Son cinco ejercicios sencillo que según los
monjes del Himalaya ayudan a equilibrar las hormonas con lo que restablecen la
juventud en el cuerpo.
Aqui los presentemos de manera completa.
Quizás el Rito Número Uno no sea de tu agrado. No es obligatorio hacerlo.
RITO NUMERO UNO
El Primer Rito es muy sencillo. Se realiza con el objetivo
expreso de acelerar los vórtices o chakras . Los niños lo hacen constantemente cuando
juegan.
Todo lo que tienes que hacer es pararte erguido con los
brazos extendidos hacia los lados del cuerpo (en cruz), de forma que queden en
posición horizontal respecto al suelo. Luego gira hasta sentirte ligeramente
mareado. Debes girar de izquierda a derecha, en el mismo sentido que las agujas
de un reloj.
Al principio, la mayoría de los adultos podrán girar sólo
media docena de veces antes de sentirse muy mareados. Si consideras necesario
sentarte o acostarte para recuperarte, hazlo.
Así que los primeros días, deja de hacerlo cuando te sientas
ligeramente mareado. Con el tiempo, a medida que vayas practicando los cinco
ritos, irás haciendo más y más giros sintiendo menos mareo.
También puedes hacer lo que hacen bailarines y patinadores
artísticos para evitar el mareo: antes de empezar el primer giro, fija un punto
exactamente frente a ti. Cuando empieces a hacer el primer giro, continúa con la
vista fija en ese punto mientras te sea posible. Luego tendrás que perderlo de
vista, para que la cabeza pueda girar con el resto del cuerpo. Haz girar la
cabeza muy rápido y vuelve a enfocar el punto.
RITO NUMERO DOS
Tiéndete sobre el suelo boca arriba. Es mejor acostarse
sobre una alfombra gruesa o sobre algún tipo de superficie acolchada.
Completamente estirado sobre tu espalda, extiendes los
brazos a lo largo del cuerpo , poniendo sobre el suelo las palmas de la mano,
con los dedos bien unidos.
Luego levantas la cabeza y aprietas la barbilla contra el
pecho. Una vez hecho esto, levanta las piernas sin flexionar las rodilla hasta
alcanzar la posición vertical.
Puedes dejar que las piernas se deslicen hacia la cabeza,
pero no dejes que se te doblen las rodillas.
Entonces baja lentamente la cabeza y las piernas sin doblar
las rodillas, hasta tocar el suelo. Deja que todos los músculos se te relajen, y
luego repite el rito.
Con cada repetición se debe establecer un ritmo de
respiración. Aspira profundamente mientras levantas las piernas y la cabeza.
Expira todo el aire mientras las bajas. Cuando estés en posición de relajación, continua con este ritmo. Mientras más profundamente
respires, mejor.
Si al principio no eres capaz de mantener las piernas
estiradas, deja doblar las rodillas lo que necesites. Pero esfuérzate por
intentar estirarlas
RITO NUMERO TRES
El Tercer rito debe practicarse inmediatamente después del
segundo. También es muy sencillo
Todo lo que necesita hacer es ponerse de rodillas sobre el
piso manteniendo el cuerpo erguido. Las manos deben ponerse sobre los músculos
de los muslos.
Entonces inclinas la cabeza y el cuello hacia delante,
apretando la barbilla contra el pecho.
Luego tiras de la cabeza y el cuello
hacia atrás tanto como te sea posible, y al mismo tiempo te inclinas hacia atrás
arqueando la columna, manteniendo las manos sobre los muslos. Después volverás a la posición original y comienzas el
ejercicio nuevamente.
Debes establecer también un ritmo de respiración: aspirarás
profundamente cuando arquees la columna y expirarás cuando regreses a la
posición original. La respiración profunda es la más beneficiosa, así que toma
todo el aire que te permitan tus pulmones.
RITO NUMERO CUATRO
La
primera vez que se practique este rito puede parecer muy difícil, pero al cabo
de unos días será tan fácil como el resto
Primero, siéntate sobre el suelo con las piernas estiradas hacia delante, con
una separación entre los pies de 12 pulgadas aproximadamente. Con el torso
erguido, coloca las palmas de las manos sobre el suelo de manera que queden al
lado de tus glúteos. Aprieta la barbilla contra el pecho
Luego empuja con fuerza la cadera hacia el
cielo y regresa tu cabeza un poco hacia atrás. Deseas que tu cuerpo desde las
rodillas hasta la cabeza sea una línea recta. Sostén y regresa a la postura
original.
RITO NUMERO CINCO
Coloca el cuerpo boca abajo y sostenlo con las palmas de las
manos. Los dedos de los pies déjalos flexionados para hacer este ejercicio .
Tanto las manos como los pies los debes colocar a cierta distancia entre sí. Los
brazos y las piernas los mantendrás rectos.
Comienza con los brazos perpendiculares al suelo y la
columna arqueada de forma que el cuerpo quede flexionado. Tira de la cabeza
hacia atrás lo más posible. Después flexionas el cuerpo a la altura de las
caderas y lo colocas en forma de V invertida.
Al mismo tiempo, echa la barbilla
hacia delante oprimiéndola contra el pecho.
Después vuelve a la posición original y repite el
ejercicio.
A finales de la primera semana, generalmente las personas
consideran este rito uno de los más fáciles de hacer. Cuando lo dominas, dejas
caer el cuerpo desde la posición alta hasta un punto muy próximo al suelo, sin
llegar a tocarlo. Tensa los músculos un momento, tanto en la posición alta como
en la baja.
Sigue aplicando el mismo patrón de respiración. Aspira
profundamente cuando levantes el cuerpo y exhala totalmente mientras lo bajas
¿Cuantas veces se tienen que repetir
los ejercicios?
La primera semana deben
repetirse tres veces .
Durante cada semana que
siga, aumenta en dos las repeticiones, hasta que llegues a hacerlas 21 veces.
O sea:
1ª semana: 3 veces cada
rito
2ª semana: 5 veces cada
rito
3ª semana: 7 veces cada
rito
En la 10ª semana los
harás 21 veces
Si el primer rito
(giros) te cuesta mucho hacerlo y lo haces menos que los demás, no te preocupes:
Hazlo tantas veces como te sea posible sin sentirte muy mareado.
Al final podrás hacerlo
las 21 veces.
¿A qué hora del día se deben hacer estos ejercicios
?
Cualquier hora es buena para hacerlos. Y hay quien los hace dos veces al
día: por la mañana y por la noche. Pero no es necesario. Los puedes hacer a la
hora que mejor te venga
http://www.namaste.com.mx/cinco_tibetanos.htm