. Puede llegarle al pecador
antes que al santo, pero no necesariamente. Es por eso que Cristo se
relacionaba con toda clase de gente y no solamente con las personas
respetables.
No hay nada que podamos hacer para provocar el despertar. Lo que
hagamos será cosa del ego, que estará buscando agregar el despertar o la
iluminación a la lista de sus posesiones más preciadas para
engrandecerse y adquirir todavía más importancia. De esa manera, en
lugar de despertar, añadimos a la mente el concepto del despertar o la
imagen de lo que es una persona iluminada, y nos esforzamos por vivir de
acuerdo con esa imagen. Esforzarnos por ser como la imagen que tenemos
de nosotros mismos o que otros tienen de nosotros no es vivir una vida
auténtica sino representar otro de los personajes inconscientes del ego.
Por consiguiente, si no hay nada que podamos hacer con respecto al
despertar, si es algo que ya ha sucedido o está por suceder, cómo es
posible que sea el propósito primario de la vida? Acaso no está
implícito en el propósito el hecho de poder hacer algo por lograrlo?
El primer despertar, el primer destello de consciencia sin
pensamiento solamente sucede por la gracia, sin que hagamos nada. Si
para usted este libro es incomprensible y no significa nada, es porque
todavía no le ha llegado ese primer despertar. Sin embargo, si hay algo
en su interior que responde a él, si de alguna manera reconoce algo de
verdad en él, significa que ya ha entrado en el proceso. Una vez que se
inicia el proceso, no hay marcha atrás, aunque el ego puede demorarlo.
La lectura de este libro podrá ser el comienzo del despertar para
algunas personas. Para otras, este libro ejercerá la función de
ayudarlas a reconocer que ya han iniciado el proceso, y a intensificarlo
y acelerarlo. Otra función es ayudar a la gente a reconocer su ego cada
vez que trate de recuperar el control y de ensombrecer el surgimiento
de la consciencia.
En algunos casos, el despertar sucede cuando las personas se dan
cuenta repentinamente de la clase de pensamientos que cruzan
constantemente por su mente, especialmente los pensamientos negativos
persistentes con los cuales quizás se hayan identificado durante toda la
vida. Súbitamente se produce un estado de alerta que toma consciencia
del pensamiento sin ser parte de él.
Cuál es la relación entre la consciencia y el pensamiento? La
consciencia es el espacio en el cual existen los pensamientos cuando ese
espacio ha tomado consciencia de sí mismo.
Después de haber visto el destello de la consciencia o la Presencia,
aprendemos a conocerla de primera mano. En ese momento deja de ser
simplemente un concepto mental y, por tanto, podemos tomar la decisión
consciente de estar presentes en lugar de dejarnos arrastrar por
pensamientos inútiles. Podemos invitar la Presencia a la vida, es decir,
abrirle espacio. Con la gracia de la consciencia viene la
responsabilidad. Podemos optar por continuar como si nada hubiera
sucedido, o podemos reconocer su importancia y aceptar que el
surgimiento de la consciencia es lo más importante que puede sucedernos.
Abrirnos a la consciencia y traer su luz a este mundo se convierte
entonces en el propósito preponderante de la vida.
“Deseo conocer la mente de Dios”, dijo Einstein. “Lo demás son
detalles”. Qué es la mente de Dios? Consciencia. Qué significa conocer
la mente de Dios? Estar conscientes. Cuáles son los detalles? El
propósito externo y lo que quiera que suceda en el plano externo.
Así, quizás mientras usted espera que suceda algo significativo en su
vida, podría no darse cuenta de que lo más importante que puede
sucederle a un ser humano ya le ha sucedido: el comienzo del proceso de
separación entre el pensamiento y la consciencia.
Muchas personas que se encuentran en las primeras etapas del proceso
de despertar sienten que ya no saben a ciencia cierta cuál es su
propósito externo. Aquello que mueve al mundo ya no las motiva. Al ver
con tanta claridad la demencia de nuestra civilización, podrían sentirse
aisladas hasta cierto punto de la cultura que las rodea. Hay quienes
sienten que habitan en tierra de nadie, en medio de dos mundos. Ya el
ego no dirige su destino, pero la consciencia todavía no se ha integrado
plenamente a sus vidas. No se ha producido la fusión entre el propósito
interno y el externo.
