martes, 24 de abril de 2012

RISAS PARA EL CUERPO Y EL ALMA

Has sentido, que después de una sesión de risa, te sientes liberad@? Relajad@? Feliz?
La risa es básica para sentirnos vivos!
Hay personas que me recuerdan a aquel personaje de los locos Adams que su risa era una mueca solamente!
Hay que tomar las cosas con sentido del humor, recordando siempre que se necesita mover mas músculos para hacer la mueca de enojo que para reír.
Desde tiempos remotos, la risa ya era considerada como fuente de salud; por ello distintas filosofías además de la medicina, la han considerado como una herramienta más para la relajación y curación.
La terapia de la risa indica: "La risa es un verdadero desintoxicante moral capaz de curar o por lo menos atenuar la mayoría de nuestros males.
Y además, no hay ningún peligro si se supera.
"Reír es algo que hacemos naturalmente, sin embargo, entre más años tenemos más difícil se nos hace; es como si esa capacidad natural se esfumara poco a poco.
No permitas que tu risa desaparezca, por más difícil que parezca a veces nuestro entorno, siempre habrá algo dentro y fuera de nosotros que nos impulse a sonreír.
Recupera tu risa! viene incluida en el ser humano de forma natural, de hecho un bebé a las 36 horas de nacido puede ofrecer una sonrisa a sus padres.
Los niños están mucho más dispuestos a reírse que los adultos; un pequeño se ríe un promedio de 300 veces al día, mientras que un adulto lo hace entre quince y cien.
Si ya tienes tiempo que no te has reído a carcajada suelta, porque piensas que no sabes como hacerlo, sigue estas sugerencias para lograrlo:
+Ofrecete la oportunidad de reir.
+ La risa es como cualquier otro ejercicio que necesita ser practicado.
+En las escuelas de risa enseñan que las técnicas deben estar orientadas a reírse de la situación de los demás y también de la propia.
+ Es importante saber reírte con los demás, no de los demás.
+Aprender a sacar lo mejor de tu risa.
+ Acuerdate de las situaciones chuscas que viviste cuando eras niño.
+Una vez que logres reirte, no te detengas, luego te será más fácil provocar la risa.
+ El conocer aspectos de tu risa, te pueden ayudar para el resto de tu vida.
+ Los chistes te dan una ayudadita..
Y recuerda.... Hay que regalarle a la gente la mejor sonrisa, eso vale mucho para el que la recibe, pero más para uno mismo.
Y tu? Cuantas veces has reído hoy?
Con amor y muchas sonrisas....Vane

LA CIENCIA DEL PERDON

Al que perdona no le pasa nada raro en la memoria, simplemente decide hacerse un regalo. Un golpe en la cabeza puede producir olvido, pero no perdón. Cuando el indulto se otorga, el recuerdo sigue, pero ya no hace daño.
El proceso del perdón, incluye un beneficio en ambos sentido: alivio del resentimiento de quien lo ofrece y de la culpa y la vergüenza para quien lo recibe. No solamente es un obsequio para quien lo entrega, sino una forma de autorrecompensa y liberación. El perdón es una manera de lavar el alma y la mente. Es purificar el mundo interior. Al acto de perdonar se llega por dos caminos: la reevaluación objetiva de los hechos o el amor.
Perdonar no es otorgar clemencia, porque no ejercemos la función de jueces, al menos en la vida normal de relación.
Perdonar no es sentir compasión. La compasión solidariza con el dolor de la victima, es una "virtud afectiva" se trata de sensibilidad, de solidaridad emocional o de contagio, ya que el dolor ajeno nos toca o se refleja a través nuestro.
Perdonar no es renunciar a la justicia, es ejércela sin rencor, sin ira, sin aberraciones violentas. "Perdono pero exijo justicia" no por rencor sino por principios.
El error se disculpa, la maldad se perdona. Se perdona al ignorante, pero se perdona al malvado, .Dice Jankelevich en Riso (2004) si no hay intención entonces hay traspiés.
Luskin, (2008) indica lo que no es perdón;
No es aceptar la crueldad.
No es olvidar que algo doloroso ha sucedido.
No es excusar el mal comportamiento.
No tiene que ser una experiencia religiosa ni sobre natural.
No es negar ni desatimar el dolor,
No implica reconciliación con el ofensor. Tampoco significa dejar de sentir.
Continua estableciendo el autor señalado, que la persona que perdona tiene menos problemas de salud.
Perdonar reduce el estrés.
No perdonar puede ser más importante como factor de enfermedades cardiacas que la misma enemistad.
Las personas que culpa a otras de sus problemas se enferman más, por ejemplo de cáncer o del corazón.
Quienes piensan en no perdonar muestran cambios negativos de la presión arteria, la tensión muscular y las respuestas inmunológicas.
Las personas que se imaginan perdonando a su ofensor sienten mejoría inmediata en su sistema cardiovascular, muscular y nervioso.
Inclusive las personas que han sufrido perdidas devastadoras pueden aprender a perdonar y sentirse mejor psicológico y emocionalmente.
Para Chopra (2005: 64) "La compasión total se traduce en perdón total," usted no puede obligarse a perdonar a nadie. El perdón no pertenece al ámbito de la mente. Es un sentimiento del corazón. Entonces nos enfrentamos nuevamente a una paradoja, porque tal parece que cuando no ablandamos el corazón y sanamos cariñosamente sus heridas, nos protegemos contra el mal.Cuando construimos fortalezas para protegernos, solamente nos hacemos más vulnerables" , Chopra indica que las personas victimas, utilizan excusas para prolongar el sufrimiento. Sus esquemas mentales son:
Llevo tanto tiempo sufriendo que es demasiado tarde para cambiar.
Estoy esperando que alguien note mi sufrimiento.
Mi dolor significa que estoy vivo.
¿Por qué alguien no me salva?
Tengo una enorme necesidad de ser amado.
No se me permite comprender.

¿Qué es perdonar?

