Al que perdona no le pasa nada raro en
la memoria,
simplemente decide hacerse un regalo. Un golpe en la cabeza puede
producir olvido, pero no perdón. Cuando el indulto se
otorga, el recuerdo sigue, pero ya no hace
daño.
El
proceso del
perdón, incluye un beneficio en ambos sentido: alivio del
resentimiento de quien lo ofrece y de la culpa y la
vergüenza para quien lo recibe. No solamente es un obsequio
para quien lo entrega, sino una forma de autorrecompensa y
liberación. El perdón es una manera de lavar el
alma y la
mente. Es purificar el mundo interior. Al acto de perdonar se
llega por dos caminos: la reevaluación objetiva de los
hechos o el
amor.
Perdonar no es otorgar clemencia, porque no ejercemos la
función
de jueces, al menos en la vida normal de
relación.
Perdonar no es sentir compasión. La
compasión solidariza con el dolor de la victima, es una
"virtud afectiva" se trata de sensibilidad, de
solidaridad
emocional o de contagio, ya que el dolor ajeno nos toca o se
refleja a través nuestro.
Perdonar no es renunciar a la
justicia, es
ejércela sin rencor, sin ira, sin aberraciones violentas.
"Perdono pero exijo justicia" no por rencor sino por
principios.
El error se disculpa, la maldad se perdona. Se perdona
al ignorante, pero se perdona al malvado, .Dice Jankelevich en
Riso (2004) si no hay intención entonces hay
traspiés.
Luskin, (2008) indica lo que no es
perdón;
No es aceptar la crueldad.
No es olvidar que algo doloroso ha sucedido.
No tiene que ser una experiencia religiosa ni sobre
natural.
No es negar ni desatimar el dolor,
No implica reconciliación con el ofensor. Tampoco
significa dejar de sentir.
No perdonar puede ser más importante como factor
de
enfermedades
cardiacas que la misma enemistad.
Las personas que culpa a otras de sus problemas se
enferman más, por ejemplo de cáncer o del
corazón.
Quienes piensan en no perdonar muestran cambios
negativos de la
presión
arteria, la tensión muscular y las respuestas
inmunológicas.
Las personas que se imaginan perdonando a su ofensor
sienten mejoría inmediata en su
sistema
cardiovascular, muscular y nervioso.
Inclusive las personas que han sufrido perdidas
devastadoras pueden aprender a perdonar y sentirse mejor
psicológico y emocionalmente.
Para Chopra (2005: 64) "La compasión total se
traduce en perdón total," usted no puede obligarse a
perdonar a nadie. El perdón no pertenece al ámbito
de la mente. Es un sentimiento del corazón. Entonces nos
enfrentamos nuevamente a una paradoja, porque tal parece que
cuando no ablandamos el corazón y sanamos
cariñosamente sus heridas, nos protegemos contra el
mal.Cuando construimos fortalezas para protegernos, solamente nos
hacemos más vulnerables" , Chopra indica que las personas
victimas, utilizan excusas para prolongar el sufrimiento. Sus
esquemas mentales son:
Llevo tanto
tiempo
sufriendo que es demasiado tarde para cambiar.
Estoy esperando que alguien note mi
sufrimiento.
Mi dolor significa que estoy vivo.
¿Por qué alguien no me salva?
Tengo una enorme necesidad de ser amado.
No se me permite comprender.
Para Orozco (2009), el perdón se contempla en
todas las
sociedades
humanas como una forma que permite la cura del alma y el progreso
espiritual. El que perdona no solo se cura a si mismo, sino que
su alma entra en paz, teniendo una mayor vitalidad y un claro
sentido del para que se vino a esta existencia. La falta de
perdón, quizás es el
motor que en la
actualidad promueve tantas enfermedades de índole
psicológicas, entre ellas la depresión
El perdón es benéfico
Una vez que se tiene claro el
concepto del
perdón, se debe tomar en cuenta sus beneficios para el
organismo desde el punto de vista bio-psico-social. Según
Chopra (2008) el ser humano es el único animal que siente
culpa y vergüenza. En esta afirmación, el autor
destaca la combinación de una
inteligencia
racional y emocional.