Cuando no vivimos en consonancia con nuestro propósito primario,
cualquiera que sea el propósito que tengamos en la vida, aunque sea
crear el cielo en la tierra, provendrá del ego o sucumbirá con el
tiempo. Tarde o temprano, llevará al sufrimiento. Si se desconoce el
propósito interno, todo lo que se haga, aunque parezca espiritual,
llevará la marca del ego y, por tanto, acabará por corromperse. El dicho
de que “el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones”
apunta a esa verdad. En otras palabras, no son las metas ni los actos
los que son primordiales sino el estado de consciencia del cual emanan.
Alcanzar el propósito primario equivale a sentar las bases para una
nueva realidad, una nueva tierra. Una vez construidos esos cimientos, el
propósito externo se carga de poder espiritual porque las metas y las
intenciones se funden con el impulso evolutivo del universo.
Cuando consideramos que lo que somos o hacemos es el propósito
principal de nuestra vida, negamos el tiempo. Esto proporciona un poder
inconmensurable. Negar el tiempo en lo que hacemos también crea la
conexión entre el propósito interno y el externo, entre el Ser y el
hacer. Cuando negamos el tiempo, negamos el ego. Todo lo que hagamos
tendrá una calidad extraordinaria porque el hacer mismo se convierte en
el centro de nuestra atención. Nuestro hacer se convierte entonces en el
canal a través del cual penetra la consciencia en este mundo. Esto
significa que hay calidad en lo que hacemos, hasta en las cosas más
insignificantes, como voltear las páginas del directorio telefónico o
cruzar una habitación. El propósito principal de voltear las páginas es
voltear las páginas; el propósito secundario es hallar un número
telefónico. El propósito principal de cruzar la habitación es cruzar la
habitación; el propósito secundario es tomar un libro que está del otro
lado, y tan pronto como se toma el libro, ése se convierte en el
propósito principal.
Todo lo que hacemos consume tiempo y, no obstante, siempre lo hacemos
en el ahora. Entonces, si bien nuestro propósito interno es negar el
tiempo, el propósito externo se relaciona necesariamente con el futuro y
no podría existir sin el tiempo, pero siempre es secundario. Cada vez
que sentimos angustia o tensión es porque otro propósito se ha adueñado
de nosotros y hemos perdido de vista nuestro propósito interno. Hemos
olvidado que lo primario es nuestro estado de consciencia y que todo lo
demás es secundario.
De las cosas pequeñas a las cuales honramos y proporcionamos cuidados
nacen las cosas grandes. La vida de todas las personas realmente está
hecha de detalles. La grandeza es una abstracción mental y una fantasía
del ego. La paradoja está en que la base de la grandeza está en honrar
los detalles del presente en lugar de perseguir la idea de la grandeza.
El momento presente siempre es pequeño en el sentido de que siempre es
simple, pero en él se encarna el mayor de los poderes. Como el átomo,
que es una de las cosas más pequeñas pero que encierra un poder enorme.
Es sólo cuando estamos en consonancia con el momento presente que
logramos acceso a ese poder. Pero podría ser más atinado decir que ese
poder tiene entonces acceso a nosotros, y a través nuestro, al mundo.
Cristo se refirió a este poder cuando dijo, “Estas palabras no vienen
de mí. El Padre que está en mí obra por mí”.’ La ansiedad, la tensión, y
la negatividad nos aíslan de ese poder. La ilusión de estar separados
del poder que dirige el universo se manifiesta nuevamente. Nos sentimos
solos para luchar contra algo o para tratar de lograr alguna cosa u
otra. Pero cuál es el origen de la ansiedad, la tensión o la
negatividad? El hecho de habernos apartado del momento presente. Y a qué
se debió eso? Al hecho de haber pensado que otra cosa era más
importante. El haber olvidado nuestro propósito principal. Una pequeña
equivocación, un error de percepción, y el resultado es un mundo de
sufrimiento.
