Presentamos
una sección especialmente dedicada a estos pacíficos seres para
aprender a apreciarlos un poco más. La depredación que han sufrido por
parte del ser humano da muestras del bajo nivel de conciencia que aún
tiene la humanidad y cuánto tenemos para aprender de este seres que nos
ofrecen en esta sección su música, alegría, increíble inteligencia y
bellísima presencia.
Los Delfines y su sorprendente Inteligencia.
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Habitan
relativamente cerca de las costas y a menudo interactúan con el ser
humano. Como otros cetáceos, los delfines utilizan los sonidos, la danza
y el salto para comunicarse, orientarse y alcanzar sus presas;
también poseen un sexto sentido de ecolocalización, emiten sonidos en
su entorno e interpretan los ecos que generan los objetos a su
alrededor.
Su cerebro
es grande, con la corteza cerebral bastante desarrollada. Los delfines
son a menudo considerado como uno de los animales más inteligentes de
la Tierra. La comparación de inteligencia entre diferentes especies es
complicada, debido entre otras cosas, por las diferencias en el aparato
sensorial, los modos de respuesta, y la naturaleza de la cognición.
Sin embargo, el comportamiento de los delfines se ha estudiado
extensamente, tanto en cautividad como en la naturaleza.
Los
delfines son animales sociales que viven en grupos familiares. En
lugares con una gran abundancia de alimentos, estos grupos pueden
exceder los 1.000 individuos.
Los
delfines pueden establecer fuertes lazos sociales, donde incluso algunos
individuos heridos o enfermos son cuidados por otros, incluso
ayudando a respirar al llevarlos a la superficie si fuese necesario.
Los
delfines muestran desarrollo de cultura, algo que por mucho tiempo se
creyó que único para el ser humano (y posiblemente de otras especies
de primates). En mayo de 2005, se descubrieron en Australia delfines
del Indo-Pacífico que enseñaban a sus crías a usar las herramientas,
cubriendo sus hocicos con esponjas para protegerlos mientras se
alimentan. Este conocimiento es traspasado por las madres a sus hijas,
a diferencia de los primates, donde el conocimiento es generalmente
transmitido a ambos sexos.
Vocalizaciones
Los delfines son capaces de realizar una amplia gama de sonidos
utilizando sacos aéreos nasal situados justo debajo del espiráculo.
Existen tres categorías de sonidos:
Silbidos de frecuencia modulada.
Ráfagas de impulsos sonidos.
Clics (utilizados para la ecolocalizacion).
Ecolocalización
La ecolocalización supone la emisión por parte de los delfines de
una amplia gama de sonidos en forma de breves ráfagas de impulsos
sonoros llamados "clicks" y la obtención de información sobre el entorno
mediante el análisis de los ecos que reciben de regreso. Esta capacidad
de utilizar una completa gama de emisiones sonoras tanto de alta como
de baja frecuencia, combinada con una audición direccional muy sensible,
facilita una ecolocalización extremadamente precisa y otorga a estos
animales un sistema sensorial único en el mar
Amenazas humanas
La contaminación ambiental de los océanos, mares y ríos es una
preocupación. Pesticidas, metales pesados, plásticos y otros
contaminantes industriales y agrícolas que no se desintegran rápidamente
en el medio, pueden causar la reducción de poblaciones de delfines, y
causar la acumulación de tejido de altos niveles de contaminantes.
Lesiones o muertes causadas por las colisiones con embarcaciones,
especialmente de sus hélices, también son comunes. Diversos métodos de
pesca, sobre todo la pesca de arrastre del atún causa la muerte a
delfines que queden atrapados en las redes. En algunas partes del mundo,
tales como Taiji en Japón y las Islas Feroe, los delfines se han
considerado tradicionalmente como alimento.
Los delfines frente al espejo.
Según los científicos, pueden reconocerse a sí mismos.
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NUEVA YORK
(The New York Times).- Con cerebros que siguen en tamaño a los de los
seres humanos, memorias deslumbrantes, sistemas de sonar más exactos que
los de cualquier nave y complejas estructuras sociales, los delfines
suelen ser considerados los genios de los mares.