Para Orozco (2009), el perdón se contempla en todas las sociedades humanas como una forma que permite la cura del alma y el progreso espiritual. El que perdona no solo se cura a si mismo, sino que su alma entra en paz, teniendo una mayor vitalidad y un claro sentido del para que se vino a esta existencia. La falta de perdón, quizás es el motor que en la actualidad promueve tantas enfermedades de índole psicológicas, entre ellas la depresión
El perdón es benéfico
Una vez que se tiene claro el concepto del perdón, se debe tomar en cuenta sus beneficios para el organismo desde el punto de vista bio-psico-social. Según Chopra (2008) el ser humano es el único animal que siente culpa y vergüenza. En esta afirmación, el autor destaca la combinación de una inteligencia racional y emocional.
Es precisamente, esa inteligencia racional, la que permite la evaluación cognoscitiva de las consecuencias de la conducta emitida y el procesamiento de la información emocional que llega al cerebro. Con base a esto, el perdón es una alternativa, que permite "regular" hasta que punto la persona deja que aquel hecho lo afecte y si lo afecta en que intensidad, no se olvida el hecho, pero se aprende a vivir y a desarrollar la capacidad de resiliencia ante las adversidades.
La resiliencia es un concepto psicológico que define la capacidad de las personas de sobreponerse a la adversidad y ser fuerte en las crisis.
Rivas Lacayo (2009), presidenta de la Asociación Latinoamericana de Desarrollo Humano y de la Asociación de Orientación Holistica de la República Mexicana y autora del libro "Saber Crecer" afirma "Sin perdón no podemos crecer ni fortalecernos en la adversidad. No logramos tampoco ser residentes. Algunas personas mantienen su dolor al rojo vivo para demostrar al mundo lo mal que han sido tratadas, sin querer darse cuenta de que se dañan ellas mismas al hacerlo. Cuando nos aferramos al dolor, la autocompasión empaña la capacidad de dar a los demás y asumiendo el papel de mártires, nos sentamos a esperar que alguien mágicamente resuelva nuestra vida".
Para Rivas Lacayo (2009), el perdón ayuda a reconocer y admitir que se es frágil y que no se necesita ocultar la debilidad." Al hacernos concientes de nuestros limites evitaremos que la experiencia se repita"
Tomando en cuenta lo anterior, en donde se visualiza el perdón como capacidad reguladora de las emociones y de sobreponerse al dolor, se tiene las siguientes consideraciones:
Para Luskin (2008), el principal beneficio del perdón es la reafirmación de que no somos victimas de nuestro pasado. Ciertamente el pasado influye en el presente. El perdón brinda la clave para reconocer el pasado como una experiencia y seguir adelante. Cuando se perdona se teme menos.
De esta forma al perdonar se desarrolla y fortalece la autoestima. La persona se hace más fuerte y aprende que le conviene y que no le conviene. El segundo beneficio es lo mucho que se puede aprender en como se puede ayudar a los demàs.Segun Luskin (2008), pocos conocen el poder que da un ejemplo de perdòn.Se puede ayudar a muchos mediante el ejemplo de cómo enfrentar la adversidad y el dolor. Perdonar es una acción que demuestra fortaleza y la misma puede ser un ejemplo para los demás.
El tercer beneficio del perdón, nace del amor y del cuidado que se ofrece a las personas importantes en la vida. Generalmente las personas que sufren por la aflicción de las victimas, no son la que han lastimado, sino las que se preocupan por el sufrimiento del ofendido.
Seguidamente, se analizará el valor terapéutico del perdón, donde se percibe como una herramienta de liberación, de aquellas emociones negativas que alteran los pensamientos y en consecuencia los sistemas inmunológico, endocrino y nervioso.