A través del momento presente tenemos acceso al poder de la vida
misma, aquello a lo cual hemos denominado “Dios”. Tan pronto como nos
apartamos de él, Dios deja de ser una realidad en la vida y lo único que
nos queda es el concepto mental de Dios, el cual tiene seguidores y
detractores. Hasta el hecho de creer en Dios es un mal sustituto de la
realidad viviente de Dios que se manifiesta en cada momento de la vida.
Acaso la armonía total con el presente no se traduce en el fin de
todo movimiento? Acaso la existencia de una meta cualquiera no implica
una perturbación transitoria de la armonía con el momento presente y
quizás el restablecimiento de esa armonía a un nivel más elevado o más
complejo una vez alcanzada esa meta? Imagino que la semilla que trata de
salir de la tierra tampoco puede estar en armonía total con el momento
presente porque su meta es convertirse en árbol. Quizás cuando alcance
la madurez pueda vivir en armonía con el momento presente.
La semilla no desea nada porque está en unión con la totalidad y la totalidad actúa a través de ella.
TRASCENDIENDO LAS EMOCIONES NEGATIVAS A TRAVES DE LA MEDITACION
Para transformar nuestras negatividades necesitamos sólo contactar con
ellas, en forma astuta y gentil. Verdaderas o falsas, no tienen
solidez. Cuando nuestros pensamientos y conceptos cambian, nuestras
actitudes también cambian, dejando disponible una energía flotante y
libre. Es la energía que había sido bloqueada por la rigidez de
nuestras negatividades. Mientras más soltamos sus ataduras, más energía
fluye.
Cuando estás haciendo esfuerzos por controlar tus pensamientos es precisamente cuando llegan a ser más perturbadores. La mente se vuelve muy sensible cuando tratamos de trabajar con ella. Nuestra consciencia es entonces tridimensional. Cuando estás en cierta longitud de onda ocurren cosas no usuales frente a las cuales necesitamos estar alertas. La frustración siempre está en acecho, tentándonos y jugando con nosotros. Mientras más rápido abramos los ojos, más pronto podremos contraatacar las negatividades que aparezcan. Fascinación y ansiedad:
Constantemente codiciosos, somos atraídos por lo que tienen los otros, quedando atrapados en una continua búsqueda y aferramiento. Nuestra mente, cansada y distraída, deja pasar las oportunidades de realización. Nos apegamos a los mensajes que nos envían las percepciones de nuestros sentidos y nos falta la calidez nutriente del flujo natural de nuestros propios sentimientos y sensaciones. Más que enfocarnos en ellos, lo hacemos en nuestros pensamientos acerca de las sensaciones que experimentamos, lo que no nos da mucha satisfacción. Cuando nos damos cuenta de esta situación, podemos ver que es causada por una sutil progresión psicológica: el querer alcanzar aquello que nos fascina conduce a la ansiedad, esta a la insatisfacción, y la insatisfacción nos lleva a un nuevo intento por alcanzar aquello que codiciamos. Estamos atrapados en esta progresión porque nuestros pensamientos sobre lo que nos fascina no pueden satisfacernos, ellos no tienen una sustancia real. No podemos cogerlos, es como ir hacia el final del arco iris. Mientras más los perseguimos, más ansiosos y frustrados estaremos.
Enfocamos nuestra mente en el gozo y la satisfacción, pero el camino que tomamos al tratar de alcanzar estas metas produce justo el efecto contrario. Nuestra mente salta de pensamiento en pensamiento, de los recuerdos del pasado a las expectativas del futuro, si es que no queda fijada en la imagen de algo que nos atrae obsesivamente. La mente casi nunca se centra en la inmediatez de la experiencia, que es donde yace la satisfacción.