Astutos, buenos imitadores y veloces para aprender, los delfines
poseen una misteriosa habilidad para confundir a los investigadores,
afirman aquellos que los han estudiado tanto en cautiverio como en
libertad, aunque en las últimas décadas los científicos han realizado
progresos en el descubrimiento de las complejidades de la vida social y
la mente de los delfines, y han comenzado a crear un retrato más
detallado de estos notables animales.
Ahora, dos
nuevos estudios realizados independientemente muestran que los delfines
son capaces de reconocerse a sí mismos en los espejos -lo que suele ser
considerado un signo de autoconocimiento- y de entender espontáneamente
los pensamientos de otros individuos, en este caso, de seres humanos.
Ambos
equipos de investigadores afirman que sus trabajos brindan sustento a la
visión de que los delfines pueden desarrollar algún tipo de noción
sobre ellos mismos y sobre otros como individuos, habilidades
frecuentemente asociadas exclusivamente con los seres humanos y los
grandes primates.
Estos
estudios, aun cuando pueden ser objeto de intenso escrutinio y crítica,
como lo es toda investigación en el campo de las habilidades cognitivas
animales, expanden el debate en torno de la inteligencia y la conciencia
animal, afirmaron otros investigadores.
Es el
delfín nariz de botella el que se ha convertido en el primer no primate
en pasar el test del espejo de autorreconocimiento, informaron la
doctora Diana Reiss, de los Laboratorios Osborne de Ciencias Marinas del
Acuario de Nueva York, en Brooklyn, Estados Unidos, y la doctora Lori
Marino, una especialista en neurociencias y biología del comportamiento
de la Universidad de Emory.
El estudio
será publicado en la edición del 8 de mayo de los Proceedings of the
National Academy of Sciences y ya se encuentra en el site de la
academia: www.pnas.org.
El test de la marca
Desde hace
mucho tiempo, los científicos saben que los niños comienzan a
reconocerse a ellos mismos en los espejos entre los 18 y los 24 meses.
El autorreconocimiento en el espejo, afirman muchos investigadores,
usualmente marca el comienzo del autoconocimiento, la introspección y la
capacidad de percibir los estados mentales de los otros.
En 1970,
el doctor Gordon G. Gallup Jr., profesor de psicología de la Universidad
Estatal de Nueva York en Albany, Estados Unidos, desarrolló el test de
la marca para determinar cuándo los animales son capaces de reconocerse a
sí mismos en el espejo. Si los sujetos del test marcados con una
tintura se acercan al espejo y examinan la marca, esto sugiere que
exhiben cierto autorreconocimiento.
Al ser
confrontados con un espejo, muchos animales lo ignoran o responden con
agresividad, como si fuera otro animal, explicó la doctora Reiss.
Después de familiarizarse con el espejo, algunos animales -entre ellos,
los monos, los simios menores, los elefantes y los loros grises
africanos- comienzan a utilizarlo como una herramienta para esconder
objetos pero no para examinarse a sí mismos.
Estudios
previos han sugerido que los delfines reconocen su propia imagen, pero
los resultados nunca fueron considerados concluyentes.
Hasta
ahora, sólo los chimpancés, los orangutanes y los gorilas han empleado
espejos para investigar su propio cuerpo y han pasado el test de la
marca, según los investigadores.
Para la
doctora Reiss, los nuevos hallazgos "abren la discusión sobre la
evolución del cerebro, porque los de los primates y los delfines han
evolucionado mucho en líneas diferentes por más de 60 millones de años".
Los
cerebros de los delfines carecen de un lóbulo frontal, similar al de los
primates, dijo la doctora Marino. El neocórtex de los delfines y de
otros cetáceos está organizado de modo diferente al de los primates,
agregó, sugiriendo que esos cerebros "llegaron al mismo estadio
cognitivo" a pesar de haber evolucionado por otros caminos. Este
fenómeno se denomina evolución convergente.
Los nuevos
estudios comenzaron en 1998 en el Acuario de Nueva York con dos
delfines nariz de botella criados en cautiverio. Los investigadores
primero fingieron una marca en el animal, usando un marcador lleno de
agua en lugar de tinta. Después de varias repeticiones, marcaron al
delfín con círculos y triángulos. Finalmente, fingieron marcarlo una vez
más.