El perdón y la salud

La salud humana es un complejo proceso sustentado sobre el equilibrio de factores biopsicosociales, es decir, una persona sana tiene en equilibrio tanto su cuerpo como su mente en adaptación con su entorno.
De lo anterior se desprende, que existe una relación entre mente y cuerpo y que la falta de equilibrio en uno de ellos, afecta el equilibrio y el buen funcionamiento del otro. La enfermedad afecta tanto al cuerpo como a la mente.
De esta relación mente/cuerpo nace la medicina psicosomática, que se centra en el estudio de las interacciones entre los procesos psicológicos (mente) y la ocurrencia de ciertas enfermedades (cuerpo).
Establecida la relación, el psicólogo Robert Ader (citado en Goleman. 1996) se dedicó a investigar como influyen ciertos procesos psicológicos, las emociones, en la salud (USA, 1974). Es así como nace un nuevo campo de investigación, la Psiconeuroinmunología (PNI), que estudia los vínculos que existen entre el sistema inmunológico y el sistema nervioso central. Su mismo nombre reconoce las relaciones: psico o "mente"; neuro, que se refiere al sistema neuroendocrino (que incluye el sistema nervioso y los sistemas hormonales); e inmunología, que se refiere al sistema inmunológico. Ha sido utilizada para establecer posibles relaciones entre los factores de comportamiento y la progresión de enfermedades.
Según Ader, (en Goleman, 1996) hay una infinidad de modos en que el sistema nervioso central y sistema inmunológico se comunican: sendas biológicas que hacen que la mente, las emociones y el cuerpo no están separados sino íntimamente interrelacionados.
Se está descubriendo que los mensajeros químicos que operan más ampliamente en el cerebro y en el sistema inmunológico son aquellos que son más densos en las zonas nerviosas que regulan la emoción. A cargo de estas investigaciones está el psicólogo David Felten (En Goleman, 1996) Él comenzó notando que las emociones ejercen un efecto poderoso en el sistema nervioso autónomo (SNA), que es el que regula diversas funciones del organismo. Detectó un punto de reunión en donde el SNA se comunica directamente con los linfocitos y los macrófagos, células del sistema inmunológico.
Se descubrieron contactos semejantes a sinapsis, en los que los terminales nerviosas del SNA tienen terminaciones que se apoyan directamente en estas células inmunológicas. Este contacto físico permite que las células nerviosas liberen neurotransmisores para regular estas células (Goleman, 1996).
Luego de diversos estudios, David Felten concluyó que sin esas terminaciones nerviosas el sistema inmunológico no responde como debería al desafío de las bacterias y los virus invasores. En resumen, el sistema nervioso no sólo se conecta con el sistema inmunológico, sino que es esencial para la función inmunológica adecuada.
Otra vía clave que relaciona las emociones y el sistema inmunológico es la influencia de las hormonas que se liberan con el estrés. Las catecolamina (adrenalina y noradrenalina) y el cortisol, entre otras, obstaculizan la función de las células inmunológicas: el estrés anula la resistencia inmunológica, supuestamente en una conservación de energía que da prioridad a la emergencia más inmediata, que es una mayor presión para la supervivencia (Goleman, 1996).
Basándose en lo anterior, se ha establecido la hipótesis de que el estrés y las emociones negativas generadas por el rencor como la ira, la ansiedad y la depresión, podían ser la causa de ciertas enfermedades. Las investigaciones no han arrojado datos clínicos suficientes como para establecer una relación causal, pero sí, se reconoce que, estas emociones, afectan la vulnerabilidad de las personas a contraer enfermedades. Asimismo, se investiga si las emociones positivas son beneficiosas a la hora de la recuperación de la enfermedad.
También, las emociones y la salud se relacionan cuando ya se está enfermo y desde el punto de vista psicológico el rencor se considera una enfermedad, se puede ser emocionalmente frágiles mientras se esta enfermos porque el bienestar mental se basa, en parte, en la ilusión de invulnerabilidad.
El rencor hace estallar esa ilusión, atacando la premisa de que el mundo privado está a salvo y seguro. De pronto la personas se sienten débiles, impotentes y vulnerables. Las emociones más típicas cuando se experimenta rencor son el miedo y la rabia. Se ha descubierto que las emociones negativas, como la ira, la ansiedad o la depresión, y también el estrés, debilitan la eficacia de ciertas células inmunológicas.
Estudios confirman que las emociones perturbadoras son malas para la salud. Se descubrió que las personas que experimentan ansiedad crónica, prolongados períodos de tristeza y pesimismo, tensión continua u hostilidad, cinismo o suspicacias implacables, debido a una situación de rencor, tenían el doble de riesgo de contraer una enfermedad, incluidas asma, artritis, dolores de cabeza, úlceras pépticas y problemas cardíacos.
Esta magnitud hace que las emociones perturbadoras sean un factor de riesgo tan dañino como lo son, por ejemplo, el hábito de fumar o el colesterol elevado para los problemas cardíacos, es decir, una importante amenaza a la salud (Goleman, 1996). Lo anterior no indica, en modo alguno, que todos aquellos que tengan estos sentimientos serán más vulnerables a una enfermedad.
Se conoce desde hace años, que la homeostasis normal, el correcto nivel de las hormonas, neurotransmisores y demás elementos que conforman nuestro medio ambiente interno, el adecuado funcionamiento del sistema nervioso central y la adecuada respuesta del sistema inmunitario son factores implicados en el correcto desempeño de las funciones habituales y/o vitales, impidiendo que el organismo enferme, favoreciendo su resistencia en las situaciones de máxima demanda, y posibilitando una correcta y relativamente rápida recuperación tras las respuestas intensas que se haya producido en situación de estrés o de intensa emocionalidad.
A continuación, se revisaran algunos aspectos en los que se aprecia la influencia de los procesos emocionales que son generados del rencor, por la falta de perdón.
La Ansiedad
Para Chopra (2008), el miedo crónico del tipo que nos despierta en la noche y ataca sin previo aviso en cualquier momento de la vida se conoce como ansiedad. Es una de las formas más comunes de sufrimiento en nuestra sociedad, magnificada durante ataques y recuerdos dolorosos de un hecho violento. La ansiedad se siente como una especie de temor no especifico. Puede sentirse en grado leve, y entonces la persona se siente nerviosa e inquieta, o puede sentirse de manera aguda, cuando la persona se llena de terror sin razón aparente.
El miedo se convierte en ansiedad cuando una amenaza pierde su ventaja inmediata pero no puede olvidarse. La ansiedad, según el autor citado, tiene su asidero en la memoria. No viene de afuera, sino de nuestro mundo interior.
El funcionamiento sexual se ve claramente influenciado por efectos del estrés y de la emocionalidad intensa, ya que se produce una restricción del nivel de testosterona en el organismo. Esta hormona es fundamental en la motivación y conducta sexual de hombres y mujeres. (Palmero, 1999). También se ha observado que la intensidad emocional tiene relación con los trastornos del sueño.
Así, los procesos de ansiedad y depresión producen un incremento en la temperatura basal corporal y en la resistencia de la piel, constriñen los vasos sanguíneos y generan inquietud motora general. Todos estos factores dificultan la conciliación y/o mantenimiento del sueño. Palmero (1999) refiere que el insomnio no solo se refiere a la imposibilidad de iniciar el sueño, sino también a la dificultad de mantenerlo.
Durante momentos de gran ansiedad, sobre todos los producidos ante una situación de dolor o miedo, el cerebro secreta grandes niveles de cortisol y norepinefrina que interfieren con las operaciones normales de los mecanismos neurológicos para el aprendizaje y la memoria. Cuando estas hormonas de estrés llegan a un nivel crítico, mejoran la función de la amígdala pero debilitan las áreas prefrontales, las cuales pierden la capacidad de contener los impulsos de la amígdala. Goleman (2006).
Por otra parte, se ha evidenciado una alta relación entre estrés y diabetes, hablándose en la actualidad de una personalidad diabética. (Palmero, 1999), que vendría definida por una disminuida capacidad de alerta, apatía y depresión.
La Ira y La Hostilidad
Para Chopra (2008), la ira es una emoción primaria, pero que en el mundo del miedo es una línea secundaria de defensa. Las personas se tornan airadas cuando no pueden vencer sus sentimientos de indefensión. El hecho de estallar en ira, tiene dos propósitos hacer sentir a la persona que tiene el control, sin el cual muchos entrarían en pánico total y el segundo propósito es que permite canalizar la energía hacia fuera, proporcionando un enemigo externo al cual atacar.