Como el flujo de imágenes persiste, nuestra mente continúa produciendo una serie interminable de pensamientos acerca de esas imágenes. Este es el principal factor para establecer nuestra sensación de un ego que necesita “tener” y que necesita “hacer”. Aun en nuestra meditación, cuando tratamos de “no hacer”, sigue ocurriendo el mismo proceso.
En la meditación, sin embargo, este proceso es tan sutil que a menudo no nos damos cuenta de que ocurra. Podemos tratar de no tener ninguna expectativa ni pensamientos acerca de nuestra meditación, pero ellos pueden esconderse en el trasfondo de nuestra mente, manifestándose como un tipo de impaciencia, una espera por algo que tendría que ocurrir. Estos pensamientos no precisan ser muy fuertes para que el inconsciente estímulo de la expectativa y de la fascinación fluya como una ola dentro de nuestra consciencia. Mientras más fuerte sea este sentimiento, más poderosa, tensa y precipitada será la ola. Esto conduce rápidamente a la sensación de frustración y de ansiedad.
Al principio, nuestra meditación empieza disolviendo la sensación del ego que necesita “hacer”. Pero luego la mente persigue imágenes para compensarlo. La ansiedad aumenta, agravando el flujo de pensamientos e imágenes. Y tan pronto como nos quedamos envueltos en esta trampa del hacer”, sentimos una necesidad de contactar con imágenes, palabras, conceptos, objetos. Esta necesidad se hace más fuerte y ayuda a engranar de nuevo los condicionamientos. Todo esto ocurre tan rápido que no tenemos tiempo de pensar acerca de ello, debido al poder de la energía subyacente en nuestras expectativas y ansiedad.
La relajación puede lentificar esta tensa precipitación, Podemos relajar la mente disminuyendo la cantidad de pensamientos, creando un “tono” diferente que rebaje el grado de nuestra expectativa. Al conseguirlo y volvernos calmos y relajados, las ansiosas olas se transforman en pequeñas ondas.
Así, en tu meditación, vigila estrechamente tus pensamientos. La fascinación es una ola que se levanta. Observa cómo aparece. Tiene muchos rutilantes colores y es atractiva por naturaleza. Los buenos meditadores vigilan la ola como crece cada vez más alta hasta que comprenden cómo la fascinación nos estropea el momento. Ellos aprenden por qué las luminosas imágenes y las interesantes ideas nos distraen tan fácilmente. Podemos aprender a alterar el ciclo de fascinación y ansiedad dándonos cuenta del ir y venir de los pensamientos e imágenes. Expandiendo cada pensamiento y llevando su sensación a un nivel más profundo, podemos evitar sucumbir a la ansiedad, a aquella parte de nuestra consciencia que quiere moverse y hacer algo.
Podemos cuidarnos de ser absorbidos en el “hacer” que nos aparta de nuestra meditación, relajándonos y manteniendo nuestra actitud alerta. Cuando conseguimos mantener nuestro equilibrio y estar verdaderamente tranquilos en nuestra meditación, no importa qué pensamientos individuales aparezcan: la ansiedad y la fascinación pierden su poder sobre nosotros dejando que nuestra energía fluya suavemente. El miedo y el dolor:
Mucho de nuestro sufrimiento es psicológico, nutrido por el miedo y por nuestra identificación con el dolor. Es importante romper la idea de que este es nuestro sufrimiento, nuestro miedo. Concéntrate en la sensación, no en el pensamiento acerca de ella. Concéntrate en el centro de la sensación, penetra en ese espacio. Hay una gran densidad de energía en él, la que resulta claramente distinguible. Esa energía tiene gran poder y puede trasmitir una valiosa claridad. Tu consciencia puede ir dentro de la emoción contactando esa pura energía, y así tu tensión se quiebra. Con gentileza y autocomprensión, controla esa energía; la fuerza no sirve. Prepárate lentamente, teniendo cuidado en no saltar de súbito en medio de la negatividad. Sé calmo y sensitivo, y observa cautelosamente la situación. De esta manera, toda emoción negativa puede ser transformada, porque la emoción es esa energía, y puedes emplearla de diferentes maneras. Otras emociones negativas:
Por ejemplo, la ira. El antídoto es amor, compasión y paciencia; pero, hasta que seamos capaces de aplicarlo, debemos sentarnos a meditar nuestra ira, enfocando nuestra concentración en ella – no en su objeto – de modo de no hacer discriminaciones y no suscitar reacciones.