Se marcó
cada animal con agua o con tinta un total de 16 veces. En sus pruebas
individuales (todas grabadas en video), cada delfín se zambullía
directamente hacia el espejo para investigar la parte del cuerpo en la
que había sido marcado, muchas veces girando y dando vueltas para
exponer ante el espejo la parte marcada.
Los
investigadores han encendido el debate entre los científicos, no sólo
porque hay quienes disienten con la interpretación o el significado
mismo del test del espejo. Mientras que algunos investigadores expresan
escepticismo, otros alaban los trabajos por contribuir con creciente
evidencia que sugiere que otros animales poseen autoconciencia y
complejas habilidades cognitivas.
El doctor
Gallup calificó los resultados como "la más sugestiva evidencia hasta la
fecha" sobre el autorreconocimiento de los delfines en el espejo, pero
"no definitiva" porque no está del todo seguro de si los animales no
interpretaron que lo que vieron en el espejo era otro delfín.
Otra
reciente investigación con delfines ha revelado que estos animales son
capaces de "interpretar la dirección de la mirada y el acto de señalar
de los humanos sin entrenamiento previo", signos que para algunos
expertos significan que pueden interpretar pensamientos e intenciones de
otros animales.
Mark Derr
Fuente: La Nación
Mayo 2, 2001
¿Son inteligentes los delfines?
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Muchos
cetáceos tienen cerebros relativamente grandes y complejos pero ¿son por
ello inteligentes?. Incluso en los seres humanos "inteligencia" es un
término muy confuso. Se la suele relacionar con la capacidad de
aprender, de conocer y de analizar utilizando la razón y el juicio.
Para contestar esta pregunta no sólo se han analizado pruebas de
comportamiento sino las estructuras del sistema nervioso. La simple
comparación del cerebro de un delfín y un humano nos hace entrar en la
sospecha del elevado nivel intelectual del cetáceo. No sólo el cerebro
de éste es superior, en proporción al tamaño corporal, que el del hombre
sino que también presenta una mayor complejidad. Así el córtex, capa
cerebral donde residen las más altas facultades intelectuales, parece
ser más extenso y con mayor complicación de circunvalaciones, siendo su
número al menos el doble. Además el número de neuronas es al menos un
cincuenta por ciento mayor en el delfín. Algunos especialistas opinan
que estos animales podrían poseer un intelecto mayor al del humano pero
definitivamente distinto.
Por otro
lado es muy conocida la gran capacidad de aprender de los delfines,
ellos enseñan a sus crías a obtener alimento y a defenderse de los
predadores. Incluso, los delfines en cautiverio pueden enseñar a otros
los "trucos" aprendidos durante su entrenamiento que no son otra cosa
que un medio para obtener comida. Tal vez el error consista en que
estamos analizando a los delfines en busca de una "inteligencia humana",
una inteligencia capaz de adaptar el entorno en que vivimos en base a
nuestras necesidades (por ejemplo convertir una piedra en una casa) y
nos cuesta entender a un animal que se adapta al medio en que vive sin
cambiarlo en su provecho pero aprovechándolo plenamente. En este campo
podríamos decir que los delfines han demostrado mayor inteligencia que
los seres humanos. Sin embargo suele sorprendernos el saber que los
delfines son incapaces de escapar de una red para lo que sólo
necesitarían un simple salto.
Los
polinesios dicen que los delfines son la "memoria del mar", si es así
¿por qué se siguen acercando a nosotros? ¿por qué buscan nuestro
contacto después de tanta matanza? Quienes estuvimos alguna vez en el
agua con un grupo de delfines y los escuchamos comunicarse entre ellos,
girar a nuestro alrededor y volver a comunicarse, tuvimos la sensación
de estar siendo observados en lugar de ser "el observador". Sin duda
quedan muchas preguntas por contestar sobre un amigo muy frecuentado
pero poco conocido. Tal vez algún día nos sorprenda saber que los
delfines saben algo que nosotros aún no sabemos. Tal vez sea hora de
comenzar a aprender.