La emoción de ira y la actitud de hostilidad, generado por el sentimiento de venganza, producen una excesiva activación de las glándulas suprarrenales, cuya consecuencia es la producción excesiva de cortisol, norepinefrina y epinefrina. Estas sustancias tienen efectos generales sobre el sistema cardiovascular, pues aceleran el proceso ateorogènico y reducen la luz de los vasos. Si se mantiene constante el volumen de sangre bombeada desde el corazón, la presión sanguínea va incrementándose paulatinamente a medida que se estrecha el diámetro útil y despejado del vaso.
Pero además, la epinefrina en particular tiene efectos que empeoran la situación. Esta catecolamina acelera el ritmo cardiaco y produce vasoconstricción. Los resultados son evidentes se incrementa la presión cardiaca. (Palmero, 1999). También se ha visto relación con las ulceras estomacales, ya que se produce un incremento en la secreción de ácidos en el estomago, que contribuyen a la formación de ulceras.
La Tristeza
Para Chopra (2008) en la base de la depresión (considerada como el extremo de la tristeza), hay un componente de miedo y ansiedad. La depresión es el sufrimiento dirigido contra el "yo". La actitud ante la vida de la persona deprimida es de pasividad y resignaciòn.
Existe una clara relación entre la tristeza y el cáncer, ya que aspectos emocionales de depresión han provocado disminución en la capacidad funcional del sistema inmunológico, produciéndose un crecimiento exponencial de estas células y se desencadena la enfermedad.
Por lo que respecta a otros trastornos importantes, el asma, se conoce en la actualidad que las situaciones que producen sentimientos de tristeza, frustración y conflictos, dados por recuerdos dolorosos del pasado, representan factores importantes para que ocurran ataques de asma. Igualmente se ha visto su implicación los problemas capilares. (Palmero, 1999).
El Estrés
El hipocampo es particularmente vulnerable al continuo estrés emocional, por los dañinos efectos del cortisol, Bajo estrés prolongado, dado por situación traumáticas y dolorosas, el cortisol ataca las neuronas del hipocampo, reduciendo el ritmo en el que se agregan las neuronas, o incluso reduciendo el numero total, con un impacto negativo en el aprendizaje. La muerte de las neuronas del hipocampo ocurre durante un sostenido aumento del cortisol, por ejemplo, durante una depresión severa o un trauma intenso. Incluso en bajas dosis, los periodos de estrés extensos producen altos niveles de cortisol que pueden impedir el crecimiento de esas neuronas.Goleman (2006) Con esto, se concluye que el estrés tiene influencia en el aprendizaje.
En los vínculos del estrés con la salud, los sistemas biológicos claves son el sistema nervioso simpático (SNS), y el eje hipófisis-hipòtalamo-suprarrenal (HHS). Cuando estamos atemorizados, tanto el SNC como el eje HHS asumen el desafió, secretando hormonas que nos preparan para enfrentarnos a una emergencia o amenaza. Pero lo hacen tomando recursos del sistema inmuno y endocrinológico, entre otros. Esto debilita a dicho sistema clave para la salud, por un momento o durante años.
Se considera un estudio Británico sobre trabajadores de la salud que tuvieron dos supervisores en días alternados, uno al que temían y otro que le gustaba. Wager, Feldman y Hussey (2001) En los días en que trabajaba el jefe atemorizador (Victimario), el promedio de la presión arterial subió 13 puntos para la sistólica y 6 para la diastolita (de 113/75 a 126/81).
Aunque las lecturas estaban dentro del margen saludable, tanta elevación si se mantenía mucho tiempo, podría tener un impacto clínico significativo, esto es, aumentar el riesgo de hipertensión. Los estudios de Suecia de trabajadores a diferentes niveles y en el Reino Unido entre empleados estatales, demostraron que la gente en posiciones inferiores dentro de las organizaciones y sometidas a mayores niveles de estrés por un jefe autoritario, vengativo y acusador, eran cuatro veces mas propensos a desarrollar enfermedades cardiovasculares, a los que no tenían tales presiones. Wamala (2000).
Para Puche (1999), cuando las emociones dejan de cumplir la función o función de protección para las que fueron creadas y empiezan a estorbar y limitar a la persona que la experimenta, se requiere realizar un proceso de "liberación". "El resentimiento, como su nombre lo indica, se presenta cuando alguien, después de haber tenido un conflicto con otra persona hacia la cual ha sentido mucha rabia, vuelve a sentir (resiente) esa rabia con frecuencia" (p.246). Puede decirse que la persona se "intoxica" poco a poco al recordar constantemente y sentir otra vez la ira, que se generaliza invadiendo otras dimensiones de la vida personal.
El resentimiento como la mayoría de las emociones, tiene beneficios ocultos o ganancia secundarias. Entre sus beneficios pueden contarse los siguientes: mantener una distancia real con la persona con la que se presenta el conflicto, protegiéndose de esta forma; generar una sensación de "control" del otro a través de la rabia, ponerse en situación de victima y buscar afecto y consuelo en otras personas, dejar de asumir responsabilidad sobre la propia existencia, al culpabilizar al otro por todo lo que le sucede..."Una de las grandes contradicciones de quienes tienen resentimiento profundos es que mientras más rencor sienten, más unido al otro se encuentran, sin importar la distancia física que los separe" (Puche, 1999:24)
Luskin (20d08) establece que las investigaciones en los diversos campos sugieren que aprender a perdonar es bueno de diferentes maneras. Cuando se perdona, se siente que las emociones positivas aumentan y que es más fácil sentir esperanza, cuidado, afecto, seguridad y felicidad. También hay beneficios por sentir menos furia. La persona puede experimentar menos depresión y desesperanza y hasta reforzar la espiritualidad. "Las personas que aprenden a perdonar se vuelven menos ansiosas, sufran menos estrés, aumentan su seguridad, son más calmadas, se deprimen menos, sufren menos y aprenden a quererse más" (Luskin, 2008:83). Hay estudios que han examinado el efecto del perdón en la salud fisica.
El primer estudio reveló que cuando la gente perdona a su ofensor, mejora el funcionamiento de su sistema cardiovascular y nervioso. (Van Oyen y otros, 2001). Al practicar el rencor aumenta la presión sanguínea, el ritmo cardiaco y la presión de las paredes arteriales. Estas son experiencias negativas para el sistema cardiovascular. Si estas respuestas se prolongan pueden afectar el sistema cardiovascular. Durante los talleres del perdón, los investigadores descubrieron que no se presentaron molestias psicológicas y los participantes informaron sentir emociones positivas y relajamiento.
Un segundo estudio de la Universidad de Wisconsin, en Madison (S.Sarinopoulos 2000) indicó que la intensidad con la cual se perdona la persona se relaciona con diversidad de enfermedades. Cuanto más perdonaron, menos sufrieron de una amplia gama de enfermedades y cuanto menos perdonaron, más enfermedades se reportaron. Esta relación se mantuvo constante para las quejas físicas a corto plazo y para el bienestar a largo plazo. En el estudio, la relación entre perdonar y la salud estuvo conforme en términos de la frecuencia de síntomas reportados.
El tercer estudio realizado en la Universidad de Tennessee (En Luskin, 2008) demostró que perdonar a corto plazo reduce el estrés, y aprender a perdonar no tiene efectos nocivos. Pero a pesar de estos resultados positivos, hay que recordar que las investigaciones sobre el perdón es una ciencia en construcción.Sin embargo, es una de las cosas aprendidas que sana física, emocional y espiritualmente.Con base a lo anterior, desde el punto de vista cognitivo, el perdón no sólo es un regalo que se le hace al infractor, lo cual puede llegar a se importante desde una perspectiva humanista, sino que también es un regalo que se hace la persona a si misma. (Riso, 2004), en tanto se deja de sufrir y en consecuencia de generar emociones negativas. Perdonar es aliviar la carga que causa el rencor. Para el autor citado, al perdón se llega por cinco caminos:
El camino del amor.
El camino de la compasión
El camino de la comprensión.
El camino del desgaste, donde la persona decide perdonar como un acto de "supervivencia" "Me cansé de odiar"
El camino de la comparación. El camino de identificación con el agresor no se hace desde el dolor sino desde la comparación. ¿cómo no perdonarte, si yo hubiese hecho lo mismo?
Para el autor, cuando se trata de perdonar, no importa tanto el camino sino el resultado. Tener un esquema positivo sobre el perdón implica estar dispuesto a no dejarse llevar tan fácilmente por el odio y a intentar terminar con el rencor si ya esta instalado.