Es precisamente, esa inteligencia racional, la que
permite la
evaluación
cognoscitiva de las consecuencias de la
conducta emitida
y el procesamiento de la
información emocional que llega al
cerebro. Con base
a esto, el perdón es una alternativa, que permite
"regular" hasta que punto la persona deja que aquel hecho lo
afecte y si lo afecta en que intensidad, no se olvida el hecho,
pero se aprende a vivir y a desarrollar la capacidad de
resiliencia ante las adversidades.
La resiliencia es un concepto psicológico que
define la capacidad de las personas de sobreponerse a la
adversidad y ser fuerte en las
crisis.
Rivas Lacayo (2009), presidenta de la Asociación
Latinoamericana de
Desarrollo
Humano y de la Asociación de Orientación
Holistica de la
República Mexicana y autora del
libro "Saber
Crecer" afirma "Sin perdón no podemos crecer ni
fortalecernos en la adversidad. No logramos tampoco ser
residentes. Algunas personas mantienen su dolor al rojo vivo para
demostrar al mundo lo mal que han sido tratadas, sin querer darse
cuenta de que se dañan ellas mismas al hacerlo. Cuando nos
aferramos al dolor, la autocompasión empaña la
capacidad de dar a los demás y asumiendo el papel de
mártires, nos sentamos a esperar que alguien
mágicamente resuelva nuestra vida".
Para Rivas Lacayo (2009), el perdón ayuda a
reconocer y admitir que se es frágil y que no se necesita
ocultar la debilidad." Al hacernos concientes de nuestros limites
evitaremos que la experiencia se repita"
Tomando en cuenta lo anterior, en donde se visualiza el
perdón como capacidad reguladora de las
emociones y de
sobreponerse al dolor, se tiene las siguientes
consideraciones:
Para Luskin (2008), el principal beneficio del
perdón es la reafirmación de que no somos victimas
de nuestro pasado. Ciertamente el pasado influye en el presente.
El perdón brinda la clave para reconocer el pasado como
una experiencia y seguir adelante. Cuando se perdona se teme
menos.
De esta forma al perdonar se desarrolla y fortalece la
autoestima. La
persona se hace más fuerte y aprende que le conviene y que
no le conviene. El segundo beneficio es lo mucho que se puede
aprender en como se puede ayudar a los demàs.Segun Luskin
(2008), pocos conocen el
poder que da
un ejemplo de perdòn.Se puede ayudar a muchos mediante el
ejemplo de cómo enfrentar la adversidad y el dolor.
Perdonar es una
acción
que demuestra fortaleza y la misma puede ser un ejemplo para los
demás.
El tercer beneficio del perdón, nace del amor y del
cuidado que se ofrece a las personas importantes en la vida.
Generalmente las personas que sufren por la aflicción de
las victimas, no son la que han lastimado, sino las que se
preocupan por el sufrimiento del ofendido.
Seguidamente, se analizará el
valor
terapéutico del perdón, donde se percibe como una
herramienta de liberación, de aquellas emociones negativas
que alteran los pensamientos y en consecuencia los
sistemas
inmunológico, endocrino y nervioso.
La salud humana es un complejo proceso sustentado sobre
el
equilibrio de
factores biopsicosociales, es decir, una persona sana tiene en
equilibrio tanto su cuerpo como su mente en adaptación con
su entorno.
De lo anterior se desprende, que existe una
relación entre mente y cuerpo y que la falta de equilibrio
en uno de ellos, afecta el equilibrio y el buen funcionamiento
del otro. La enfermedad afecta tanto al cuerpo como a la
mente.
De esta relación mente/cuerpo nace la
medicina
psicosomática, que se centra en el estudio de las
interacciones entre los
procesos
psicológicos (mente) y la ocurrencia de ciertas
enfermedades (cuerpo).
Establecida la relación, el psicólogo
Robert Ader (citado en Goleman. 1996) se dedicó a
investigar como influyen ciertos procesos psicológicos,
las emociones, en la salud (USA, 1974). Es así como nace
un nuevo campo de
investigación, la
Psiconeuroinmunología (PNI), que estudia los
vínculos que existen entre el sistema
inmunológico y el
sistema nervioso
central. Su mismo nombre reconoce las relaciones: psico o
"mente"; neuro, que se refiere al sistema neuroendocrino (que
incluye el sistema nervioso
y los sistemas hormonales); e
inmunología, que se refiere al sistema
inmunológico. Ha sido utilizada para establecer posibles
relaciones entre los factores de comportamiento y la
progresión de enfermedades.