Procederemos igual cuando se trate de cualquier otra emoción perturbadora: concentrarse en ella, no soltarla; pero sin pensar acerca de ella o tratar de actuar en relación a ella. Sólo sentir la energía y nada más. Nosotros somos capaces de sobrepasar nuestros problemas cuando no reaccionamos a ellos, entonces pierden su sustancia y se transforman en obstáculos posibles de superar. En cambio, cuando somos atrapados por ellos, ya no tenemos libertad de escoger cómo enfrentarlos. Si estamos desvinculados y alertas, podemos manejar cada acontecimiento.
Mientras mejor comprendamos nuestras emociones, más aguda, profunda y clara llegará a ser nuestra lucidez mental. Finalmente, ya no necesitaremos usar nuestra mente consciente para liberarnos de nuestras dificultades. En un nivel de ser más alto, no necesitaremos razonar, sino utilizar nuestra intuición evolucionada. Para ello necesitamos un camino, un mapa, una instrucción. Todo eso lo encontramos a través del silencio y de la profunda relajación de nuestra meditación.
Las emociones tienen un valor, pero sólo cuando sabemos cómo usarlas para un crecimiento espiritual. Al conocer cómo tratar aun una sola emoción, es posible trascender todas las emociones. Esto es parte de la técnica por la cual podemos ayudarnos a nosotros mismos y a otros. Cuando hayamos comprendido que la energía aparece de diferentes maneras, podremos extraerla de las emociones por negativas que sean. Aprenderemos a relajar esas energías cuando ya no dividamos nuestras experiencias en positivas y negativas; todas ellas serán útiles si las consideramos como energía por capitalizar. Todas nuestras experiencias contienen dinamismo y poder, pero debemos desarrollar nuestra atención lúcida antes que podamos usarlas bien.
Cuando estás haciendo esfuerzos por controlar tus pensamientos es precisamente cuando llegan a ser más perturbadores. La mente se vuelve muy sensible cuando tratamos de trabajar con ella. Nuestra consciencia es entonces tridimensional. Cuando estás en cierta longitud de onda ocurren cosas no usuales frente a las cuales necesitamos estar alertas. La frustración siempre está en acecho, tentándonos y jugando con nosotros. Mientras más rápido abramos los ojos, más pronto podremos contraatacar las negatividades que aparezcan. Fascinación y ansiedad:
Constantemente codiciosos, somos atraídos por lo que tienen los otros, quedando atrapados en una continua búsqueda y aferramiento. Nuestra mente, cansada y distraída, deja pasar las oportunidades de realización. Nos apegamos a los mensajes que nos envían las percepciones de nuestros sentidos y nos falta la calidez nutriente del flujo natural de nuestros propios sentimientos y sensaciones. Más que enfocarnos en ellos, lo hacemos en nuestros pensamientos acerca de las sensaciones que experimentamos, lo que no nos da mucha satisfacción. Cuando nos damos cuenta de esta situación, podemos ver que es causada por una sutil progresión psicológica: el querer alcanzar aquello que nos fascina conduce a la ansiedad, esta a la insatisfacción, y la insatisfacción nos lleva a un nuevo intento por alcanzar aquello que codiciamos. Estamos atrapados en esta progresión porque nuestros pensamientos sobre lo que nos fascina no pueden satisfacernos, ellos no tienen una sustancia real. No podemos cogerlos, es como ir hacia el final del arco iris. Mientras más los perseguimos, más ansiosos y frustrados estaremos.