Conclusiones

El perdón ha tenido muchas connotaciones a través de la historia desde el punto de vista moral ético y religioso, pero poco se ha estudiado sobre sus propiedades terapéuticas, no solo a nivel físico sino también psicológico. Con el surgimiento de la Psiconeuroinmunología, donde se pone en evidencia la clara relación entre la mente y el cuerpo. El perdón entra a formar parte de una nueva herramienta en el campo de la psicología y en especial de la psicología positiva, que permite activar las emociones positivas. El perdón como herramienta liberadora de emociones negativas que afectan la salud, juega un papel importante desde el punto de vista de la salud mental. Ya que es un mecanismo que esta bajo el control de la persona, que permite regular y manejar, según su necesidad de protección, el hecho doloroso. El Perdón permite que quede atrás las etapas aguda de la pena. El sentimiento de dolor queda en una especie de Olano sutil, como una especie de neblina gris, que se puede recordar, pero que ya no afecta emocionalmente. Si eso realmente sucede, como lo han demostrado las investigaciones que se han hecho al respecto, el sentido de normalidad se empieza a recuperar al igual que el equilibrio homeostático del organismo.
La ausencia de ese sufrimiento, significa que ya se esta listo para comenzar a satisfacer las necesidades más fundamentales como: La necesidad de seguridad, de pertenecer, de ser reconocido por los demás, de importarle a los demás, de expresarse libremente y de amar. En otras palabras el perdón tiene propiedades resilientes sobre la persona y permite la sanación y reestructuración de la misma. El perdón sosiega la angustia emocional, ayuda a la persona a pensar con claridad y acaba con el círculo vicioso de la historia del rencor. Es parte de la inteligencia emocional que permite la interacción de las personal con otros seres humanos. (Inteligencia interpersonal). Con el perdón la persona tiene mayor control de su vida, asumiendo responsabilidad por todo lo que hace La meta del acto de perdonar es sentir paz, por lo tanto induce en el organismo un estado de relajación, como lo han comprobado las diferentes investigaciones que se han hecho al respecto, generando toda una serie de emociones positivas que favorecen la producción de endorfinas y el fortalecimiento de los sistemas inmunológico y endocrino.
Hoy en día, se sabe que las emociones tienen un fuerte impacto en el cerebro, en el sistema inmunológico, en el funcionamiento endocrino y en consecuencia en la salud. En definitiva, el bienestar es un estado emocional.
Esta búsqueda del bienestar es lo que hace que el perdón forme parte del objeto de estudio de la Psicología positiva. A través de este camino el perdón pasara a ser una ciencia. Las emociones que genera el acto de perdonar son:
Optimismo: Es una disposición a esperar encontrarse con cosas positivas y buenas. La relación entre optimismo y bienestar han hecho que ésta sea una de las emociones más importantes de la psicología positiva. Sentido del humor: Hay suficiente evidencia para poder afirmar que la risa reduce el estrés y la ansiedad y, en consecuencia, mejora la salud física de las personas.
Adaptabilidad: También llamada resiliencia.
Es la capacidad que tienen algunas personas para adaptarse a las situaciones adversas de la vida. Creatividad: Es la capacidad de crear cosas nuevas, de buscar nuevas posibilidades, de encontrar soluciones diferentes. Desarrollo y bienestar personal Se considera que por cada emoción positiva hay al menos cuatro emociones negativas generadas por el dolor y el rencor Además las emociones negativas nos han servido como aliadas a lo largo de la historia de rencor, por su capacidad adaptativa. Sólo en los últimos años se ha comenzado a valorar la posibilidad de estudiar las variables que favorecen el desarrollo personal del individuo y entre ellas, se encuentra la capacidad de `perdonar. Se ha comenzado a admitir el bienestar como objeto de estudio con suficiente entidad. La sociedad jamás podrá alcanzar unos niveles mínimos de bienestar si no se consigue esto mismo para los individuos que la forman. El perdón es una destreza que se puede desarrollar, es una competencia que puede formar parte integral de la vidas, hasta convertirse en un habito. Es un estilo de vida que va ha permitir, una mejor salud, por lo tanto con entrenamiento adecuado se puede aprender.
Con él se aprende a equilibrar el aspecto impersonal del dolor con el personal., lo cual significa tomar y evaluar algo doloroso menos personalmente.
Permite tomar la responsabilidad sobre los sentimientos y asumir las consecuencias de estos. Para llegar a este punto y tener la madurez psicológica para ejercer el acto del perdón, la persona debe: Saber lo que se siente sobre lo ocurrido.
Tener claridad sobre la acción que motivo el dolor. Compartir la experiencia por lo menos con una persona de confianza. De esta forma, aquellas emociones negativas como el miedo, la ansiedad, la ira y el dolor empiezan a liberarse, dando paso a un estado de relajación y paz que permita el "buen vivir" y la sana convivencia.

Autor:
Estrella R. Orozco Castro
Psicólogo

CONVERSANDO CON EL SER UNO: EL SER UNO - SÍMBOLOS: LENGUAJE DE LA VIDA

CONVERSANDO CON EL SER UNO: EL SER UNO - SÍMBOLOS: LENGUAJE DE LA VIDA: SÍMBOLOS: LENGUAJE DE LA VIDA Es muy importante que tomen conciencia de la existencia, significa aprender y saber descifrar los símbolo...

EL SEPTIMO CHAKRA

El séptimo chakra se conoce como Sahasrara y está ubicado en la coronilla. Se relaciona con el cerebro y la glándula pineal.
Es el centro de la sabiduría y la espiritualidad.
Este chakra se suele activar plenamente cuando la persona realiza un trabajo espiritual profundo. Su vibración o plena activación es la responsable del aura de la parte superior de la cabeza que presentan personas de gran humanidad.
El Sahasrara también es conocido como el Centro de Conciencia Cósmica, el "Yo soy". La persona cuando tiene este chakra en equilibrio tiene una sensación de liberación e iluminación. Hay una sensación de amor universal, de notar como en el universo todo es Uno. Nos aporta el concepto de Unidad.
Pero cuando hay desequilibrio nos sentiremos, en cambio, solos, desamparados. Es el concepto de Separación.

Hay otras pistas que nos dicen que nuestro séptimo chakra no está equilibrado:
  • Cuando el mundo espiritual no nos interesa en absoluto.
  • Cuando creemos que sólo hay una religión válida y las demás son falsas.
  • Cuando sólo nosotros estamos siempre en posesión de la verdad.
  • Cuando no nos regimos por ningún tipo de moral o de respeto hacia los demás.
  • Cuando te sientes siempre coartado para expresar lo que sientes.
Este chacra es el más sutil de todos. Se le llama también el de la Luz Blanca y se dice que es el nivel del alma.
Algunos especialistas afirman que este chakra es la referencia básica para regresar al cuerpo físico en los viajes astrales.
Su color es el violeta.

¿Cómo podemos equilibrar este chakra?

La meditación es una de las pautas más importantes para armonizar este chakra.
Vaciar nuestra mente de pensamientos a la vez que recitamos el mantra OM es un ejercicio muy potente.

También podemos hacer una visualización con un cuarzo transparente. Lo tomaremos suavemente en la mano y sentiremos como va llenando de una luz violeta o blanca (con la que nos sintamos más cómodos) cada uno de nuestros chakras. Al llegar al séptimo notaremos como va vaciando de pensamientos nuestra mente hasta sentir que somos Uno con el universo.
Por supuesto el tomar cada día consciencia de nuestros actos y pensamientos nos ayudará a avanzar. A medida que nos sintamos parte de cada persona y de cada uno de los seres de este planeta nuestro séptimo chakra irá incrementando su vibración.
Josep Vicent Arnau
Naturópata y Acupuntor

