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sábado, 30 de junio de 2012

MANTRA "HAM"

Mantra "Ham". Sanación de la Relación entre Maestro y Discípulo
El Mantra "Ham" se pronuncia con "jota" en vez de con "hache" (Jam).

Es el Mantra del desarrollo personal y espiritual, el Mantra de los cambios, de la enseñanza, del aprendizaje, de la comunicación.


"Ham" es el Mantra de los oradores, de los profesores, de los maestros de los guías espirituales, pero también el Mantra del discípulo, del alumno, del lector, del que escucha y oye, y hasta de los fabricantes de perfume o de los que se comunican a través de los olores de la naturaleza y los olores corporales como lo pudieran ser los Aromaterapeutas.


Los escritores, los músicos, los oradores, etc. también deberían utilizar el Mantra "Ham" para obtener sabiduría e intuición antes de crear sus obras


El Mantra "Ham" es la energía espiritual en camino a manifestarse en el mundo físico a través de las energías creativas. "Ham" es todo planeamiento que precede a una actuación con amor, a una satisfacción personal, a una actuación y a una manifestación.


Las vibraciones del sonido "Ham" se mueven en planos espirituales superiores para luego descender a la densidad de los planos físicos para manifestarse. La contrapartida del "Mantra" cristiano "Venga a nosotros tu Reino".


Con el Mantra "Ham" se pueden tratar todos los problemas de comunicación, así sea tartamudez, afonías, dislexia, etc. Eficaz para tratar los problemas estudiantiles en alumnos de corta edad.

Pero no queda ahí, el Mantra "Ham" también cura todas las afecciones asociadas al chakra Garganta y a la glándula tiroides: Enfermedades de la garganta, de los oídos, y de la fosas nasales: Tiroides, tinitus, sinusitis, dolor de garganta, tos seca, glándulas inflamadas, alergias, etc. También se pueden tratar problemas respiratorios derivados de desequilibrios conjuntos entre el chakra Corazón y el chakra Garganta, como la tos o la sensación de asfixia que pueden ocasionar los ataques de angustia.


El Mantra "Ham" refresca nuestros cuerpos energéticos superiores llenándolos de luz sanadora para que podamos planear de forma positiva para el bien nuestro, de la Humanidad y del Planeta. También nos da fuerzas para llevar a la práctica nuestros ideales y conseguir nuestras metas espirituales y físicas.
http://sistemasanaciontinerfe.blogspot.mx/search/label/Los%20Mantras

martes, 19 de junio de 2012

LA CRISIS ESPIRITUAL

 Los "síntomas" de una crisis espiritual son casi idénticos a los de una crisis psíquica. De hecho, dado que una crisis espiritual afecta a la psique, un "místico principiante" podría no percatarse de que sufre una crisis de naturaleza espiritual y creer que su dilema es psicológico. Sin embargo, los síntomas de una crisis espiritual son claros y de tres tipos.
Generalmente, la crisis comienza con una sensación de ausencia de sentido y finalidad, que la persona no puede remediar simplemente barajando los componentes externos de su vida. El anhelo es mucho más profundo, no lo puede satisfacer un aumento de salario o una promoción, ni un matrimonio o una nueva relación. Las soluciones corrientes no ofrecen ningún atractivo. Por supuesto, hay personas que nunca han encontrado sentido ni finalidad a su vida, pero probablemente estas personas esperan, equivocadamente, que la vida les deje el "sentido" en la puerta. Las quejas continuas y la falta de ambición no indican que se haya producido una crisis espiritual. Las personas que padecen una crisis espiritual tienen la sensación de que algo está tratando de despertar en su interior, pero no saben verlo.

Sentir miedos nuevos y raros es el segundo síntoma de una crisis espiritual. Estos miedos no son corrientes, como lo son el miedo al abandono y a envejecer, sino que producen la sensación de estar desconectándose de la propia identidad. "Ya no sé muy bien quién soy ni lo que deseo de la vida" es una expresión común de la persona saturada de la energía del séptimo chakra.

El tercer síntoma es la necesidad de experimentar devoción por algo superior a uno. Los innumerables libros actuales de psicología, que explican las necesidades humanas, rara vez hablan de nuestra necesidad fundamental de devoción; sin embargo, necesitamos, biológica y energéticamente, estar en contacto con una fuente de poder que trasciende las limitaciones y confusiones humanas. Necesitamos comunicarnos con una fuente de milagros y esperanza. La devoción entrega una parte de nuestra conciencia a nuestro yo inconsciente eterno, el que a su vez nos conecta directamente con una presencia divina. Incluso encuentros breves y fugaces con esa presencia y su infinito poder ayudan a nuestra conciencia a liberarse de sus miedos, y el poder humano deja de gobernar nuestra atención.

La ausencia de sentido, la pérdida de identidad y la necesidad de devoción son los tres síntomas más fuertes que indican que la persona ha entrado en la "noche oscura". Ciertamente estas características son similares a los dilemas psíquicos comunes que experimenta la gente. Sin embargo, cuando su origen es espiritual, uno no tiene motivos para culpar a otras personas de causarle la crisis. Se da cuenta de que la causa de su crisis está en su interior. La insuficiencia de los componentes externos de la vida de la persona es la consecuencia de la crisis espiritual, no la causa.

Un buen director espiritual puede ayudar a la persona a pasar por esa "noche oscura", muchos de cuyos retos suponen enfrentarse a intensos problemas psíquicos. La psicoterapia estándar buscaría la causa analizando las pautas negativas en sus relaciones desde la infancia hacia delante. Si bien también resulta muy útil identificar esas pautas negativas en la orientación espiritual, el director espiritual investiga, prioritariamente, el contendido del dialogo interior de la persona respeto a asuntos del espíritu.