Enfocamos nuestra mente en el gozo y la satisfacción, pero el camino que tomamos al tratar de alcanzar estas metas produce justo el efecto contrario. Nuestra mente salta de pensamiento en pensamiento, de los recuerdos del pasado a las expectativas del futuro, si es que no queda fijada en la imagen de algo que nos atrae obsesivamente. La mente casi nunca se centra en la inmediatez de la experiencia, que es donde yace la satisfacción.
Como el flujo de imágenes persiste, nuestra mente continúa produciendo una serie interminable de pensamientos acerca de esas imágenes. Este es el principal factor para establecer nuestra sensación de un ego que necesita “tener” y que necesita “hacer”. Aun en nuestra meditación, cuando tratamos de “no hacer”, sigue ocurriendo el mismo proceso.
En la meditación, sin embargo, este proceso es tan sutil que a menudo no nos damos cuenta de que ocurra. Podemos tratar de no tener ninguna expectativa ni pensamientos acerca de nuestra meditación, pero ellos pueden esconderse en el trasfondo de nuestra mente, manifestándose como un tipo de impaciencia, una espera por algo que tendría que ocurrir. Estos pensamientos no precisan ser muy fuertes para que el inconsciente estímulo de la expectativa y de la fascinación fluya como una ola dentro de nuestra consciencia. Mientras más fuerte sea este sentimiento, más poderosa, tensa y precipitada será la ola. Esto conduce rápidamente a la sensación de frustración y de ansiedad.
Al principio, nuestra meditación empieza disolviendo la sensación del ego que necesita “hacer”. Pero luego la mente persigue imágenes para compensarlo. La ansiedad aumenta, agravando el flujo de pensamientos e imágenes. Y tan pronto como nos quedamos envueltos en esta trampa del hacer”, sentimos una necesidad de contactar con imágenes, palabras, conceptos, objetos. Esta necesidad se hace más fuerte y ayuda a engranar de nuevo los condicionamientos. Todo esto ocurre tan rápido que no tenemos tiempo de pensar acerca de ello, debido al poder de la energía subyacente en nuestras expectativas y ansiedad.
La relajación puede lentificar esta tensa precipitación, Podemos relajar la mente disminuyendo la cantidad de pensamientos, creando un “tono” diferente que rebaje el grado de nuestra expectativa. Al conseguirlo y volvernos calmos y relajados, las ansiosas olas se transforman en pequeñas ondas.
Así, en tu meditación, vigila estrechamente tus pensamientos. La fascinación es una ola que se levanta. Observa cómo aparece. Tiene muchos rutilantes colores y es atractiva por naturaleza. Los buenos meditadores vigilan la ola como crece cada vez más alta hasta que comprenden cómo la fascinación nos estropea el momento. Ellos aprenden por qué las luminosas imágenes y las interesantes ideas nos distraen tan fácilmente. Podemos aprender a alterar el ciclo de fascinación y ansiedad dándonos cuenta del ir y venir de los pensamientos e imágenes. Expandiendo cada pensamiento y llevando su sensación a un nivel más profundo, podemos evitar sucumbir a la ansiedad, a aquella parte de nuestra consciencia que quiere moverse y hacer algo.
Podemos cuidarnos de ser absorbidos en el “hacer” que nos aparta de nuestra meditación, relajándonos y manteniendo nuestra actitud alerta. Cuando conseguimos mantener nuestro equilibrio y estar verdaderamente tranquilos en nuestra meditación, no importa qué pensamientos individuales aparezcan: la ansiedad y la fascinación pierden su poder sobre nosotros dejando que nuestra energía fluya suavemente. El miedo y el dolor:
Mucho de nuestro sufrimiento es psicológico, nutrido por el miedo y por nuestra identificación con el dolor. Es importante romper la idea de que este es nuestro sufrimiento, nuestro miedo. Concéntrate en la sensación, no en el pensamiento acerca de ella. Concéntrate en el centro de la sensación, penetra en ese espacio. Hay una gran densidad de energía en él, la que resulta claramente distinguible. Esa energía tiene gran poder y puede trasmitir una valiosa claridad. Tu consciencia puede ir dentro de la emoción contactando esa pura energía, y así tu tensión se quiebra. Con gentileza y autocomprensión, controla esa energía; la fuerza no sirve. Prepárate lentamente, teniendo cuidado en no saltar de súbito en medio de la negatividad. Sé calmo y sensitivo, y observa cautelosamente la situación. De esta manera, toda emoción negativa puede ser transformada, porque la emoción es esa energía, y puedes emplearla de diferentes maneras. Otras emociones negativas:
Por ejemplo, la ira. El antídoto es amor, compasión y paciencia; pero, hasta que seamos capaces de aplicarlo, debemos sentarnos a meditar nuestra ira, enfocando nuestra concentración en ella – no en su objeto – de modo de no hacer discriminaciones y no suscitar reacciones.