Según Ader, (en Goleman, 1996) hay una infinidad
de modos en que el
sistema nervioso central y sistema
inmunológico se comunican: sendas biológicas que
hacen que la mente, las emociones y el cuerpo no están
separados sino íntimamente interrelacionados.
Se está descubriendo que los mensajeros
químicos que operan más ampliamente en el cerebro y
en el sistema inmunológico son aquellos que son más
densos en las zonas nerviosas que regulan la emoción. A
cargo de estas
investigaciones
está el psicólogo David Felten (En Goleman, 1996)
Él comenzó notando que las emociones ejercen un
efecto poderoso en el sistema nervioso autónomo (SNA), que
es el que regula diversas
funciones del
organismo. Detectó un punto de reunión en donde el
SNA se comunica directamente con los linfocitos y los
macrófagos,
células
del sistema inmunológico.
Se descubrieron contactos semejantes a sinapsis, en los
que los terminales nerviosas del SNA tienen terminaciones que se
apoyan directamente en estas células inmunológicas.
Este contacto físico permite que las células
nerviosas liberen neurotransmisores para regular estas
células (Goleman, 1996).
Luego de diversos estudios, David Felten concluyó
que sin esas terminaciones nerviosas el sistema
inmunológico no responde como debería al
desafío de las
bacterias y
los
virus invasores.
En resumen, el sistema nervioso no sólo se conecta con el
sistema inmunológico, sino que es esencial para la
función inmunológica adecuada.
Otra vía clave que relaciona las emociones y el
sistema inmunológico es la influencia de las
hormonas que
se liberan con el estrés. Las catecolamina (adrenalina y
noradrenalina) y el cortisol, entre otras, obstaculizan la
función de las células inmunológicas: el
estrés anula la
resistencia
inmunológica, supuestamente en una
conservación de energía que da
prioridad a la emergencia más inmediata, que es una mayor
presión para la supervivencia (Goleman, 1996).
Basándose en lo anterior, se ha establecido la
hipótesis de que el estrés y las
emociones negativas generadas por el rencor como la ira, la
ansiedad y la
depresión, podían ser la causa de
ciertas enfermedades. Las investigaciones no han arrojado
datos
clínicos suficientes como para establecer una
relación causal, pero sí, se reconoce que, estas
emociones, afectan la vulnerabilidad de las personas a contraer
enfermedades. Asimismo, se investiga si las emociones positivas
son beneficiosas a la hora de la recuperación de la
enfermedad.
También, las emociones y la salud se relacionan
cuando ya se está enfermo y desde el punto de vista
psicológico el rencor se considera una enfermedad, se
puede ser emocionalmente frágiles mientras se esta
enfermos porque el bienestar mental se basa, en parte, en la
ilusión de invulnerabilidad.
El rencor hace estallar esa ilusión, atacando la
premisa de que el mundo privado está a salvo y
seguro. De pronto
la personas se sienten débiles, impotentes y vulnerables.
Las emociones más típicas cuando se experimenta
rencor son el miedo y la rabia. Se ha descubierto que las
emociones negativas, como la ira, la ansiedad o la
depresión, y también el estrés, debilitan la
eficacia de
ciertas células inmunológicas.
Estudios confirman que las emociones perturbadoras son
malas para la salud. Se descubrió que las personas que
experimentan ansiedad crónica, prolongados períodos
de tristeza y pesimismo, tensión continua u hostilidad,
cinismo o suspicacias implacables, debido a una situación
de rencor, tenían el doble de
riesgo de
contraer una enfermedad, incluidas
asma, artritis,
dolores de cabeza, úlceras pépticas y problemas
cardíacos.
Esta magnitud hace que las emociones perturbadoras sean
un factor de riesgo tan dañino como lo son, por ejemplo,
el hábito de fumar o el colesterol elevado para los
problemas cardíacos, es decir, una importante amenaza a la
salud (Goleman, 1996). Lo anterior no indica, en modo alguno, que
todos aquellos que tengan estos sentimientos serán
más vulnerables a una enfermedad.
Se conoce desde hace años, que la
homeostasis
normal, el correcto nivel de las hormonas, neurotransmisores y
demás elementos que conforman nuestro
medio ambiente
interno, el adecuado funcionamiento del sistema nervioso central
y la adecuada respuesta del sistema inmunitario son factores
implicados en el correcto
desempeño de las funciones habituales y/o
vitales, impidiendo que el organismo enferme, favoreciendo su
resistencia en las situaciones de máxima
demanda, y
posibilitando una correcta y relativamente rápida
recuperación tras las respuestas intensas que se haya
producido en situación de estrés o de intensa
emocionalidad.