Habilidades de los Delfines
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Inicialmente
los delfines eran una especie terrestre, con el paso de los años se
fueron introduciendo en el mar, se cree que en busca de alimento. Poco a
poco fueron adaptándose al medio acuático y desapareciendo sus
extremidades, pelo, etc y transformándolos en aletas y un cuerpo
aerodinámico que favorece la navegación.
Los
delfines son sumamente inteligentes, de hecho, su cerebro es muy similar
al del hombre y, en determinados aspectos, superior.
Los delfines mulares asocian un determinado gesto o sonido con un
objeto concreto, rápidamente adquieren un vocabulario de verbos (tocar,
buscar... ), después los asocian unos con los otros: toca pelota.
Memorizan nociones adverbiales: encima, abajo, detrás, delante, arriba, a
la derecha, a la izquierda, dentro, fuera. Por último, saben construir
frases que tienen hasta cinco elementos.
Los delfines mulares dominan el sentido de las palabras, la semántica,
disponen de un vocabulario de varias decenas de términos; dominan la
construcción de las frases, la sintaxis, tienen acceso al símbolo, una
forma de lógica, de abstracción. No solo pueden decir si un objeto se
encuentra en la piscina sino que también si no está, lo cual supone un
grado superior de representación mental, y tienen memoria después de
seis meses.
Hay
pruebas que demuestran que muchos organismos tienen la facultad de
recibir información sensorial de la cabeza magnético de la Tierra para
orientarse. Hay zonas de su cerebro que contienen cristal de óxido de
hierro, gracias a los cuales dispone de una especie de aguja imantada
interna. La cabeza magnética terrestre les orienta en sus largos viajes.
Para ellos, las anomalías geomagnéticas constituyen puntos de
referencia que han de memorizar. Las variaciones aleatorias de este
campo, provocadas, pueden desorientarlos.
Estos
animales pueden ubicar, por sonido, objetos del tamaño de una pelota de
tenis a 120 metros de distancia y encontrar objetos a poca distancia del
tamaño de un perdigón de escopeta. Esta increíble capacidad se debe a
que el cerebro del delfín emite unas 700 señales sonoras por segundo,
mientras que el cerebro humano tiene una capacidad analítica de sólo 20 o
30 señales por segundo. Es por eso que al bucear con delfines el oído
humano capta una serie de chasquidos y cliks que en su conjunto suenan
como una bisagra oxidada.
Sin
embargo, el delfín puede distinguir las pequeñas variaciones de la señal
obteniendo datos muy importantes para el animal. Un delfín puede
distinguir entre un plato de cobre y otro de aluminio aunque estén
pintados del mismo color y puede distinguir entre un tubo hueco de uno
sólido.
El delfín
es capaz de emitir hasta seis tipos de sonidos para comunicarse. El
silbido, el click o pulso y el batir de la mandíbula son los más
comunes. Cada ejemplar tiene un registro de voz que le hace diferente a
todos (como su DNI) aunque los demás pueden emitir ese mismo registro.
Se han demostrado verdaderas conversaciones entre ellos. También hacen
mucho uso del lenguaje corporal, les gusta mucho las caricias, sobre
todo en el pico. Las hembras acarician a sus crías con las aletas
pectorales y es frecuente verlos rozarse entre ellos, o con rocas.
Muchas
veces se ha observado delfines nadando al lado de los barcos, esto no es
porque les gusten las personas que hay en el barco, es simplemente
porque se divierten siguiendo la corriente del barco. Es una especie a
la que le encanta jugar, incluso crean sus propios juguetes, se sumergen
y bufan un anillo de aire precioso a través del espiráculo. Parece como
un anillo hecho de aire. Les gusta nadar a través de ellos o intentan
bajarlos o simplemente mirarlos para divertirse. El simple hecho de
nadar, jugar con las olas y las corrientes, es divertido para ellos.
En resumidas cuentas, el delfín es una especie apasionante de la que nos queda mucho por aprender.
DELFINOTERAPIA
La delfinoterapia se utiliza para tratar trastornos cerebrales,
motores,
emocionales y psíquicos, problemas de adicción a las drogas o al
alcohol y
hasta dificultades para procrear.
Mas allá de la hermosura y docilidad que transmiten los delfines, su
inteligencia es única. Son ellos los protagonistas de una
alternativa para
mejorar la salud y por ende la vida de miles de personas que se
someten a
la Delfinoterapia.