Procederemos igual cuando se trate de cualquier otra emoción perturbadora: concentrarse en ella, no soltarla; pero sin pensar acerca de ella o tratar de actuar en relación a ella. Sólo sentir la energía y nada más. Nosotros somos capaces de sobrepasar nuestros problemas cuando no reaccionamos a ellos, entonces pierden su sustancia y se transforman en obstáculos posibles de superar. En cambio, cuando somos atrapados por ellos, ya no tenemos libertad de escoger cómo enfrentarlos. Si estamos desvinculados y alertas, podemos manejar cada acontecimiento.
Mientras mejor comprendamos nuestras emociones, más aguda, profunda y clara llegará a ser nuestra lucidez mental. Finalmente, ya no necesitaremos usar nuestra mente consciente para liberarnos de nuestras dificultades. En un nivel de ser más alto, no necesitaremos razonar, sino utilizar nuestra intuición evolucionada. Para ello necesitamos un camino, un mapa, una instrucción. Todo eso lo encontramos a través del silencio y de la profunda relajación de nuestra meditación.
Las emociones tienen un valor, pero sólo cuando sabemos cómo usarlas para un crecimiento espiritual. Al conocer cómo tratar aun una sola emoción, es posible trascender todas las emociones. Esto es parte de la técnica por la cual podemos ayudarnos a nosotros mismos y a otros. Cuando hayamos comprendido que la energía aparece de diferentes maneras, podremos extraerla de las emociones por negativas que sean. Aprenderemos a relajar esas energías cuando ya no dividamos nuestras experiencias en positivas y negativas; todas ellas serán útiles si las consideramos como energía por capitalizar. Todas nuestras experiencias contienen dinamismo y poder, pero debemos desarrollar nuestra atención lúcida antes que podamos usarlas bien.
Tarthang Tulku
FUENTE http://alcione.cl
Traducido y extractado por Carmen Bustos de
Tarthang Tulku.- Openness Mind.- Dharma Publishing
Tarthang Tulku.- Openness Mind.- Dharma Publishing
domingo, 13 de mayo de 2012
LA AUTOCONSCIENCIA
Ni
siquiera todos los elementos de la vida que son autoconscientes pueden utilizar
conscientemente la Energía Esencial. No es sólo una cuestión de ser
conscientes; también es una cuestión del nivel de consciencia que ha alcanzado
un ser o una especie. Por ejemplo, aunque un perro es un ser muy inteligente,
no tiene (que nosotros sepamos) la autoconsciencia suficiente para poder
utilizar la Energía Esencial de manera intencionada.
»Los
seres humanos no sólo son conscientes de sí mismos, sino que son conscientes de
que son conscientes; por ello, han ascendido al menos al segundo nivel de la
consciencia. Este nivel de la consciencia permite a los seres sensibles advertirse
a sí mismos, e incluso advertir que se advierten a sí mismos. Es decir, podemos
situarnos «fuera de nosotros mismos» y observarnos hacer lo que hacemos y
pensar lo que pensamos y decir lo que decimos.
»Hasta
podemos observar cómo nos observamos. Podemos salir al pasillo de la
consciencia y asomarnos a las puertas que tenemos por delante y por detrás; y,
según dicen algunos, llegar a ver y a vivir nuestro Yo Divino y Sagrado.»
NEALE DONALD WALSCH
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