Espiritualidad en los niños

Publicado en el Diario La Nación de Neiva (Huila, Colombia) el 10 de Abril de 2011.
El pasado domingo 27 de marzo del 2011, en un Taller de Ángeles que dicté en la ciudad de Bogotá, una mujer muy joven y embarazada de su primer hijo, me formuló las siguientes preguntas: ¿Como ser mejor papás? ¿Cómo fomentar la espiritualidad en los niños? ¿Cómo hablarles de Dios y de los ángeles? .La siguiente es mi reflexión al respecto.
La crianza y educación de los hijos es una de las tareas más trascendentales de cualquier persona. Desafortunadamente, no existe en ningún aula una cátedra que nos enseñe a ser padres. Para completar, biológicamente los seres humanos somos capaces de reproducirnos mucho antes de estar emocionalmente preparados para engendrar. De manera que la mayoría de nosotros aprende sobre la marcha; reflejándonos en el espejo de nuestros padres o ajustando nuestras creencias, diferenciándonos de la forma como nos educaron.
Los niños están profundamente influenciados por las conversaciones y situaciones que ocurren a su alrededor y como esponjitas absorben e interiorizan toda la información que les llega, ya sea cierta o errónea.  De ahí la importancia de nosotros como padres, tíos o abuelos en el sentido de acompañarlos con amor, responsabilidad y alegría en su proceso de descubrimiento del mundo.
Cuando se es niño el sentido del “yo” y del valor propio se desarrolla a través de la retroalimentación que se recibe en el hogar. Unos padres cariñosos que reafirmen el concepto de que somos hijos de Dios, merecedores de su amor y bondad en proporciones iguales para todos, seres sagrados y bendecidos, son requisito primordial para formar niños espirituales, felices, justos y autosuficientes.
Los niños requieren orientación, así que fomente la espiritualidad en su hogar desde muy temprano. La espiritualidad, entendida como un conjunto de creencias y valores, genera en los pequeños actitudes constantes no superficiales ni pasajeras, de felicidad, armonía y alegría por vivir.
Para introducir a sus hijos el concepto de Dios Padre, creador de todo lo que existe, déjese guiar por su corazón y confíe en su sabiduría interior para hacerlo. Si necesita ayuda extra, pida al Arcángel Gabriel, Ángel de la Anunciación, que lo apoye. Este hermoso Ser de Luz, cuya energía es muy femenina tiene entre su misión, orientarnos en todo lo relacionado con la crianza de nuestros hijos. Se le puede invocar además para que nos ayude a encontrar las palabras correctas para “llegarles” a estas pequeñas personitas.
Hablarles de ángeles, por ejemplo, es sencillo; ya que los niños están más abiertos al mundo sutil que los adultos. Prueba de esto es que psicólogos y estudiosos se atreven a afirmar que los llamados “amigos imaginarios” que algunos niños dicen tener, no son más que sus ángeles de la guarda. Piense además por ejemplo en los bebés que a veces sin motivo aparente sonríen y estiran sus manitos como queriendo agarrar algo. Además, los niños no se encuentran contaminados por los prejuicios de la sociedad, no se complican, no temen ser juzgados o señalados y su ingenuidad es evidente. De manera que presénteles a los ángeles como lo que son: hermosos intermediarios divinos que los ayudan, protegen y a los cuales pueden acudir todo el tiempo.
Algunos otros consejos para fomentar la espiritualidad entre los más pequeños de la casa son:
  • Hábleles de la conexión que existe entre todos y con todo. Somos uno con Dios, eternamente y en cada situación, dondequiera que nos encontremos. Que aprendan a honrar al planeta, a todos los seres que en el habitamos y a usar los recursos de la madre naturaleza responsablemente.
  • Muéstreles a Dios Padre como un Ser Supremo infinitamente amoroso y sabio. No caiga en el error de expresarse de Dios como un ser castigador y represivo.
  • Incorpore la espiritualidad en su vida cotidiana. Demuéstreles con pequeñas acciones como se puede ser agradecido, honesto, amable y tolerante en cada momento.
  • Incentívelos mostrándoles que la vida tiene un sentido; si es necesario, con amor, permítales que se equivoquen para que aprendan de su error y se levanten de nuevo. Cuando sean adultos, en momentos de crisis, tendrán las bases y el criterio para elegir acertadamente.
  • Enséñeles que la generosidad empieza por casa, que compartan no solo lo que les sobra. Que pongan el corazón en cada acción y hablen con cariño cuando se refiera a ellos mismos y a los demás. Que confíen en el poder de Dios en su interior, sabiendo que es su Fuente de abundancia, energía y motivación constante y que con su apoyo pueden convertir sus sueños en realidad.
  • Use palabras amorosas y gentiles. Enseñe con su propio ejemplo, sea congruente y no envíe señales encontradas. Tenga en cuenta que sus actos también forma la opinión y afectan el desarrollo de los valores de sus hijos. No tiene sentido decirles que no deben mentir y pedirles que conteste el teléfono y diga que usted no se encuentra!
  • Escuche a sus hijos. Permita que le hagan preguntas. Se sorprenderá de todo lo que usted puede aprender también.
Para concluir, algunos podrían pensar que los niños aun son muy pequeños para procesar el tema de la espiritualidad. En realidad, ellos cuentan con habilidades extraordinarias que les ayudaran en su vida futura.  Nosotros los adultos hemos olvidado o no reconocemos  muchas de ellas tales como: el asombro, la inocencia, la curiosidad acerca del mundo, la posibilidad de creer en aquello que no podemos ver y la disposición a vivir casi que completamente en el momento presente. Prácticamente son ellos nuestros maestros. Ya decía Jesús: “Dejad que los niños vengan a mi…..que de ellos es el Reino de los Cielos”. Mateo 19:14
Martha Muñoz Losada

Eleve su frecuencia vibratoria y afiance su relación con los ángeles

Publicado en el Diario La Nación de Neiva (Huila, Colombia)  14 de Agosto de 2011.
Una de las preguntas que con más recurrencia recibo, tiene que ver con: ¿qué hacer para mejorar o aclarar la conexión con los ángeles?
Para empezar: todos estamos conectados con el Creador, no existe separación alguna del Padre más que en nuestra propia mente. Por su parte, los ángeles, creaciones divinas (al igual que nosotros) permanecen a nuestro lado y nos aman tal y como somos, con nuestras fallas y defectos. De manera que, el canal angelical siempre está abierto y dispuesto, solo que a veces con nuestros pensamientos, hábitos, sentimientos y emociones negativas entre otras cosas, lo contaminamos.
Una frecuencia es un estado de vibración. Según el Principio de Vibración, en el universo: “Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra”. Como los ángeles y en general todos los seres de luz vibran en una frecuencia altísima, somos nosotros los que debemos elevar la nuestra, para sintonizarnos mejor con la Divinidad y todas sus extensiones.
Siguiendo el mismo principio, los seres humanos continuamente transformamos nuestra vibración con las emociones que nos permitimos sentir. Es tan sencillo como que si uno se siente bien, vibra rápido; y si vibra rápido se alinea con frecuencias de esa misma vibración.
¿Entonces, cómo incrementar nuestra frecuencia vibratoria?
Indiscutiblemente la emoción máxima que incrementa nuestra frecuencia vibratoria es el amor. Elevar la frecuencia vibratoria también va de la mano con el despertar y el cambio de conciencia que tanto escuchamos en estos tiempos. Esto significa ser mejores humanos, viviendo desde el amor en todas sus versiones: gratitud, perdón, bondad, respeto, alegría, compasión, esperanza, etc. Todo lo contrario, lo que no procede del amor: el miedo, la culpa, el orgullo, la envidia, el rencor, el juicio, la tristeza, la rabia, el control, la preocupación, el deseo de venganza, entre otras cosas, no son más que prolongaciones del ego que nos ponen en un nivel de vibración bajo, bloqueando el flujo natural de nuestra energía y obstaculizando la comunicación angelical.
Algunos consejos adicionales para elevar su vibración son:
  • Siéntase feliz. Sin importar la situación por la que esté pasando, opte por la felicidad como su estado de ánimo constante, convirtiéndola en un hábito. Su actitud positiva, además, inspira a quienes se encuentran a su alrededor y atrae más experiencias dichosas a su vida.
  • Ore, medite. Aunque para algunos la meditación es otra forma de oración, normalmente se define el acto de orar como una forma íntima y muy personal de hablar con Dios, mientras que meditar se relaciona con  recibir respuestas a través de la guía interior.  Orar y meditar generan y fortalecen el sentimiento de estar más cerca de Dios, tranquilizando y aliviando tanto la mente, como el cuerpo y el espíritu.
  • Trabaje el perdón. No existe nada más liberador y por consiguiente sanador, que el perdón. Primero perdón hacia uno mismo y luego hacia los demás. Al perdonar se recuperan el equilibrio y la paz interior.  Muy sabias eran las palabras de la Madre Teresa de Calcuta al referirse al perdón: “El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió”.
  • Sea agradecido. Cuente sus bendiciones a diario. La gratitud abre las puertas a recibir más bendiciones y regalos del cielo. Además, agradecer de antemano todo lo bueno que está por sucederle, tiene un efecto maravilloso en la manifestación de sus deseos.
  • Viva en congruencia; es decir, sea consistente entre lo que habla, piensa y hace. Alinee sus pensamientos con sus emociones y sentimientos para materializar sus sueños.
  • Ría más. Sonreír es una terapia instantánea, natural, efectiva, accesible a todos y que no cuesta nada. Excelente herramienta también para mitigar situaciones de tensión, desviar la atención del dolor y restar drama. Mantener un buen sentido del humor, además, nos ayuda a enfrentar los retos desde una perspectiva diferente.
  • Téngase fe. Es muy cierto eso de que si no se cree en uno mismo, nadie creerá en uno. Usted puede lograr todo lo que se proponga.
  • Libere. Deje ir todo lo viejo y obsoleto que ya no sirva en su vida. No se apegue a nada.
  • Practique el no juzgar. Todos somos diferentes. Permita a los demás ser como deseen y no descalifique ni condene los comportamientos que sean diferentes al suyo.
  • Renuncie a quejarse. Como cita la poeta norteamericana Maya Angelou: “Si no le gusta algo, cámbielo. Si no puede cambiarlo, cambie su actitud. No se queje.”
  • Viva en el presente. Acepte cada momento de su vida tal como sucede sin preocupaciones por lo que ya pasó o lo que viene.
  • Cuide su cuerpo. Haga ejercicio, descanse y nútrase equilibradamente con alimentos sanos.
Para terminar, mi más amorosa recomendación es la siguiente: Si desea cambiar la frecuencia con la que vibra, elija sentirse bien. Haga lo que esté a su alcance para mantener su estado de ánimo positivo. Obviamente, como todo lo que emprendemos, mantener su vibración en buen nivel requiere conciencia, práctica, constancia y compromiso.
Martha Muñoz Losada

