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martes, 1 de mayo de 2012

¿POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL PERDONAR


Perdonar es gran un desafío, por el valor que concede nuestra cultura al YO y al EGO. Se nos hace ver que perdonar es un símbolo de debilidad. Pero no es cierto, porque olvidar una ofensa, ultraje, escarnio, injuria, insulto o maltrato es un acto valiente que lleva implícito una gran integridad. Si bien perdonar es un acto que resulta tan positivo y terapéutico muchas personas se niegan a hacerlo por varias razones, entre ellas:
- Piensan que esta actitud es una manera de demostrar que "tienen la razón"
- Consideran que es una forma de controlar la situación o de mantener cierta ilusión de control.
- Lo utilizan como un medio para evitar la intimidad.
- Tratan con eso de eludir sentimientos más profundos de tristeza, desesperación, dolor, abandono y rechazo.
- Estiman que es una forma de hacerse escuchar, castigar o de desquite.
- Utilizan esta actitud como para insistir en que el problema es suyo, no de otra persona.
- Entienden que actuando así logran que la vida continúe tal como está y evaden la claridad que podría proporcionar un cambio al cual temen.

¡FUERA EL RENCOR!
Caroline Myss, autora del best seller "Anatomía del espíritu", afirma que mantener vivo el rencor es como si te hubieran hecho una herida física y a cada instante la abrieras para sentir lo terrible y dolorosa que es.
El psicólogo norteamericano Michael E. McCullough y su grupo de colaboradores estudiaron la personalidad de los vengativos, los procesos y aptitudes que requiere el perdonar y los efectos saludables que de ahí se derivan. g Concluyeron también en que perdonar puede optimar la calidad de vida, la presión arterial, el sistema inmune y prevenir la depresión, la ansiedad. Los textos sagrados de distintas religiones, como el budismo, el hinduismo y el cristianismo, aconsejan la absolución y la gracia del perdón ante las ofensas sufridas. De manera, que en la dimensión de nuestra vida como creyentes es aconsejable que sepamos perdonar para así obtener la gracia divina.

El perdón nos ayuda a reducir el resentimiento, el enojo y la irritación; sentimientos que desarrollan en la persona un sentido de culpa, zozobra e agitación. El rencor, el coraje y el deseo de venganza dañan el cuerpo y el alma, porque provocan emociones negativas en el cerebro e impiden un funcionamiento sereno y equilibrado.
¡Perdonemos! porque el perdón es un instrumento de reconstitución y encuentro y a través de él no solo vamos a favorecer nuestra salud física sino también para calmar nuestro espíritu, lograr la paz interior y la gracia divina.

lunes, 30 de abril de 2012

EL SER UNO - EMOCIONES & SENTIMIENTOS


EMOCIONES & SENTIMIENTOS


El Sentimiento genera energías-pensamientos estables, dinámicas, profundas, penetrantes, inteligentes, vastas, amplias, auténticas y más. Pertenece al lado derecho del cerebro, porque trabaja con energías-pensamientos elevadas, las cuales rigen la existencia en el sentir del ser. El Sentimiento se encuentra lado a lado con la Conciencia del Ser y se expresará de acuerdo a los principios básicos y profundos del Entendimiento y del Amor. Este sentir nunca corrompe la base auténtica de su existencia, porque es totalmente fiel a sus raíces y creencias, originadas en preceptos y normas que rigen al Principio Único, nuestro creador.

El Sentimiento es originario de la energía positiva sana del Universo y de todas las especies que lo habitan. Representa la iluminación interna del ser; esta cualidad es la iluminación y manifestación del creador en todos los seres vivos del Universo. Es el atributo elevado del humano, donde él proyecta su existencia y escoge el camino y rumbo de su trayectoria cósmica. Son cristales diáfanos, cristalinos, leves, puros que representan la trascendencia cognoscitiva del ser, que lo induce y conduce a la realización y metamorfosis de su espíritu.