A continuación, se revisaran algunos aspectos en
los que se aprecia la influencia de los procesos emocionales que
son generados del rencor, por la falta de
perdón.
La Ansiedad
Para Chopra (2008), el miedo crónico del tipo que
nos despierta en la noche y ataca sin previo aviso en cualquier
momento de la vida se conoce como ansiedad. Es una de las formas
más comunes de sufrimiento en nuestra
sociedad,
magnificada durante ataques y recuerdos dolorosos de un hecho
violento. La ansiedad se siente como una especie de temor no
especifico. Puede sentirse en grado leve, y entonces la persona
se siente nerviosa e inquieta, o puede sentirse de manera aguda,
cuando la persona se llena de terror sin razón
aparente.
El miedo se convierte en ansiedad cuando una amenaza
pierde su ventaja inmediata pero no puede olvidarse. La ansiedad,
según el autor citado, tiene su asidero en la
memoria. No viene
de afuera, sino de nuestro mundo interior.
El funcionamiento sexual se ve claramente influenciado
por efectos del estrés y de la emocionalidad intensa, ya
que se produce una restricción del nivel de testosterona
en el organismo. Esta hormona es fundamental en la
motivación y conducta sexual de hombres y mujeres.
(Palmero, 1999). También se ha observado que la intensidad
emocional tiene relación con los trastornos del
sueño.
Así, los procesos de ansiedad y depresión
producen un incremento en la
temperatura
basal corporal y en la resistencia de la
piel,
constriñen los vasos sanguíneos y generan inquietud
motora general. Todos estos factores dificultan la
conciliación y/o
mantenimiento
del sueño. Palmero (1999) refiere que el insomnio no solo
se refiere a la imposibilidad de iniciar el sueño, sino
también a la dificultad de mantenerlo.
Durante momentos de gran ansiedad, sobre todos los
producidos ante una situación de dolor o miedo, el cerebro
secreta grandes niveles de cortisol y norepinefrina que
interfieren con las
operaciones
normales de los mecanismos neurológicos para
el aprendizaje y
la memoria. Cuando estas hormonas de estrés llegan a un
nivel crítico, mejoran la función de la
amígdala pero debilitan las áreas prefrontales, las
cuales pierden la capacidad de contener los impulsos de la
amígdala. Goleman (2006).
Por otra parte, se ha evidenciado una alta
relación entre estrés y
diabetes,
hablándose en la actualidad de una
personalidad
diabética. (Palmero, 1999), que vendría definida
por una disminuida capacidad de alerta, apatía y
depresión.
La Ira y La Hostilidad
Para Chopra (2008), la ira es una emoción
primaria, pero que en el mundo del miedo es una línea
secundaria de defensa. Las personas se tornan airadas cuando no
pueden vencer sus sentimientos de indefensión. El hecho de
estallar en ira, tiene dos propósitos hacer sentir a la
persona que tiene el
control, sin el
cual muchos entrarían en
pánico
total y el segundo propósito es que permite canalizar la
energía hacia fuera, proporcionando un enemigo externo al
cual atacar.
La emoción de ira y la
actitud de
hostilidad, generado por el sentimiento de venganza, producen una
excesiva activación de las glándulas suprarrenales,
cuya consecuencia es la
producción excesiva de cortisol,
norepinefrina y epinefrina. Estas sustancias tienen efectos
generales sobre el
sistema cardiovascular, pues aceleran el
proceso ateorogènico y reducen la
luz de los vasos.
Si se mantiene constante el
volumen de
sangre
bombeada desde el corazón, la presión
sanguínea va incrementándose paulatinamente a
medida que se estrecha el diámetro útil y despejado
del vaso.
Pero además, la epinefrina en particular tiene
efectos que empeoran la situación. Esta catecolamina
acelera el ritmo cardiaco y produce vasoconstricción. Los
resultados son evidentes se incrementa la presión
cardiaca. (Palmero, 1999). También se ha visto
relación con las ulceras estomacales, ya que se produce un
incremento en la secreción de
ácidos en
el estomago, que contribuyen a la formación de
ulceras.