lunes, 23 de abril de 2012

EL PRESENTE, EL UNICO MOMENTO

Publicado en el Diario La Nación de Neiva (Huila, Colombia) el 28 de Agosto de 2011.
Recuerdo perfectamente una ocasión en la que llamé al teléfono fijo de una persona que acababa de conocer y obtuve el siguiente saludo de su contestador: “hola, no me encuentro en casa. Si tienes algo que contarme sobre el presente,  déjame tu mensaje. Si es sobre el pasado o peor aún, sobre el futuro, ni te afanes por decírmelo. Gracias”. Aunque quedé pasmada por unos segundos, me pareció divertido y didáctico lo que acababa de escuchar.
Y es que frecuentemente vamos distraídos por la vida, como el tronco que arrastra la corriente, sin detenernos a observar lo que sucede alrededor, atrapados algunos en el pasado, aterrorizados otros, por lo que viene. ¿A quién no le ha pasado que yendo de viaje (aun en un trayecto corto), por estar sumergido en sus pensamientos, se pierde detalles del recorrido? Llegamos a nuestro lugar de destino y  no nos damos cuenta ni a qué hora pasó.
Son muchos los autores que han desarrollado este tema del “aquí y el ahora”. Por todos lados escuchamos la frase: “vivir en el presente”; pero son pocas las personas que comprenden y aplican su significado. Antes de explicarlo, abordaré brevemente las trampas de engancharnos en el ayer y con el mañana.
Aferrarse al pasado es una pérdida completa de energía. Devolver frecuentemente la película de nuestra vida con pensamientos de lo que pudo haber sido, de las cosas que se dejaron de hacer, los sueños frustrados, etc. es nocivo y lastima. Otra cosa muy diferente es la retrospección, o sea la revisión de las memorias del pasado; que sólo debe ser usada en momentos de evaluación de las lecciones afrontadas para aprender, dar la vuelta a la hoja y seguir adelante. Eso si es válido.
Por otro lado, preocuparse por el futuro tampoco tiene sentido.  Es favorable planear los proyectos, pero no lo es obsesionarse con algo que aún no sucede. De hecho, el futuro lo creamos hoy y está condicionado por las elecciones que hacemos o dejamos de hacer. Ambos procesos: añorar el ayer y anticipar el mañana, desgastan energéticamente e inmovilizan a la persona robándole la paz interior y la posibilidad de actuar correctamente en el presente.
Aunque literalmente la expresión “vivir en el presente” es algo errada, ya que no se puede escapar del presente (¿quién en realidad vive en una fecha que no sea la de hoy?), Deepak Chopra, médico y escritor hindú, lo relaciona con mantener la atención en lo que existe aquí y ahora, buscando la plenitud en todo momento. Ello requiere tomar conciencia y disciplinar la mente para estar en el presente, ya que nuestro poder de creación y manifestación reside en el ahora.
¿Qué conlleva vivir en el presente?
  • Disfrutar de cada momento como una parte del todo, sintiendo además que uno es una pieza valiosa dentro de ese todo.
  • Aceptar con amor las cosas tal y como ocurren, entendiendo que el propósito del Padre es perfecto y se manifiesta en todo lo que existe y pasa.
  • Sonreírle a la vida, entendiendo que la felicidad ya existe ahora mismo.
  • Desistir de  lidiar con todo y con todos, tratando de alterar el orden perfecto de la vida y sus procesos. El universo vive a través de cada uno en este momento.
Como siempre, entre los múltiples aspectos con que los ángeles nos pueden ayudar está el permanecer consciente de uno mismo y de su alrededor todo el tiempo, para estar en contacto con la fuerza vital Divina. Si es tu deseo, pídele a sus ángeles que te ayuden a vivir en el presente, a apreciar con intensidad y gratitud los regalos y las maravillas que Dios te entrega cada instante.
Algunas sugerencias adicionales para tomar conciencia del momento son:
  • Agradece y bendice el presente. Acepta la vida como llega y no la desperdicies tratando de controlarla. Mejor, hazte cargo de tus reacciones. Todo el trabajo está por hacerse ahí en tu interior. A diario estás haciendo elecciones con tus pensamientos y percepciones.
  • Desacelera. Respira profundo y observa detalladamente con total paz tu entorno, la naturaleza, las personas. Advierte los sonidos,  las fragancias.
  • Haz que cada día cuente, apreciando cada experiencia vivida y procurando hacer de cada instante un momento especial. Vive el presente de manera tal que merezca la pena.
  • El presente es tu realidad y tu campo de acción. No es fácil tener un presente placentero sino sabemos dónde estamos, qué queremos y para donde vamos. Así que define y enfócate en lo que deseas construir en todas las circunstancias.
  • No permitas que la mente y el ego te arrebaten la majestuosidad del momento actual. Piensa y habla del presente, sobre lo que te está ocurriendo ahora mismo. No te involucres en conversaciones de temas del pasado y evita discusiones sobre fatalidades del futuro.
  • A menudo haz cortas pausas en tu actividad y enfócate completamente en el presente. Pregúntate: ¿cómo me siento?, ¿qué estoy haciendo?
  • Desecha de tu vocabulario expresiones como: “si hubiera…” o “que tal si…”. El presente es como debe ser. Todo tiene una razón; es ahora cuando la vida transcurre.
  • Permanece en conexión con el Creador y pide la asistencia de tus ángeles para aceptar y encontrarle gusto a cada experiencia.
Solo tú decides lo que quieres hacer en este momento. Centra tu Ser en el ahora y no permitas que el pasado o el futuro se entrometan. Recuerda: ¡la vida es un eterno presente!
Martha Muñoz Losada