Los delfines, son animales que pueden ayudar a personas, tanto con
trastornos físicos como emocionales, de diversas maneras, ya que el
delfín
emite ondas ultrasónicas de distintos tipos, que circulan por todo
el
cuerpo de la persona tratada, y que operan beneficiosamente sobre el
sistema nervioso.
La delfinoterapia, puede ser aplicada en bebés desde los cinco a
seis
meses, no existiendo límites máximos de edad. Los pacientes están
vigilados constantemente por el personal especializado, y además los
animales empleados en estas terapias son dóciles, bien amaestrados y
acostumbrados al contacto con personas.
Los delfines mas utilizados, son los de la especie tursciops
truncatus,
conocidos coloquialmente como “nariz de botella”.
Los especialistas en delfinoterapia, explican que las ondas
ultrasónicas
que emiten estos amistosos animales, generan endorfinas y otras
sustancias
que ayudan a mejorar la conexión entre las neuronas, y además
incentivan
el funcionamiento de ambos hemisferios cerebrales. Los cambios
neurológicos y neuroquímicos que se generan se traducen en diversos
beneficios físicos, emocionales e intelectuales, tales como mejoras
en el
sistema inmunológico, mejoras en la coordinación motora, en el
estado de
ánimo, el contacto social, y en el lenguaje.
Uno de los fenómenos mas estudiados con relación a las terapias con
delfines, es su potencial didáctico, especialmente en el aprendizaje
de
niños con síndrome de down, habiéndose observado que los pequeños
con
esta condición, que han interactuado con delfines, han aprendido de
2 a 10
veces más rápido que aquellos que no lo hacían, y que en un 50% de
los
casos, podían retener tales lecciones incluso un año después de la
terapia.
El tratamiento con delfinoterapia, es aplicable también a individuos
con
padecimientos del sistema nervioso, casos de cáncer, problemas
mentales, e
impedimentos motores ya sean congénitos o adquiridos.
En las sesiones de tratamiento, el delfín se deja tocar, y además
hace
contactos con distintas zonas del cuerpo de la persona, como la
columna,
manos, plantas de los pies, transmitiéndole de esta manera ondas
ultrasónicas alfa, beta y theta. Las sesiones en el agua pueden
durar de
15 a 20 minutos, por lo general complementadas con otras actividades
como
ejercicios cognoscitivos, masajes, o cualquier otra actividad que el
terapeuta considere conveniente, según el caso.
Al cabo del tratamiento, cuyo número de sesiones indicará el
terapeuta, se
hace el balance de resultados obtenidos, que determinará si se
necesita
repetir el tratamiento ya que el efecto de los estímulos obtenidos,
dura
varios meses después de completado el proceso.
Sea por cuestiones de salud, o por conocer esta experiencia, sin
lugar a
dudas, un contacto de esta naturaleza con estos maravillosos
animales,
será un disfrute inolvidable.
EN QUÉ NOS AYUDAN PUNTUALMENTE?:
Conexión intrauterina: contención y apertura a la esencia niño que
ha de
llegar (embarazos, partos, recién nacidos).
Sanación cuántica en fuertes conflictos - depresión.
Equilibrio de los 4 cuerpos principales y los demás más sutiles.
Despeje de viejos temores e inseguridades relacionados con vidas
pasadas/ nudo existencial (con el aporte de la energía de las
ballenas y
los akashas).
Apertura a otras dimensiones.
Sanación holística.
Sensitividad y sensibilidad con la frecuencia energética de los
delfines.
Tanatología: Poesía de almas en vuelo.
Niños dulces especiales.
Contacto sanador y reparador a distancia con la energía sostenida de
los
delfines (casos realizados en el país y en el extranjero).
RESULTADOS:
Depende de la entrega de nosotros hacia los delfines y su
amorosa energía:
Desbloqueo de las esencias: esencia niño, esencia adolescente,
esencia
adulto, etc., para mejor calidad de vida en lo cotidiano y en lo
trascendente.
Alegría - Positividad en el accionar - Armonía desde lo profundo de
la
esencia total del ser.