La Tristeza
Para Chopra (2008) en la base de la depresión
(considerada como el extremo de la tristeza), hay un componente
de miedo y ansiedad. La depresión es el sufrimiento
dirigido contra el "yo". La actitud ante la vida de la persona
deprimida es de pasividad y resignaciòn.
Existe una clara relación entre la tristeza y
el
cáncer, ya que aspectos emocionales de
depresión han provocado disminución en la capacidad
funcional del sistema inmunológico, produciéndose
un crecimiento exponencial de estas células y se
desencadena la enfermedad.
Por lo que respecta a otros trastornos importantes, el
asma, se conoce en la actualidad que las situaciones que producen
sentimientos de tristeza, frustración y
conflictos,
dados por recuerdos dolorosos del pasado, representan factores
importantes para que ocurran ataques de asma. Igualmente se ha
visto su implicación los problemas capilares. (Palmero,
1999).
El Estrés
El hipocampo es particularmente vulnerable al continuo
estrés emocional, por los dañinos efectos del
cortisol, Bajo estrés prolongado, dado por
situación traumáticas y dolorosas, el cortisol
ataca las neuronas del hipocampo, reduciendo el ritmo en el que
se agregan las neuronas, o incluso reduciendo el numero total,
con un impacto negativo en el
aprendizaje.
La muerte de
las neuronas del hipocampo ocurre durante un sostenido aumento
del cortisol, por ejemplo, durante una depresión severa o
un trauma intenso. Incluso en bajas dosis, los periodos de
estrés extensos producen altos niveles de cortisol que
pueden impedir el crecimiento de esas neuronas.Goleman (2006) Con
esto, se concluye que el estrés tiene influencia en el
aprendizaje.
En los vínculos del estrés con la salud,
los sistemas biológicos claves son el sistema nervioso
simpático (SNS), y el eje
hipófisis-hipòtalamo-suprarrenal (HHS). Cuando
estamos atemorizados, tanto el SNC como el eje HHS asumen el
desafió, secretando hormonas que nos preparan para
enfrentarnos a una emergencia o amenaza. Pero lo hacen tomando
recursos del
sistema inmuno y endocrinológico, entre otros. Esto
debilita a dicho sistema clave para la salud, por un momento o
durante años.
Se considera un estudio Británico sobre
trabajadores de la salud que tuvieron dos supervisores en
días alternados, uno al que temían y otro que le
gustaba. Wager, Feldman y Hussey (2001) En los días en que
trabajaba el jefe atemorizador (Victimario), el promedio de la
presión arterial subió 13 puntos para la
sistólica y 6 para la diastolita (de 113/75 a
126/81).
Aunque las lecturas estaban dentro del margen saludable,
tanta elevación si se mantenía mucho tiempo,
podría tener un impacto clínico significativo, esto
es, aumentar el riesgo de
hipertensión. Los estudios de Suecia de
trabajadores a diferentes niveles y en el Reino Unido entre
empleados estatales, demostraron que la gente en posiciones
inferiores dentro de las
organizaciones y
sometidas a mayores niveles de estrés por un jefe
autoritario, vengativo y acusador, eran cuatro veces mas
propensos a desarrollar enfermedades
cardiovasculares, a los que no tenían tales presiones.
Wamala (2000).
Para Puche (1999), cuando las emociones dejan de cumplir
la función o función de protección para las
que fueron creadas y empiezan a estorbar y limitar a la persona
que la experimenta, se requiere realizar un proceso de
"liberación". "El resentimiento, como su nombre lo indica,
se presenta cuando alguien, después de haber tenido un
conflicto con
otra persona hacia la cual ha sentido mucha rabia, vuelve a
sentir (resiente) esa rabia con frecuencia" (p.246). Puede
decirse que la persona se "intoxica" poco a poco al recordar
constantemente y sentir otra vez la ira, que se generaliza
invadiendo otras dimensiones de la vida
personal.
El resentimiento como la mayoría de las
emociones, tiene beneficios ocultos o ganancia secundarias. Entre
sus beneficios pueden contarse los siguientes: mantener una
distancia real con la persona con la que se presenta el
conflicto, protegiéndose de esta forma; generar una
sensación de "control" del otro a través de la
rabia, ponerse en situación de victima y buscar afecto y
consuelo en otras personas, dejar de asumir
responsabilidad sobre la propia existencia, al
culpabilizar al otro por todo lo que le sucede..."Una de las
grandes contradicciones de quienes tienen resentimiento profundos
es que mientras más rencor sienten, más unido al
otro se encuentran, sin importar la distancia
física que los
separe" (Puche, 1999:24)
Luskin (20d08) establece que las investigaciones en los
diversos campos sugieren que aprender a perdonar es bueno de
diferentes maneras. Cuando se perdona, se siente que las
emociones positivas aumentan y que es más fácil
sentir esperanza, cuidado, afecto,
seguridad y
felicidad. También hay beneficios por sentir menos furia.