VENCE TUS MIEDOS

Publicado en el Diario La Nación de Neiva (Huila, Colombia) el 04 de Diciembre de 2011.
A mi manera de ver todos poseemos una especie de baúl personal. Allí vamos guardando cada experiencia vivida y lamentablemente le asignamos una etiqueta dependiendo de lo “bien” o “mal” que nos fue. Con cada situación nueva que aparece nos remitimos al dichoso baúl y buscamos alguna que se le asocie. Si encontramos el componente “miedo” nos detenemos y ya no actuamos. El miedo nos cohíbe de tomar decisiones, asumir retos, arriesgarnos, porque estimamos que nos puede ir igual que antes y preferimos seguir  por la vida esquivando.
El miedo, la emoción más tóxica, es el ingrediente primario para manifestar lo que se teme. No es sino que nos angustiemos y centremos nuestra mente en algo que no queremos que ocurra, para que suceda. Obviamente, los pensamientos por sí solos no tienen fuerza. Necesitan de sensaciones y emociones para que se manifiesten. Es decir, pensamientos negativos combinados con miedo son la mezcla perfecta para crear la receta del anti-éxito.
Algunos miedos son infundados, otros aprendidos. También existen los que llevamos grabados en nuestro inconsciente y que heredamos genéticamente a través del ADN. Este tipo de miedo ancestral es transmitido de generación en generación y está en cada uno de nosotros romper con el esquema, para eliminarlos de nosotros mismos y de nuestros descendientes.
Un joven me dijo en una ocasión: “el miedo es chévere; la adrenalina que se produce es agradable”; puede ser. De hecho hay quienes sacan enorme fuerza en momentos de conmoción. Sin embargo, la mayoría nos paralizamos. Muchos llevamos el miedo al área del plexo solar, desencadenando todo tipo de malestares digestivos: problemas de colon, estreñimiento, diarrea, etc. Yo, por ejemplo, fui una niña muy asustadiza, con muchos miedos pequeños y grandes (algunos absurdos), que no elaboré en su momento. De adulta seguí cargándolos, hasta que me llevaron a una crisis de salud y fue ahí cuando reaccioné.
Hay cuatro posibles opciones ante el miedo: lo evito, huyo, lo enfrento sin conciencia o lo abordo trabajándolo para obtener la libertad emocional que busco. Claro, hay situaciones de miedo extremas, en donde se corre peligro de muerte. Por ejemplo, si mi vida está en riesgo porque me persigue un animal rabioso pues lo más sensato sería correr. Sin embargo, muchas veces el universo nos plantea circunstancias, en los momentos menos esperados, para sanar. Eventos, personas que se cruzan por nuestra vida para enseñarnos una lección, brindándonos la posibilidad de darnos cuenta que este tema es algo a lo que definitivamente debemos darle nuestra atención.
Determinación
Hablemos de un miedo puntual, simple y hasta chistoso para algunos, pero que clarifica el párrafo anterior: el miedo a usar las escaleras eléctricas o el ascensor. Quien sufra de este miedo puede: 1. Evadir su uso absteniéndose de ir a ciertos sitios. 2. Caminar y utilizar las escaleras normales. 3. Subir forzadamente, obligado por alguien pero presa del susto, con los ojos cerrados, solo deseando llegar rápido. 4. Darse la oportunidad y superar su miedo. Me enteré hace poco de una mujer quien nunca se atrevía a usar las escaleras eléctricas, a la que por “casualidad” le tocó ayudar a una persona enferma y la única manera era utilizando estas escaleras. Con miedo, pero con determinación ayudó al incapacitado y de paso a ella misma. Me contaba que sentía que ese ser había sido enviado por Dios para mostrarle que sí podía hacerlo. Todos tenemos la capacidad de abordar y superar nuestros miedos, de responder diferente a las mismas situaciones de siempre que nos sacan de nuestro centro. Nuestro propósito debe ser transmutar el miedo por el amor.
Existen otras innumerables clases de miedo: miedo al fracaso, miedo a la pérdida, miedo a la muerte, miedo a la soledad, miedo a la enfermedad, miedo a la desaprobación, miedo al conflicto, entre otros. Cada uno de ellos puede ser trabajado partiendo de premisas que nos recuerdan nuestro origen divino y nuestro potencial espiritual ilimitado. Somos seres poderosos, hijos amados de Dios, cocreadores como nuestro Padre.
En palabras sencillas, los miedos que se asocian con el tema de la abundancia y la escasez, miedo a tener y no tener, a perder, se pueden elaborar recordando que somos seres abundantes por naturaleza, que Dios es nuestra fuente inagotable de provisión y que todo lo que necesitamos para ser felices ya se nos ha sido dado. El miedo a la soledad, entendiendo que ya somos seres completos, que nuestra felicidad depende de nosotros mismos y que no podemos esperar que alguien nos la proporcione.
El miedo a la desaprobación comprendiendo que no podemos vivir la vida prestada, lo que significa vivir la vida de otros, los sueños  o los infortunios que no son nuestros. No podemos ceder nuestro poder a los demás permitiéndoles que nos digan qué, cómo y cuándo hacer. El miedo al fallo, a ser juzgado; discerniendo que siempre hacemos lo mejor que podemos, con los recursos que tenemos. Nadie se equivoca por gusto. No hay que dejarnos afectar por comentarios como: “cuidado”, “tú no eres capaz, nunca lo has sido; no lo lograste antes, menos ahora”
El ego es un experto para maquinar miedos que no tienen razón de ser. Esa es su naturaleza, de eso de nutre, de nuestra angustia y desasosiego. Pero si te decides a vibrar y vivir desde el amor, el ego perderá su rol porque el amor y el miedo no tienen cabida en el mismo espacio.
Apoyo celestial
Sobre este tema del miedo se podrían escribir muchas palabras. Espero con estas pocas, haber plantado la semillita para que te decidas y te des una oportunidad de abordar y vencer tus temores. Para ello involucra a tu equipo de apoyo celestial. En momentos de miedo, sí que contamos con la compañía de los ángeles. Entrégales a ellos toda tu angustia. Permíteles que intervengan pidiéndoles que lo hagan. No esperes a que ya estés aterrorizado, presa del pánico, para llamar a tus ángeles. Adicional a tus ángeles de la guarda, el arcángel a invocar es Miguel, el más aguerrido de todos. A este poderoso ser de luz le puedes pedir coraje, valentía y fuerza. Reemplaza tus miedos por fe, confianza y gratitud. Enfócate en lo que deseas, no en lo que temes y recuerda: Dios siempre está a cargo.
Martha Muñoz Losada