El sentimiento es la roca en la que se fundamenta el ser y su dimensión de autoconocimiento. Es donde nacen las pautas de su forma de relacionarse tanto con sí mismo, con su entorno y con el Creador, en una ida y vuelta de retroalimentación energética. Podemos afirmar que el sentimiento es creación divina, mientras que la emoción es procreación del hombre, el cual, nunca entendió, lo que significa el sentimiento, simplemente degeneró y distorsionó lo más grande que su creador le legó: el sentir. El sentimiento es la acción que pone en movimiento al Universo y lo conduce a la realización de su sentir.

El sentimiento, a diferencia de las emociones, está acompañado de un número mayor de elementos racionales. En el sentimiento ya existe la elaboración del entendimiento, por esta razón se aproxima a la reflexión, al libre albedrío, la espiritualidad, la racionalidad y la elevación humana. El sentimiento representa lo auténtico, verdadero y correcto, mientras que la emoción es aparente, improbable, confundida y extraviada.

El sentimiento es paz, armonía, tranquilidad, sosiego, ritmo, frecuencia, vibración y colores que incitan al bienestar del individuo, de la sociedad en que vive y en donde se desarrolla. El ser que existe en estas condiciones favorables de vida permitirá que su desenvolvimiento energético sea saludable y evitará los conflictos adversos que le producen enfermedades psicosomáticas y físicas, puesto que sabemos que estas son el resultado negativo a determinados estímulos externos. Evitando estas incitaciones antagónicas y contraproducentes, eliminamos las temidas y fatales emociones.

La Emoción evita el movimiento, porque paraliza el efecto del sentir, solamente le permite percibir la reacción del sentir. La emoción es procreación del hombre, el cual, nunca entendió, lo que significa el sentimiento, simplemente degeneró y distorsionó lo más grande que su creador le legó: el sentir.

Las Emociones pertenecen al subconsciente irreal, al ego fantasioso de reacciones adversas y reptilianas. La emoción es un estado afectivo intenso muy complejo proveniente de la reacción, siendo al mismo tiempo instintivo y orgánico, que se encuentra bajo la influencia de excitaciones externas. En la emoción existe una fuerte influencia del instinto, sensación, inferioridad y la irracionalidad. La emoción forja energías-pensamientos inestables, ineptas, torpes, superficiales, ocultas, hipócritas y astutas. El sentimiento representa lo auténtico, verdadero y correcto, mientras que el segundo es falso, inverosímil y erróneo…