La persona puede experimentar menos depresión y
desesperanza y hasta reforzar la espiritualidad. "Las personas
que aprenden a perdonar se vuelven menos ansiosas, sufran menos
estrés, aumentan su seguridad, son más calmadas, se
deprimen menos, sufren menos y aprenden a quererse más"
(Luskin, 2008:83). Hay estudios que han examinado el efecto del
perdón en la salud fisica.
El primer estudio reveló que cuando la gente
perdona a su ofensor, mejora el funcionamiento de su sistema
cardiovascular y nervioso. (Van Oyen y otros, 2001). Al practicar
el rencor aumenta la presión sanguínea, el ritmo
cardiaco y la presión de las paredes arteriales. Estas son
experiencias negativas para el sistema cardiovascular. Si estas
respuestas se prolongan pueden afectar el sistema cardiovascular.
Durante los talleres del perdón, los investigadores
descubrieron que no se presentaron molestias psicológicas
y los participantes informaron sentir emociones positivas y
relajamiento.
Un segundo estudio de la
Universidad de
Wisconsin, en Madison (S.Sarinopoulos 2000) indicó que la
intensidad con la cual se perdona la persona se relaciona con
diversidad de enfermedades. Cuanto más perdonaron, menos
sufrieron de una amplia gama de enfermedades y cuanto menos
perdonaron, más enfermedades se reportaron. Esta
relación se mantuvo constante para las quejas
físicas a corto plazo y para el bienestar a largo plazo.
En el estudio, la relación entre perdonar y la salud
estuvo conforme en términos de la frecuencia de
síntomas reportados.
El tercer estudio realizado en la Universidad de
Tennessee (En Luskin, 2008) demostró que perdonar a corto
plazo reduce el estrés, y aprender a perdonar no tiene
efectos nocivos. Pero a pesar de estos resultados positivos, hay
que recordar que las investigaciones sobre el perdón es
una
ciencia en
construcción.Sin embargo, es una de las
cosas aprendidas que sana física, emocional y
espiritualmente.Con base a lo anterior, desde el punto de vista
cognitivo, el perdón no sólo es un regalo que se le
hace al infractor, lo cual puede llegar a se importante desde una
perspectiva humanista, sino que también es un regalo que
se hace la persona a si misma. (Riso, 2004), en tanto se deja de
sufrir y en consecuencia de generar emociones negativas. Perdonar
es aliviar la carga que causa el rencor. Para el autor citado, al
perdón se llega por cinco caminos:
El camino del amor.
El camino de la compasión
El camino de la comprensión.
El camino del desgaste, donde la persona decide perdonar
como un acto de "supervivencia" "Me cansé de
odiar"
El camino de la comparación. El camino de
identificación con el agresor no se hace desde el dolor
sino desde la comparación. ¿cómo no
perdonarte, si yo hubiese hecho lo mismo?
Para el autor, cuando se trata de perdonar, no importa
tanto el camino sino el resultado. Tener un esquema positivo
sobre el perdón implica estar dispuesto a no dejarse
llevar tan fácilmente por el odio y a intentar terminar
con el rencor si ya esta instalado.
El perdón ha tenido muchas connotaciones a
través de la
historia desde el punto de
vista
moral
ético y religioso, pero poco se ha estudiado sobre sus
propiedades terapéuticas, no solo a nivel físico
sino también psicológico. Con el surgimiento de la
Psiconeuroinmunología, donde se pone en evidencia la clara
relación entre la mente y el cuerpo. El perdón
entra a formar parte de una nueva herramienta en el campo de la
psicología
y en especial de la psicología positiva, que permite
activar las emociones positivas. El perdón como
herramienta liberadora de emociones negativas que afectan la
salud, juega un papel importante desde el punto de vista de la
salud mental. Ya
que es un mecanismo que esta bajo el control de la persona, que
permite regular y manejar, según su necesidad de
protección, el hecho doloroso. El Perdón permite
que quede atrás las etapas aguda de la pena. El
sentimiento de dolor queda en una especie de Olano sutil, como
una especie de neblina gris, que se puede recordar, pero que ya
no afecta emocionalmente. Si eso realmente sucede, como lo han
demostrado las investigaciones que se han hecho al respecto, el
sentido de normalidad se empieza a recuperar al igual que el
equilibrio homeostático del organismo.