 Al principio esa reorganización le hará sentirse peor, cuando esté experimentando la "noche oscura del alma", durante la cual llegará a conocer los contenidos de su mente y corazón, enfrentará sus miedos y creencias, explorará conscientemente su lado oscuro y desafiará a los falsos dioses que no renunciarán a su autoridad sobre su psique humana sin dar batalla. La enfermedad suele ser catalizadora de la transformación espiritual y de la "noche oscura".
Para resistir se necesita fe, oración y, si es posible, un director espiritual. Si te resulta imposible encontrarlo, busca apoyo en la lectura espiritual. Encontrar a una persona que entienda la naturaleza del viaje es algo similar a buscar un bote salvavidas.

Lleva un diario, anota tus pensamientos y oraciones y por encima de todo afírmate en la verdad de que todas las noches oscuras acaban con una luz que ilumina un nuevo camino.
Adopta una forma de oración y meditación diaria con la que te sientas a gusto. La devoción -no la obsesión- es una fuerza extraordinariamente sanadora y consoladora.

Caroline Myss

*Reflexión*

Cuando el espíritu se quiebra, surge un profundo conflicto en el alma y caminas mas allá del temor donde la angustia, las dudas y los miedos se aferran a tí.

Has de pasar por ese camino y sin resistencia reconocer tu dolor.

La paciencia y la humildad te ayudarán a irte desprendiendo de tu ego dejando que tu alma vuelva al estado puro, fluirás como el agua dirigiéndote a la Fuente Creadora, a la Fuente Divina, al Manantial del Amor de Dios y la Luz renacerá en tí.

Tu ser interior despertará transformado en la liberación de la luz, para que entres en el mundo con una nueva visión y poder que va mas allá del tiempo y del espacio en busca de la Verdad Sagrada.

domingo, 10 de junio de 2012

LA CONCIENCIA ES EL PRIMER PASO HACIA LA CURACIÓN O EL CAMBIO

LA CONCIENCIA ES EL PRIMER PASO HACIA LA CURACIÓN O EL CAMBIO
“Me muevo con el ritmo y el fluir de la vida, siempre cambiante”.
Cuando llevamos algún modelo mental profundamente sepultado en nuestro interior, para poder curarnos debemos empezar por tomar conciencia de ello. Quizás hablemos al respecto con alguien, o veamos aparecer el mismo modelo mental en otras personas. De una manera o de otra, emerge a la superficie, nos llama la atención y empezamos a tener alguna relación con ello. Con frecuencia, atraemos hacia nosotros a un maestro, un amigo, una clase, un seminario o un libro que comienza a sugerirnos maneras nuevas de abordar la disolución del problema.

Mi propio despertar se inició con un comentario casual de un amigo sobre una reunión de la que le habían hablado, y aunque él no iba a venir, yo sentí no sé qué respuesta interior y fui. Aquella pequeña reunión fue mi primer paso por la senda de mi evolución. Hasta cierto tiempo después no me di cuenta de su importancia.
Con frecuencia, en esta primera etapa nuestra reacción es pensar que todo eso es una tontería, o que no tiene sentido. Puede ser que nos parezca demasiado fácil, o inaceptable para nuestras ideas. El hecho es que no queremos hacerlo, y nuestra resistencia cobra muchísima fuerza. Hasta es posible que nos enfademos sólo con pensar en hacer “eso”.

Una reacción así es excelente, si podemos entender que es el primer paso en nuestro proceso de curación.

Yo le digo a la gente que cualquier reacción que puedan tener sirve para demostrarles que han iniciado ya el proceso curativo. La verdad es que el proceso se inicia en el momento en que empezamos a pensar en cambiar.

La impaciencia no es más que otra forma de resistencia: es la resistencia a aprender y a cambiar. Cuando exigimos que todo se haga ahora mismo, que se complete de inmediato, no nos estamos dando el tiempo necesario para aprender la lección implícita en el problema que nos hemos creado.

Si usted quiere ir a la habitación de al lado, tiene que levantarse y avanzar paso a paso en esa dirección. Con quedarse sentado deseando estar en la otra habitación no se arregla nada. Pues es lo mismo. Todos queremos terminar con nuestros problemas, pero no queremos hacer la pequeñas cosas que, sumadas, nos darán la solución.

Ahora es el momento de reconocer nuestras responsabilidades por haber creado esa situación o ese estado. No estoy hablando de sentirse culpable, ni de que nadie sea una “mala persona” por estar donde está. A lo que me refiero es a reconocer ese “poder interior” que transforma en experiencia cada uno de nuestros pensamientos. 

En el pasado, sin saberlo, usamos ese poder para crear cosas que no queríamos experiementar, porque no nos dábamos cuenta de lo que hacíamos. Ahora, al reconocer nuestra responsabilidad, tomamos conciencia de este poder, y aprendemos a usarlo conscientemente de manera positiva y en beneficio nuestro.
Con frecuencia, cuando sugiero una solución a un cliente -puede ser una manera nueva de abordar un asunto, o bien perdonar a una persona relacionada con él- veo cómo empieza a contraer y adelantar la mandíbula, y cómo cruza tensamente los brazos sobre el pecho, a veces incluso cerrando los puños. La resistencia está subiendo a escena, y entonces sé que he acertado exactamente con lo que es necesario hacer.

Todos tenemos lecciones por aprender. Las cosas que nos resultan difíciles no son más que las lecciones que hemos decidido tomar. Si las cosas nos resultan fáciles, es porque ya las sabemos hacer.

Louise L. Hay · “USTED PUEDE SANAR SU VIDA”