Texto: EL SER UNO - Los Seramitas - El Camino de Regreso

lunes, 23 de abril de 2012

EL PRESENTE, EL UNICO MOMENTO

Publicado en el Diario La Nación de Neiva (Huila, Colombia) el 28 de Agosto de 2011.
Recuerdo perfectamente una ocasión en la que llamé al teléfono fijo de una persona que acababa de conocer y obtuve el siguiente saludo de su contestador: “hola, no me encuentro en casa. Si tienes algo que contarme sobre el presente,  déjame tu mensaje. Si es sobre el pasado o peor aún, sobre el futuro, ni te afanes por decírmelo. Gracias”. Aunque quedé pasmada por unos segundos, me pareció divertido y didáctico lo que acababa de escuchar.
Y es que frecuentemente vamos distraídos por la vida, como el tronco que arrastra la corriente, sin detenernos a observar lo que sucede alrededor, atrapados algunos en el pasado, aterrorizados otros, por lo que viene. ¿A quién no le ha pasado que yendo de viaje (aun en un trayecto corto), por estar sumergido en sus pensamientos, se pierde detalles del recorrido? Llegamos a nuestro lugar de destino y  no nos damos cuenta ni a qué hora pasó.
Son muchos los autores que han desarrollado este tema del “aquí y el ahora”. Por todos lados escuchamos la frase: “vivir en el presente”; pero son pocas las personas que comprenden y aplican su significado. Antes de explicarlo, abordaré brevemente las trampas de engancharnos en el ayer y con el mañana.
Aferrarse al pasado es una pérdida completa de energía. Devolver frecuentemente la película de nuestra vida con pensamientos de lo que pudo haber sido, de las cosas que se dejaron de hacer, los sueños frustrados, etc. es nocivo y lastima. Otra cosa muy diferente es la retrospección, o sea la revisión de las memorias del pasado; que sólo debe ser usada en momentos de evaluación de las lecciones afrontadas para aprender, dar la vuelta a la hoja y seguir adelante. Eso si es válido.
Por otro lado, preocuparse por el futuro tampoco tiene sentido.  Es favorable planear los proyectos, pero no lo es obsesionarse con algo que aún no sucede. De hecho, el futuro lo creamos hoy y está condicionado por las elecciones que hacemos o dejamos de hacer. Ambos procesos: añorar el ayer y anticipar el mañana, desgastan energéticamente e inmovilizan a la persona robándole la paz interior y la posibilidad de actuar correctamente en el presente.
Aunque literalmente la expresión “vivir en el presente” es algo errada, ya que no se puede escapar del presente (¿quién en realidad vive en una fecha que no sea la de hoy?), Deepak Chopra, médico y escritor hindú, lo relaciona con mantener la atención en lo que existe aquí y ahora, buscando la plenitud en todo momento. Ello requiere tomar conciencia y disciplinar la mente para estar en el presente, ya que nuestro poder de creación y manifestación reside en el ahora.
¿Qué conlleva vivir en el presente?
  • Disfrutar de cada momento como una parte del todo, sintiendo además que uno es una pieza valiosa dentro de ese todo.
  • Aceptar con amor las cosas tal y como ocurren, entendiendo que el propósito del Padre es perfecto y se manifiesta en todo lo que existe y pasa.
  • Sonreírle a la vida, entendiendo que la felicidad ya existe ahora mismo.
  • Desistir de  lidiar con todo y con todos, tratando de alterar el orden perfecto de la vida y sus procesos. El universo vive a través de cada uno en este momento.
Como siempre, entre los múltiples aspectos con que los ángeles nos pueden ayudar está el permanecer consciente de uno mismo y de su alrededor todo el tiempo, para estar en contacto con la fuerza vital Divina. Si es tu deseo, pídele a sus ángeles que te ayuden a vivir en el presente, a apreciar con intensidad y gratitud los regalos y las maravillas que Dios te entrega cada instante.
Algunas sugerencias adicionales para tomar conciencia del momento son:
  • Agradece y bendice el presente. Acepta la vida como llega y no la desperdicies tratando de controlarla. Mejor, hazte cargo de tus reacciones. Todo el trabajo está por hacerse ahí en tu interior. A diario estás haciendo elecciones con tus pensamientos y percepciones.
  • Desacelera. Respira profundo y observa detalladamente con total paz tu entorno, la naturaleza, las personas. Advierte los sonidos,  las fragancias.
  • Haz que cada día cuente, apreciando cada experiencia vivida y procurando hacer de cada instante un momento especial. Vive el presente de manera tal que merezca la pena.
  • El presente es tu realidad y tu campo de acción. No es fácil tener un presente placentero sino sabemos dónde estamos, qué queremos y para donde vamos. Así que define y enfócate en lo que deseas construir en todas las circunstancias.
  • No permitas que la mente y el ego te arrebaten la majestuosidad del momento actual. Piensa y habla del presente, sobre lo que te está ocurriendo ahora mismo. No te involucres en conversaciones de temas del pasado y evita discusiones sobre fatalidades del futuro.
  • A menudo haz cortas pausas en tu actividad y enfócate completamente en el presente. Pregúntate: ¿cómo me siento?, ¿qué estoy haciendo?
  • Desecha de tu vocabulario expresiones como: “si hubiera…” o “que tal si…”. El presente es como debe ser. Todo tiene una razón; es ahora cuando la vida transcurre.
  • Permanece en conexión con el Creador y pide la asistencia de tus ángeles para aceptar y encontrarle gusto a cada experiencia.
Solo tú decides lo que quieres hacer en este momento. Centra tu Ser en el ahora y no permitas que el pasado o el futuro se entrometan. Recuerda: ¡la vida es un eterno presente!
Martha Muñoz Losada