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martes, 26 de junio de 2012

SE TE DIO UN CORAZON!

La mayoría de las veces las personas prestan más atención a lo que llaman mente, o sea, el órgano que tiene encima de los hombros. A éste le prestan atención tal y cual como le prestarian atención a su cajita bonita (ordenador), o sea a todos sus procesos y lo establecen como una verdad.

La dan el nombre de mente; la mente en realidad está en todo el cuerpo, en todo el ser, es la mente universal. Y esa mente es perfecta, está perfectamente soncronizada...pero quién más cuenta con esta perfecta sincronización? TU CORAZÓN, el corazón es el órgano que se ha encargado de sentir todos los sentimientos y todas las emociones los cuales sin medida le hemos cargado. EL CORAZON posee más electromagnetismo que cualquier otro órgano del cuerpo. 

Por eso es tan importante que prestes atención a esta guía perfecta de la cual se te ha dotado, tienes dudas con respecto a algo? escucha tu corazón, el nunca te fallará. El alma sabe lo que es mejor para ti en todo momento y lo hablará a través de los sentimientos que se alojan en tu corazón, escúchalo, no lo deseches. A veces se le da más importancia al consejo de otra persona, que a lo mejor no tiene malas intensiones, pero tu corazón es tu mejor herramienta del cual se te ha dotado. Sé firme, tu cuerpo físico y tu esencia misma está en completa sincronización con el universo. NO LO SIENTES?

Siempre hay motivos para alentarnos, reir, seguir adelante. celebra tu vida, celebra la evolución, ámate a ti mismo con amor verdadero, honra tu corazón y aliméntalo con los más altos y sublimes sentimientos. ASI SEA!

-Orianna-

domingo, 10 de junio de 2012

LA CONCIENCIA ES EL PRIMER PASO HACIA LA CURACIÓN O EL CAMBIO

LA CONCIENCIA ES EL PRIMER PASO HACIA LA CURACIÓN O EL CAMBIO
“Me muevo con el ritmo y el fluir de la vida, siempre cambiante”.
Cuando llevamos algún modelo mental profundamente sepultado en nuestro interior, para poder curarnos debemos empezar por tomar conciencia de ello. Quizás hablemos al respecto con alguien, o veamos aparecer el mismo modelo mental en otras personas. De una manera o de otra, emerge a la superficie, nos llama la atención y empezamos a tener alguna relación con ello. Con frecuencia, atraemos hacia nosotros a un maestro, un amigo, una clase, un seminario o un libro que comienza a sugerirnos maneras nuevas de abordar la disolución del problema.

Mi propio despertar se inició con un comentario casual de un amigo sobre una reunión de la que le habían hablado, y aunque él no iba a venir, yo sentí no sé qué respuesta interior y fui. Aquella pequeña reunión fue mi primer paso por la senda de mi evolución. Hasta cierto tiempo después no me di cuenta de su importancia.
Con frecuencia, en esta primera etapa nuestra reacción es pensar que todo eso es una tontería, o que no tiene sentido. Puede ser que nos parezca demasiado fácil, o inaceptable para nuestras ideas. El hecho es que no queremos hacerlo, y nuestra resistencia cobra muchísima fuerza. Hasta es posible que nos enfademos sólo con pensar en hacer “eso”.

Una reacción así es excelente, si podemos entender que es el primer paso en nuestro proceso de curación.

Yo le digo a la gente que cualquier reacción que puedan tener sirve para demostrarles que han iniciado ya el proceso curativo. La verdad es que el proceso se inicia en el momento en que empezamos a pensar en cambiar.

La impaciencia no es más que otra forma de resistencia: es la resistencia a aprender y a cambiar. Cuando exigimos que todo se haga ahora mismo, que se complete de inmediato, no nos estamos dando el tiempo necesario para aprender la lección implícita en el problema que nos hemos creado.

Si usted quiere ir a la habitación de al lado, tiene que levantarse y avanzar paso a paso en esa dirección. Con quedarse sentado deseando estar en la otra habitación no se arregla nada. Pues es lo mismo. Todos queremos terminar con nuestros problemas, pero no queremos hacer la pequeñas cosas que, sumadas, nos darán la solución.

Ahora es el momento de reconocer nuestras responsabilidades por haber creado esa situación o ese estado. No estoy hablando de sentirse culpable, ni de que nadie sea una “mala persona” por estar donde está. A lo que me refiero es a reconocer ese “poder interior” que transforma en experiencia cada uno de nuestros pensamientos. 

En el pasado, sin saberlo, usamos ese poder para crear cosas que no queríamos experiementar, porque no nos dábamos cuenta de lo que hacíamos. Ahora, al reconocer nuestra responsabilidad, tomamos conciencia de este poder, y aprendemos a usarlo conscientemente de manera positiva y en beneficio nuestro.
Con frecuencia, cuando sugiero una solución a un cliente -puede ser una manera nueva de abordar un asunto, o bien perdonar a una persona relacionada con él- veo cómo empieza a contraer y adelantar la mandíbula, y cómo cruza tensamente los brazos sobre el pecho, a veces incluso cerrando los puños. La resistencia está subiendo a escena, y entonces sé que he acertado exactamente con lo que es necesario hacer.

Todos tenemos lecciones por aprender. Las cosas que nos resultan difíciles no son más que las lecciones que hemos decidido tomar. Si las cosas nos resultan fáciles, es porque ya las sabemos hacer.

Louise L. Hay · “USTED PUEDE SANAR SU VIDA”