La ausencia de ese sufrimiento, significa que ya se esta
listo para comenzar a satisfacer las necesidades más
fundamentales como: La necesidad de seguridad, de pertenecer, de
ser reconocido por los demás, de importarle a los
demás, de expresarse libremente y de amar. En otras
palabras el perdón tiene propiedades resilientes sobre la
persona y permite la sanación y reestructuración de
la misma. El perdón sosiega la angustia emocional, ayuda a
la persona a pensar con claridad y acaba con el círculo
vicioso de la historia del rencor. Es parte de la inteligencia
emocional que permite la
interacción de las personal con otros seres
humanos. (Inteligencia interpersonal). Con el perdón la
persona tiene mayor control de su vida, asumiendo responsabilidad
por todo lo que hace
La meta del acto
de perdonar es sentir paz, por lo tanto induce en el organismo un
estado de
relajación, como lo han comprobado las diferentes
investigaciones que se han hecho al respecto, generando toda una
serie de emociones positivas que favorecen la producción
de endorfinas y el fortalecimiento de los sistemas
inmunológico y endocrino.
Hoy en día, se sabe que las emociones tienen un
fuerte impacto en el cerebro, en el sistema inmunológico,
en el funcionamiento endocrino y en consecuencia en la salud. En
definitiva, el bienestar es un estado emocional.
Esta búsqueda del bienestar es lo que hace que el
perdón forme parte del objeto de estudio de la
Psicología positiva. A través de este camino el
perdón pasara a ser una ciencia. Las emociones que genera
el acto de perdonar son:
Optimismo: Es una disposición a esperar
encontrarse con cosas positivas y buenas. La relación
entre optimismo y bienestar han hecho que ésta sea una de
las emociones más importantes de la psicología
positiva. Sentido del humor: Hay suficiente evidencia para poder
afirmar que la risa reduce el estrés y la ansiedad y, en
consecuencia, mejora la salud física de las
personas.
Adaptabilidad: También llamada
resiliencia.
Es la capacidad que tienen algunas personas para
adaptarse a las situaciones adversas de la vida.
Creatividad:
Es la capacidad de crear cosas nuevas, de buscar nuevas
posibilidades, de encontrar
soluciones
diferentes. Desarrollo y
bienestar personal Se considera que por cada emoción
positiva hay al menos cuatro emociones negativas generadas por el
dolor y el rencor Además las emociones negativas nos han
servido como aliadas a lo largo de la historia de rencor, por su
capacidad adaptativa. Sólo en los últimos
años se ha comenzado a valorar la posibilidad de estudiar
las
variables que
favorecen el desarrollo
personal del
individuo y
entre ellas, se encuentra la capacidad de `perdonar. Se ha
comenzado a admitir el bienestar como objeto de estudio con
suficiente entidad. La sociedad jamás podrá
alcanzar unos niveles mínimos de bienestar si no se
consigue esto mismo para los individuos que la forman. El
perdón es una destreza que se puede desarrollar, es una
competencia que
puede formar parte integral de la vidas, hasta convertirse en un
habito. Es un
estilo de vida
que va ha permitir, una mejor salud, por lo tanto con
entrenamiento
adecuado se puede aprender.
Con él se aprende a equilibrar el aspecto
impersonal del dolor con el personal., lo cual significa tomar y
evaluar algo doloroso menos personalmente.
Permite tomar la responsabilidad sobre los sentimientos
y asumir las consecuencias de estos. Para llegar a este punto y
tener la madurez psicológica para ejercer el acto del
perdón, la persona debe: Saber lo que se siente sobre lo
ocurrido.
Tener claridad sobre la acción que motivo el
dolor. Compartir la experiencia por lo menos con una persona de
confianza. De esta forma, aquellas emociones negativas como el
miedo, la ansiedad, la ira y el dolor empiezan a liberarse, dando
paso a un estado de relajación y paz que permita el "buen
vivir" y la sana convivencia.
Autor:
Estrella R. Orozco Castro
Psicólogo