Resulta peculiar observar cómo la ciencia siempre acaba alcanzando a
la Kabbalah. Muchos avances tecnológicos y científicos descubiertos
durante las últimas seis décadas fueron enseñados, discutidos y escritos
por los maestros de nuestro maestro.
Si le dijeras a un científico noventa años atrás que una mariposa
aleteando inicia un efecto dominó que puede provocar un tornado en una
parte distinta del mundo, probablemente te miraría como su estuvieras
loco. Hoy en día, la ciencia lo llama la Teoría del Caos.
Pero esté probada o no, la idea de que la acción más pequeña puede
crear un impacto en el mundo todavía resulta difícil de creer. Quizá
seamos un poco egoístas en nuestra carrera profesional, y permanezcamos
en nuestros trabajos fundamentalmente motivados por lo que obtenemos de
éstos. Luego, de repente, hay problemas en nuestras relaciones en casa o
con un amigo, y pensamos: "¡Esto no es culpa mía!".
Somos buenos compartimentando nuestras vidas, pensando que la forma
en que nos comportamos en un área no tiene ningún efecto en la otra,
pero la verdad es que en el reino espiritual no hay compartimentos. La
ilusión de fragmentación sólo existe en la dimensión física. Todo está
conectado.
Esto es algo difícil de aceptar, pero la Luz nos asegura que vivimos
en un sistema verdadero y justo. El problema es que cuando vienen los
problemas, nos resulta casi imposible conectar los puntos. El sistema
fue creado para que podamos tener una oportunidad en la que basar
nuestra certeza en la Luz y no en nuestros cinco sentidos.
Podemos mejorar nuestra capacidad para detectar la Ley Espiritual de
Causa y Efecto en funcionamiento si mantenemos la conciencia de que en
cada momento estamos plantando una semilla. Plantar semillas de egoísmo,
celos o impaciencia nos traerá finalmente dificultades y conflictos. En
cambio, plantar semillas con actos de compartir, tolerancia y amor
incondicional… nos traerá plenitud.
Esta semana intentemos ser más conscientes de lo que estamos entregando al universo.
Aun las acciones de bondad más pequeñas pueden crear mucho amor en el mundo.
Todo lo mejor,
Yehuda